Los culpables

El pasado viernes 21 de noviembre, en la mesa de análisis que realiza Brozo, Rafael Cardona, uno de los periodistas más claros y brillantes que tenemos en el país, dijo: Lo verdaderamente importante en la manifestación del día 20 de noviembre es la cantidad de personas que en forma pacífica se manifestaron y ese apoyo incondicional que se nota para los normalistas y sus familias, esto es lo que debe  preocupar al gobierno y no estar perdiendo el tiempo con las manifestaciones de violencia de un grupito de anarquistas que están perfectamente identificados, y si no los han detenido se debe a los acuerdos con quién sabe quién. Palabras más o menos es la idea, y estamos de acuerdo: si el gobierno quiere descarrilar la información y darle un giro de violencia al tema manipulando los hechos y destacando solamente las manifestaciones violentas que, en muchos casos, también se ha documentado, son efectuadas por integrantes de dependencias de seguridad oficiales, protegidos por los mismos policías para hacer el tango y eliminar las bases de la protesta ciudadana, estamos cayendo en un pozo sin salida.

Los integrantes del gabinete de Seguridad del presidente Enrique Peña Nieto, los verdaderos culpables de la desestabilización del país.
Los integrantes del gabinete de Seguridad del presidente Enrique Peña Nieto, los verdaderos culpables de la desestabilización del país.

Es claro que el presidente Peña Nieto no puede continuar con el trillado discurso de que los grupos que estamos en contra de las famosas “reformas estructurales”, que no son más que la venta de los recursos y patrimonio del pueblo mexicano a precios de remate a un grupito de “bandoleros” internacionales y nacionales, pretendemos desestabilizar y destruir a su gobierno. Que no se confunda el señor presidente, nadie quiere destruir a su gobierno, todos sabemos que esto no es posible si no se paga un gran baño de sangre en el país, como el baño de sangre de más de cien mil asesinados con el pretexto de la guerra contra el narcotráfico, emprendida por el gobierno de Felipe Calderón con la complicidad de los norteamericanos, con los programas de violación a la soberanía y leyes nacionales que consistieron en regalar y vender armas sin control a los grupos de narcotraficantes con el cuento de que se “matarían entre sí”; hasta la fecha, no se ha investigado ni se han deslindado responsabilidades sobre estos hechos delictivos, al igual que las DESAPARICIONES FORZADAS, además de los 43 de Ayotzinapa, de más de 22 MIL MEXICANOS que se dieron en el sexenio pasado, y que con complicidades o por convenios y acuerdos, el presidente Peña Nieto viene cargando en su gobierno.

La realidad es que los que están desestabilizando al país no son los ciudadanos, no, son los policías ligados con los grupos criminales y con los agentes norteamericanos; son los políticos tontos, engreídos y soberbios que creen que el pueblo de México es pendejo y dejado, y que pueden continuar con su política de saqueo de los bienes y recursos públicos con el cuento de que los utilizan para realizar obras de beneficio social, cuando en realidad los usan para hacer sus negocios privados.

La desestabilización de su gobierno la vienen realizando los mafiosos de los partidos políticos que signaron y se prestaron, con el engaño del “Pacto por México”, a imponer  las famosas reformas que nos dañan a todos los ciudadanos.

El desajuste de su gobierno lo provoca el mismo presidente cuando señala que: “¿cuántos hay que son capaces de mostrar la lista de sus bienes?”, cuando los mexicanos estamos jodidos y más de 53 millones viven en la pobreza, y los únicos bienes que tienen son sus calzones, huaraches y alguna olla con vestigios de frijoles…

La desestabilización de su gobierno no la provocamos los ciudadanos, la provocan los escándalos de su señora esposa cuando todos saben la forma en que se ha venido enriqueciendo, y cuando los datos señalados por las propias autoridades dicen que antes del 2010 no contaba con propiedades, y hoy exhibe un patrimonio de más de 100 millones de pesos, al igual que usted mismo, señor presidente, que ahora exhibe más de 40 millones.

Todos dirán que son poca cosa cuando todos los mexicanos entendemos que los políticos cobran, cuando menos, el diez por ciento de los contratos de obras y servicios que administran, y estos milloncitos son en verdad de caricatura, porque sería bueno indagar los bienes y el crecimiento que se operan con los banqueros, financieros, empresarios y comerciantes que son los que administran esos fondos públicos que se han desviado a los bolsillos privados de los delincuentes y de los políticos, funcionarios y policías en el país… no nos hagamos tontos, nadie quiere desestabilizar ni generar violencia en el país, a los que menos les conviene es a los jodidos que somos la mayoría; no compramos armas ni tenemos recursos para ello. Los negocios de la represión los hacen los policías, los funcionarios de “seguridad” y los empresarios del ramo, si no, pregúntenle a Felipe Calderón y a sus generales y policías que se enriquecieron con este rubro.

No, señor presidente, los manifestantes solamente somos ciudadanos demandantes de nuestros derechos, y exigimos que a los 43 de Ayotzinapa los regresen con vida, que se haga justicia y que, de paso, vean la realidad, no para que la cambien, sino para que no la sigan cagando… nos afectan a todos. El presidente no puede cometer errores, guardar rencores y hacer horrores en la represión…