Distinguir las diferencias
Hugo Ríus.
El presidente para las relaciones internacionales del Consejo Nacional de Ulemas de Indonesia, Muhyiddin Junaidi, valoró que lo ocurrido en París podría perjudicar a los musulmanes en todo el mundo, pero espera que la comunidad internacional no generalizará que dichos ataques formen parte del Islam, y que son contrarios a sus valores (Fuente: The Jakarta Post).
-Guillermo Tell
La precisa distinción proviene del país con mayor población musulmana en el mundo, cuyos líderes religiosos objetaron siempre las sistemáticas burlas al Islam y el profeta Mahoma que aparecían en el semanario satírico francés Charlie Hebdo, blanco de un atroz ataque terrorista, pero insistieron en que nada de eso lo justifica.
Por justicia y previniendo otras consecuencias, la aclaración tiene lugar cuando en Alemania cobran ímpetu organizaciones anti inmigrantes islamofóbicas y en la propia Francia la extrema derecha se apresta por igual a sacar partido hacia una cruzada xenófoba.
Si nos remitimos a los sangrientos sucesos en París, resulta que uno de los policías abatidos por los elementos extremistas era musulmán, como lo es también el joven maliense que salvó rehenes en el mercado judío asaltado. Y lo son innumerables de los que marcharon el domingo 11 de enero en manifestación de repudio.
La corriente de islamismo integrista viene de lejos en la historia, pero conviene recordar que tuvo su punto de inflexión cuando en los años 80 del pasado siglo, en los finales de la guerra fría, la CIA alentó el surgimiento del Talibán en Afganistán y de la organización Al Qaeda. Del seno de esta última surgió el grupo Estado Islámico, al calor de la obsesión por derrocar al gobierno de Siria, para lo que Occidente armó facciones de la oposición interna.
Aquellos vientos trajeron las actuales tormentas que se han extendido a distintos rincones del mundo, y que nada tienen que ver con la esencia ecuménica y la vocación de convivencia del Islam, ni con la inmensa mayoría de sus creyentes, que emigran huyendo de la pobreza.