Alfonsina Storni
De la redacción de razacero.
“Por la blanda arena que lame el mar su pequeña huella no vuelve más, un sendero sólo de pena y silencio llegó hasta el agua profunda…”.
¿Quién no ha escuchado este poema hecho música? “Alfonsina y el mar” es una zamba compuesta por los argentinos Ariel Ramírez y Félix Luna, interpretada por primera vez por la cantante Mercedes Sosa en su disco titulado Mujeres argentinas, grabado en 1969. La canción es un homenaje a la poetisa Alfonsina Storni, quien fue una de las más polémicas y más aplaudidas de su época.
Esta poetisa argentina de origen suizo nació el 29 de mayo de 1892, a los cuatro años se trasladó con sus padres a Argentina, y residió en Santa Fe, Rosario y Buenos Aires. Se graduó como maestra, ejerció en la ciudad de Rosario y allí publicó poemas en las revistas literarias “Mundo Rosarino” y “Monos y Monadas”.
Viajó luego a Buenos Aires en donde fue docente en el Teatro Infantil “Lavardén” y en la Escuela Normal de Lenguas Vivas; en 1917 se le nombró maestra directora del internado de la ciudad de Marcos Paz.
En esa época, Alfonsina Storni comenzó a frecuentar los círculos literarios y dio conferencias en Buenos Aires y Montevideo; colaboró en las revistas “Caras y Caretas”, “Nosotros”, “Atlántida”, “La Nota” y en el periódico “La Nación”. Compartió además la vida artística y cultural con el grupo “Anaconda”, con Horacio Quiroga y Enrique Amorín, obteniendo varios premios literarios.
En la década de los años 30 viajó a Europa y participó de las reuniones del grupo “Signos”, donde asistían figuras importantes de las letras como Federico García Lorca y Ramón Gómez de la Serna.
En 1938 participó en el homenaje que la Universidad de Montevideo brindó a las tres grandes poetisas de América: Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou y ella misma.
Madre soltera, hecho que no era aceptable en su época, fue sin embargo la primera mujer reconocida entre los mayores escritores de aquel tiempo. Su trayectoria literaria evolucionó desde el Romanticismo hacia la vanguardia y el intimismo sintomático del Modernismo crepuscular. El rasgo más característico de su producción fue un feminismo combativo, que se observa en el poema “Tú me quieres blanca”, en el cual expone las relaciones problemáticas con el hombre, decisivas en la vida de la poetisa.
La obra poética de Alfonsina Storni se divide en dos etapas: a la primera, caracterizada por la influencia de los románticos y modernistas, corresponden “La inquietud del rosal”, realizada en 1916; “El dulce daño”, en 1918; “Irremediablemente”, en 1919; “Languidez”, en 1920 y Ocre, también en 1920.
La segunda etapa, caracterizada por una visión oscura, irónica y angustiosa, se manifiesta en “Mundo de siete pozos”, de 1934, y “Mascarilla y trébol”, de 1938.
Alfonsina Storni también incursionó en la dramaturgia: en 1927 estrenó en el Teatro Cervantes “El amo del mundo”, y en 1931 dio a conocer “Dos farsas pirotécnicas”, que incluían “Cimbellina en 1900 y pico” y “Polixena y la cocinerita”.
En 1950 esta última se adaptó al teatro infantil, pero varias de sus obras para niños permanecen inéditas. En 1936 colaboró en el IV centenario de la fundación de Buenos Aires con el ensayo “Desovillando la raíz porteña”.
Esta poeta argentina-suiza es uno de los íconos de la literatura posmodernista. Con una infancia difícil y con carencias, y una vida con recurrentes enfermedades, su poesía está impregnada de lucha, audacia, amor y una reivindicación del género femenino. Algunos de sus poemas a resaltar son: “¡Adiós!”, “Alma desnuda”, “La caricia perdida”, “Razones y paisajes de amor”, “Queja”, “Tu dulzura”, “Dolor” y “Frente al mar”.
Antes de partir escribió su último poema y lo envió al diario “La Nación”:
“Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme puestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara a la cabecera, una constelación, la que te guste, todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes, te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que te olvides. Gracias… Ah, un encargo, si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido…”
Finalmente la poetisa se suicidó el 25 de octubre de 1938, en Buenos Aires, en el puerto de Mar del Plata, arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres. Hay versiones románticas que dicen que se internó lentamente en el mar hasta desaparecer por completo.
Este polémico final y su último poema, dio lugar a la canción “Alfonsina y el Mar” que ya todos hemos escuchado en algún momento, ya sea con Mercedes Sosa, Pablo Milanés, Tania Libertad e incluso Manuel Mijares.
“Te vas Alfonsina con tu soledad, ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar? Una voz antigua de viento y de sal te requiebra el alma y la está llevando, y te vas hacia allá como en sueños, dormida Alfonsina, vestida de mar…”.
Escuche la canción Alfonsina y el mar con Mercedes Sosa.