Salvador Dalí

De la redacción de razacero.

Es uno de los más geniales artistas que ha dado la humanidad: Salvador Felipe Jacinto Dalí i Doménech, mejor conocido como Salvador Dalí.

El hombre de los bigotes puntiagudos en forma de antenas se decía apasionado de las moscas, y para atraerlas se ponía miel en la comisura de los labios; al atraparlas, apretando los labios, decía que el zumbido le producía un enorme placer y pintaba mejor.

Este gran pintor y escultor nació un 11 de mayo de 1904 en la calle Monturiol de Figueras No. 20, en Gerona, España.

Con tan sólo 12 años se centró en el mundo del arte de la mano de los amigos de sus padres, Los Pichot. Gracias a esta familia de artistas, y especialmente a la figura de Ramón Pichot, Dalí descubrió el impresionismo.

Un dato curioso es que su hermano mayor llevaba originalmente el nombre de Salvador, pero falleció en 1903; un año después, al nacer Salvador Dalí, el futuro surrealista, su padre decidió ponerle el mismo nombre; esto siempre marcó al pintor debido a que sus padres decían que era la reencarnación de su primogénito.

A los 18 años se trasladó a la Residencia de Estudiantes de Madrid para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Allí conoció y estableció fuertes lazos con algunas futuras celebridades del arte español como Federico García Lorca y Luis Buñuel.

El propio artista contó en una entrevista que, un día de examen, en una prueba oral de historia del arte para ser más exactos, se negó a hablar del artista Rafael enfrente del tribunal que lo examinaba, alegando que los evaluadores presentes no estaban capacitados para examinarle puesto que él había leído y sabía mucho más que ellos tres juntos sobre el famoso renacentista italiano.

Un año más tarde, en 1927, viajó a París, donde conocería a una de las pocas personas que llegó a idolatrar en su vida: Pablo Picasso. Esa ciudad, además, vería florecer el surrealismo de Dalí así como ese característico bigote inspirado en Velázquez que le acompañaría el resto de su vida.

PÁG. 12 (4). Los relojes blandos.En 1929 conoció a la que sería su gran amor y musa, una inmigrante rusa 11 años mayor que él conocida con el nombre de Gala.

En 1931 pintaría uno de sus cuadros más famosos: “La persistencia de la memoria”, también conocido como “Los relojes blandos“, inspirado, según el propio autor, en trozos de queso Camembert derritiéndose al sol.

En 1941 él y Gala se mudaron a Estados Unidos. Allí pasaron 8 años hasta que en 1949 decidieran volver a Cataluña, tierra donde permanecieron hasta sus últimos días. Este último período de su vida y su trabajo artístico estuvo especialmente relacionado con la ciencia, la religión y otras actividades creativas; diseñó el logo actual de la compañía Chupa Chups, realizó un anuncio televisivo para la marca de chocolate Lanvin y participó en la campaña publicitaria de Eurovisión, entre otras actividades.

Con Gala.
Con Gala.

 

Finalmente fallecería el 23 de enero de 1989, en Figueras, por un paro cardiorrespiratorio, a los 84 años de edad.

Los recursos plásticos dalinianos también abordaron el cine, la escultura y la fotografía, e influenciaron a numerosos artistas audiovisuales.

Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y a la megalomanía, cuyo objetivo era atraer la atención pública. Esta conducta molestaba a quienes apreciaban su arte y justificaba a sus críticos, como un reclamo publicitario ocasionalmente más llamativo que su producción artística.

En febrero de 1921 su madre murió a consecuencia de un cáncer de mama. Dalí tenía 16 años, sobre la muerte de su madre diría más tarde: “fue el golpe más fuerte que he recibido en mi vida, la adoraba, no podía resignarme a la pérdida del ser con quien contaba para hacer invisibles las inevitables manchas de mi alma”.

Dalí produjo alrededor de 1,500 pinturas a lo largo de su carrera, además de decenas de ilustraciones para libros, litografías, diseños escenográficos, vestuarios y una colosal cantidad de dibujos, esculturas y proyectos paralelos en fotografía y cine. Colaboró en la película “Dalí en Nueva York”, en 1965, de Jack Bond.

En la biografía “Sexo, surrealismo, Dalí y yo”, coescrita entre Carlos Lozano y Clifford Thurlow, se afirma que Dalí nunca dejó de ser un surrealista. Como afirmó en una ocasión, parafraseándose a sí mismo: “la única diferencia entre los surrealistas y yo, es que yo soy un surrealista”.

Algunas de sus obras más conocidas son:

“La cesta de pan”, 1926; “El enigma del deseo: mi madre, mi madre, mi madre”,1929; “El hombre invisible”, 1929; “La persistencia de la memoria” o “Los relojes blandos”, 1931 (esta es quizá la más famosa de sus obras); “Huevos fritos en el plato, sin el plato”, 1932; y “Portarretrato de gala con dos chuletas de cordero sobre sus hombros”, 1933, entre muchas otras.

Hoy, ningún catálogo de pintura en el mundo está completo si faltan las obras y la biografía de este artista universal.