Académicos de la UNAM aseguran que la Reforma Educativa es un engaño con fines políticos

Los académicos de la UNAM, Imanol Ordorika, Roberto Rodríguez y Manuel Gil Antón, derribaron los argumentos de la que dicen es la mal llamada Reforma Educativa y aseguraron se trata de un engaño con fines políticos.

Dijeron que pretender que todos los profesores son iguales y evaluarlos bajo ese criterio es un acto de ignorancia y viola el estado de derecho educativo; un ex director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa reconoció esta irregularidad.

La calidad, el proyecto y el costo que supone la Reforma Educativa también la colocaron en tela de juicio.

Los académicos destacaron las carencias de la evaluación homogénea y expusieron las necesidades de la educación.

Los especialistas universitarios afirmaron que una prueba de fuego de un proyecto educativo valioso y eficiente es el que no olvida que faltan 43 futuros maestros.

Imanol Ordorika:

“Estamos frente a un engaño, un mito y un fraude, el engaño radica en que se hace pasar ante los ojos de la sociedad una legislación, un conjunto de normas en distintos ámbitos legislativos, cuyos propósitos son el control político y laboral de los maestros, el realineamiento y la continuidad y sumisión del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación al partido oficial y al gobierno, de ahí por qué le temen a los maestros disidentes a los que no pueden enfrentar de una sola forma, incluso reconocidos por el INEE y otros espacios; la CNTE es extremadamente heterogénea y puede presentar varias caras.

Desde la creación del INEE, su presidenta y sus documentos oficiales señalaban que la evaluación aplicada no podía ser homogénea. Esta es una política intencionada que tiene por objeto cambiar por completo el perfil cognitivo e ideológico del magisterio mexicano, que sigue siendo un puntal del estado laico y de una concepción nacionalista del país”.

Roberto Rodríguez:

“Es una reforma de orden centralista, es conservadora porque no tiene ningún elemento innovador o renovador que ataña a los procesos de enseñanza o de aprendizaje, y es fundamentalmente regresiva. Hoy el país está gastando más, muchas veces más, en evaluar a los docentes que en formarlos”.

Manuel Gil Antón:

“Estamos ante una reforma educativa muy apresurada, centralista y soberbia, como un asunto de una agenda de otro país, en el cual no sólo no caben los maestros, tampoco cabe el 50% de la población. Creo que la evaluación que valdría la pena es una evaluación emergente, ya que con estos programas de estudio no se puede ser buen maestro. Un sistema de gobierno en donde mueren 43 estudiantes normalistas, por la forma que murieron, merece ser evaluado”.

Mario Rueda:

“Con una disparidad tremenda de infraestructura no se puede evaluar de la misma forma a todos los maestros; es decir, hay escuelas muy bien equipadas, hay escuelas donde no llegan los libros de texto y hay escuelas donde no hay aulas, no hay agua, no hay luz”.

(Impulso Informativo).