Durango: ¿Premio a la corrupción o desesperación política?

• Noel Díaz Rodríguez, nuevo secretario de Seguridad Pública.

• Esteban Villegas Villarreal, se le cae la candidatura.

• Otniel García Navarro, el “Caballo negro”.

• La senadora Leticia Herrera Ale, repunta en preferencias.

Fernando Miranda Servín.

El pasado 21 de septiembre, al medio día, según las crónicas de los periódicos locales de esta entidad norteña, de “manera repentina” fue nombrado Secretario de Seguridad Pública del estado de Durango quien ocupara hasta ese momento la Dirección de Seguridad Pública del municipio de Durango, Noel Díaz Rodríguez. El secretario de Gobierno estatal, Miguel Ángel Olvera, declaró a los medios de comunicación que el objetivo de este cambio es “oxigenar a las corporaciones policíacas”.

Pero las interpretaciones políticas que los ciudadanos podemos darle a este relevo pueden tener dos vertientes: Una, que en Durango se premia la corrupción ya que la ciudadanía capitalina lo menos que esperaba era la renuncia de este funcionario policíaco, si no es que su inhabilitación o encarcelamiento por la infinidad de acciones y omisiones que cometió en el desempeño de sus labores como director municipal de Seguridad Pública.

Y es que con Noel Díaz Rodríguez, en lo que va del trienio del alcalde Esteban Villegas Villarreal, aumentó sobremanera la delincuencia en la ciudad de Durango por la falta de trabajo en la prevención del delito que la institución a su cargo debió haber hecho con eficacia, por mucho que los gobiernos estatal y municipal quieran manejar estadísticas totalmente alejadas de la realidad diciendo que “han disminuido los actos delictivos”.

Fue precisamente este servidor público, Noel Díaz Rodríguez, quien implementó las operaciones de comandos civiles en la ciudad de Durango con el objetivo de detener ilegalmente al mayor número de jóvenes para remitirlos a las delegaciones acusados de delitos y faltas administrativas inexistentes, y muchos de los elementos policíacos bajo sus órdenes practicaron (y practican) vergonzosos actos de corrupción como extorsiones a transeúntes (humildes obreros principalmente) y robos a señores de la tercera edad, a quienes los patrulleros de la Dirección Municipal de Seguridad Pública, bajo el mando de Noel Díaz Rodríguez, esperaban (y esperan) en las afueras de los antros y cantinas del centro para detenerlos, “basculearlos” y robarles todo el dinero que traen en sus carteras.

Este hoy flamante Secretario de Seguridad Pública es el responsable, junto con el Coordinador de Inspectores del municipio de Durango, Rafael Rosales Sida, de que en la ciudad de Durango haya más “ventanitas” en las que a todas horas se expende alcohol por la protección que varios de sus subalternos otorgan a estos negocios clandestinos.

La otra vertiente del nombramiento de este empleado público nefasto no puede ser otra que la entrega muy a priori del control de instituciones estratégicas al equipo del alcalde Esteban Villegas Villarreal por parte del grupo que ostenta el poder estatal para provocar una posible “cargada” a su favor de un buen sector de la clase política priísta duranguense, que en las últimas fechas ha visto muy debilitado y poco convencional el proyecto (¿?) que el originario de San Juan del Río le ofrece para obtener la candidatura del PRI a la gubernatura de Durango y ganar las próximas elecciones, en parte por su marcada inexperiencia política que implica la continuidad del grupo gobernante, y en parte por su errónea anticipación al autodestaparse un día después del pasado proceso electoral del 7 de junio como aspirante del partido tricolor a la candidatura a la gubernatura de Durango, madrugando a propios y extraños; hoy, a estas alturas, según fuentes provenientes del mismo PRI nacional, estos detalles y las abiertas intenciones del grupo gobiernista de imponer a toda costa a su candidato, a contracorriente de la dirigencia nacional del PRI, han obrado en contra del alcalde Esteban Villegas Villarreal, quien no goza al 100% de las simpatías de los principales jerarcas tricolores, entre ellos, por supuesto, el Secretario Nacional del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y otros que ven la posibilidad de que el PRI pierda la gubernatura de Durango si Esteban Villegas Villarreal es su abanderado, por la falta de oficio político de este edil, ya ampliamente demostrada, y por los antecedentes de corrupción que viene arrastrando desde que fuera líder estudiantil hasta la fecha, amén de que contendería con un personaje de mucho mayor jerarquía política que él, como el actual senador duranguense, José Rosas Aispuro Torres, por lo que el PRI nacional y buena parte de la clase política local ya están volteando la mirada hacia otras opciones de candidatos o candidatas que políticamente, en estos momentos, son muy superiores a Esteban Villegas Villarreal, como por ejemplo, y aunque parezca increíble, el diputado federal por el distrito 01, Otniel García Navarro,

por la cantidad impresionante de votos que obtuvo en las pasadas elecciones, y a quien inclusive un ala de altos funcionarios del gobierno estatal lo están nombrando ya como su posible “Caballo negro”, ante el evidente declive que ya presenta el delfín del grupo gobiernista y las fuertes disputas que este clan tiene con la senadora lagunense Leticia Herrera Ale, que abiertamente ha manifestado su deseo de ser la próxima candidata priísta a la gubernatura de Durango, y quien, aparte del enorme capital político que le representaría al PRI el tener la oportunidad de llevar a la gubernatura a otra mujer (ya lo hizo en Sonora con Claudia Pavlovich), en las últimas semanas ha repuntado las preferencias políticas a su favor por las adhesiones inesperadas de diversos sectores del PRI nacional y prominentes personajes priístas de la política local que ven en esta legisladora la única opción seria para enfrentar al senador panista José Rosas Aispuro Torres y seguir conservando el poder, dada la fortaleza del grupo al que pertenece la senadora Herrera Ale que en La Laguna (Gómez Palacio y Lerdo) ha aportado el mayor número de votos a favor del PRI en las últimas elecciones locales y federales, por lo que a los diferentes grupos en los que se ha dividido el priísmo duranguense (calderistas e ismaelistas) no les quedaría de otra más que disciplinarse con la posible candidatura de la senadora Leticia Herrera Ale, con acuerdos políticos de por medio y bajo las advertencias que les haga el ex discípulo de Don Fernando Gutiérrez Barrios, quien puede darse todos los lujos, menos el de perder una gubernatura.

Lo cierto es que hoy en el PRI duranguense, ante la caída estrepitosa que está teniendo el alcalde Esteban Villegas tanto en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI como en los corredores políticos locales, cualquiera de estas dos opciones, el diputado federal Otniel García Navarro o la senadora Leticia Herrera Ale, pueden ser dignos contendientes y probables ganadores en el ya cada vez más cercano proceso electoral de 2016, aunque tengan enfrente al senador José Rosas Aispuro Torres.

Quizá esa sea la razón del nombramiento de Noel Díaz Rodríguez, cercano colaborador del alcalde Esteban Villegas: intentar no solamente darle oxígeno a las instituciones policíacas de Durango sino a un cada día más debilitado Esteban Villegas que, por lo que se ve, él y sus asesores olvidaron o jamás escucharon el sabio consejo de aquél viejo lobo de mar, Fidel Velázquez, que decía en términos fotográficos refiriéndose a quienes hacían actos anticipados de campaña: “El que se mueve no sale”. Esteban Villegas se movió y, al parecer, muchas señales apuntan a que no saldrá en la foto como candidato del PRI a la gubernatura de Durango.