El circo romano de Enrique Peña Nieto
La “recaptura” de Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo Guzmán, tuvo su origen en el editorial publicado el 3 de enero en el prestigiado periódico estadounidense The New York Times, considerado como el mejor rotativo del mundo. En el texto de dicho editorial titulado “La terca resistencia de México a la rendición de cuentas”, este medio de comunicación expresa que el presidente Enrique Peña Nieto “no será recordado como el líder que movió y agilizó a México, sino como un político que rehuyó la rendición de cuentas”; también, The New York Times escribió: “Bajo el mandato de Peña Nieto, el Gobierno mexicano ha encubierto feas verdades y minimizado escándalos”, refiriéndose a la conclusión de que no hubo conflicto de interés en el asunto de “La Casa Blanca”. Así mismo, el diario neoyorkino acusó al gobierno de Peña Nieto por las inconsistencias en la versión oficial de la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Pero la peor crítica que hace The New York Times a la administración de Peña Nieto es a la investigación oficial sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
“No es demasiado tarde para que el Gobierno reconozca que su indagatoria fue equivocada. Hará poco para mejorar la reputación de Peña Nieto, pero es lo menos que puede hacer por las víctimas de una de las mayores atrocidades de derechos humanos en la historia reciente de México”, enfatizó el influyente medio de comunicación.
Cinco días después, el 8 de enero, la Marina “recaptura” al narcotraficante “más buscado del mundo” en la ciudad de Los Mochis, en el estado de Sinaloa, y casi simultáneamente comienza a circular en las redes sociales de internet el video de la entrevista realizada a control remoto por el actor estadounidense Sean Penn al Chapo Guzmán en octubre de 2015, entrevista que no tiene ninguna relevancia en el aspecto periodístico ya que no contiene nada que no sepamos la mayoría de los mexicanos sobre el conocido narcotraficante.
Pero lo que sí resultó revelador fue el relato que Sean Penn hace en la revista Rolling Stone sobre el encuentro personal que tuvo con Joaquín Guzmán Loera días antes de llevarse a cabo la video entrevista “en la sierra de Sinaloa”.
Al respecto, el periódico sinaloense Ríodoce publicó que la reunión entre Sean Penn y El Chapo Guzmán se realizó en la reserva ecológica de Cosalá, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en donde El Chapo pudo instalar un pequeño set para tomarse la foto con el reconocido actor mientras era protegido por elementos de las fuerzas armadas mexicanas, que se “cuadraban” ante el hijo de El Chapo, Alfredo Guzmán.
Sean Penn escribe en la revista Rolling Stone, editada el 9 de enero, o sea un día después de la “recaptura” de El Chapo”: “Dos soldados uniformados del gobierno, armas en mano, se acercan al vehículo. Alfredo baja la ventanilla del pasajero; los soldados se retiran pareciendo avergonzados, y nos hacen señales con la mano para que pasemos. ¡Ah! Ese es el poder de la cara de Guzmán. Y la corrupción de una institución. ¿Significaba esto que nos estábamos acercando al hombre?”, relata Penn con cierto sarcasmo, dejando al descubierto la complicidad del gobierno de Enrique Peña Nieto en la “fuga” del famoso narcotraficante perpetrada el mes de julio de 2015.
Así las cosas, y de acuerdo a lo que se ha publicado en los principales medios de comunicación, podemos decir que el editorial de The New Yok Times fue la alerta que recibió el gobierno corrupto de Enrique Peña Nieto sobre la inminente denuncia que publicaría la revista Rolling Stone dando a conocer el contubernio directo de este en la “fuga” de Joaquín Guzmán Loera, por lo que procedieron a “recapturarlo” un día antes de la publicación de esta revista que, al igual que The New York Times, se distribuye a nivel internacional. Pero para ese momento en que Enrique Peña Nieto dio el aviso oficial en su cuenta de Twitter de la “recaptura” de El Chapo Guzmán, su gobierno ya estaba más que empantanado por lo que la revista Rolling Stone publicaría horas más tarde.
Hoy, una vez más, otro de los circos romanos montados por este nefasto presidente y su gabinete de pillos se les ha revertido ante la nación y ante los ojos del mundo entero.
Y de la misma manera el texto de Sean Penn pone en evidencia la corrupción del gobierno estadounidense de Barack Obama, que vigila meticulosamente a cualquier ciudadano utilizando drones, pero es incapaz de detener a los capos norteamericanos que trafican drogas en su país.
Ante todo esto, la sociedad mexicana no se ha dejado sorprender y, tanto en las redes sociales de internet como en las calles y en sus hogares manifiesta que la “recaptura” de El Chapo es un mero distractor que en nada le ayuda para resolver sus problemas cotidianos que se han agudizado con la estrepitosa caída que el peso ha tenido frente al dólar en este sexenio peñanietista. La falta total de transparencia continúa en todos los niveles de gobierno; la impunidad ha hecho que las estadísticas de homicidios se disparen de manera nunca antes vista; la persecución y criminalización de activistas sociales no cesa… y nuestros 43 jóvenes estudiantes normalistas de Ayotzinapa siguen desaparecidos.
En este contexto, la “recaptura” de El Chapo Guzmán, lejos de ser un golpe mediático para reposicionar la imagen deteriorada de Enrique Peña Nieto, viene a ser una más de las pésimas obras de teatro mal montadas a las que ya nos tiene acostumbrados este gobierno delincuencial.
Urge ya que los ciudadanos nos hagamos cargo de los destinos de nuestro país.