Esteban Villegas, la historia del “lunes negro” o cómo perder una gubernatura en cinco minutos
Fernando Miranda Servín.
Los lunes definitivamente no son un buen día para el despótico candidato priísta a la gubernatura de Durango, Esteban Villegas Villarreal.
Fue el lunes 8 de junio de 2015 cuando, adelantándose a los tiempos políticos de su partido, se autodestapó como candidato a gobernador siendo todavía alcalde de la ciudad de Durango, utilizando recursos públicos para tal efecto.
Con demasiadas opiniones de prominentes priístas, tanto locales como integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, que durante el proceso interno que este partido tuvo para seleccionar a su candidato a la gubernatura duranguense coincidían en oponerse a que Esteban Villegas fuera el candidato del tricolor pues las encuestas internas y externas siempre le dieron la delantera a la senadora lagunense Leticia Herrera Ale, fue el “dedazo” presidencial el que finalmente decidió que este personaje muy sui generis aspirara oficialmente a tan alto cargo.
Las consecuencias, obviamente, ya las conoce todo el pueblo de Durango y la nación entera, pues además de la infinidad de delitos electorales que el equipo de campaña y el gobierno estatal están cometiendo, como por ejemplo estar obligando a los empleados de todas las dependencias estatales y municipales para que apoyen al PRI y lleven a votar a por lo menos 10 personas a favor de este partido con la amenaza de perder sus empleos si no cumplen con esta misión, ahora se han sumado esas grabaciones de sus conversaciones, en las que lo mismo recibe consejos de asesores políticos renombrados para intentar solucionar algunas de las pifias que casi todos los días comete que concerta citas para que lo atienda de inmediato el mismo secretario de Salud estatal, Dr. Eduardo Díaz Juárez, pues el candidato se encuentra afónico y necesita nebulizaciones, privilegio que, por supuesto, ni usted ni yo tenemos como ciudadanos comunes y corrientes.
Así, Esteban Villegas Villarreal está siendo exhibido por propios y extraños como lo que es, un político corrupto que ha sido arropado y preparado los últimos dos sexenios no para servir a la ciudadanía duranguense sino para proteger los exagerados saqueos que ha realizado esa élite de políticos que hoy, desesperadamente, tratan de evitar lo que ya es inminente: la derrota del PRI luego de casi 100 años de estar gobernando esta entidad.
Y si de por sí la campaña electoral de este médico cirujano que jamás ha ejercido su profesión ya iba en declive frente al candidato de la coalición PAN-PRD, José Rosas Aispuro Torres, el pasado lunes 16 de mayo, “el lunes negro”, fue el mismo candidato Esteban Villegas quien dirigió sus pasos hacia el abismo, no solo para derrumbar su campaña electoral sino las campañas de todos los candidatos de su partido que contienden en el estado; esto, al irrumpir en el canal 12 de televisión local para increpar de manera agresiva al candidato José Rosas Aispuro Torres en el momento en que este era entrevistado por el mismo director de esta televisora, el periodista Heber García Cuéllar.
Esteban Villegas, violando inclusive leyes electorales y de comunicaciones, le reclamó de manera golpeada al senador con licencia Aispuro Torres el haber supuestamente escondido varias propiedades millonarias en su declaración 3 de 3. Al fin de cuentas, Villegas Villarreal no podía negar la cruz de su parroquia al haber sido porro en sus tiempos de dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Durango (FEUD).
La andanada de críticas que el candidato priísta ha recibido después de este entuerto ha sido monumental, tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación nacionales, pues es inconcebible que un político que pretende gobernar a la ciudadanía de un estado pierda los estribos de esa manera. Y aunque ofreció disculpas públicas (muy superficiales), Esteban Villegas ya no pudo superar este escándalo por la mala fe de la que hizo gala.
El evento ya ha sido muy analizado por muchos ciudadanos y líderes de opinión que coinciden en señalar que fue burdamente preparado por el mismo director de este canal, Heber García Cuéllar, pues tan solo el acceso a unas instalaciones de este tipo es sumamente restringido; luego, al momento de la irrupción al aire, el candidato priísta ya portaba un micrófono abierto asegurado en su camisa.
Pero la planeación de esta aparente trampa que quisieron ponerle al candidato opositor José Rosas Aispuro Torres, y que de manera dramática se le revirtió al candidato priísta, al grado de que ahora es el motivo principal de que su campaña se dé ya por perdida, tiene nombre y apellido.
La fuente fidedigna, proveniente del mismo gobierno estatal priísta, revela: “La conspiración se llevó a cabo en el café Vivero, ubicado en la calle Aquiles Serdán, esquina con Dolores del Río, ahí se reunieron un día antes el Secretario General de Gobierno, Miguel Ángel Olvera Escalera, Rafael Herrera Piedra (primo del gobernador Jorge Herrera Caldera) y el director del canal 12, Heber García Cuéllar, para acordar la irrupción de Esteban Villegas en la televisora”.
Después del hecho, y al ver la dimensión del error que habían cometido al mal asesorar al candidato priísta, estos tres personajes se volvieron a reunir en el mismo lugar para intentar implementar una estrategia que le ayudara al torpe candidato priísta a salir del pantano en el que lo habían hundido, pero sin obtener éxito, como ya lo hemos visto, a pesar de que han tenido que intervenir políticos de la talla de Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los senadores priístas, y el mismo ex gobernador Ismael Hernández Deras promocionando la supuesta armadora de autos que dará empleo a 70 mil duranguenses y que se instalaría en Durango solamente si el candidato priísta gana las elecciones; propuesta descabellada que, aparte de ser falsa, refleja la angustiante desesperación de esta élite por enmendar el error cometido por esos “brillantes asesores” y por el mismo Esteban Villegas. Un error de cinco minutos que hoy les está costando la gubernatura.
Es en este café Vivero en donde el Secretario General de Gobierno, Miguel Ángel Olvera Escalera, ha despachado toda esta campaña electoral, en horario de trabajo, de 11 de la mañana a 3 de la tarde, atendiendo los asuntos de los candidatos del PRI pues por ahí se ha visto con mucha frecuencia a algunos de ellos, especialmente al candidato a la alcaldía de Durango, Manuel “El Meño” Herrera Ruiz.
Estos hechos dejan más al descubierto lo que ya todo mundo sabe en Durango: la abierta injerencia del gobernador Jorge Herrera Caldera en estos comicios que, de no ser detenida de tajo por las más altas autoridades del país, podría traer consecuencias desastrosas, no solo en el aspecto político sino en el social, que dejarían muy mal parado al presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en el contexto internacional, toda vez que no ha dejado de estar en la mira de la comunidad mundial por el asunto de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y lo que menos le conviene a su gobierno es que una de las huestes del partido que lo llevó al poder violenten o alteren los procesos electorales previos a las elecciones de 2018, en los que habrá de decidirse la sucesión presidencial. A estas alturas de la campaña electoral, ya se han dado algunos actos vandálicos y delictivos de personeros de estos grupos de poder priistas que han agredido a simpatizantes y militantes de la coalición PAN-PRD, únicos partidos opositores en Durango pues los demás partidos, incluido Morena, han sido totalmente cooptados por el gobierno local priísta.
Por lo tanto, es necesario que desde la más alta cúpula del poder nacional se marque un alto enérgico a estos grupos hamponeriles, que al menos durante los últimos dos sexenios se han enriquecido a manos llenas a costa de la pobreza de los duranguenses.