¡Enterrar al capitalismo! Sí, ¿pero cómo carajos hacerlo ante su poder brutal?
Pedro Echeverría V.
[pull_quote_center]A los maestros luchadores y valientes de la CNTE[/pull_quote_center]
- Mientras exista el capitalismo, su brutal represión y hasta sus reformas engañadoras, sólo estará al servicio de un cinco por ciento de la población que domina el empresariado y la política. Lo demás son pequeñas reformas tramposas para engañar a quienes no tienen capacidad para pensar y decidir por cuenta propia, así como a los que creen que mientras más miserables sean más fácil entrarán por la puerta de los cielos.
- La gente lo sabe, lo intuye, pero no encuentra el camino para destruir y enterrar esta sociedad que durante siglos la ha mantenido en la vil pobreza, mientras sólo un puñado de opresores viven gozando a sus anchas. Ni en México, ni en el mundo hemos logrado nuestros objetivos liberadores porque las pinches burguesías locales y el imperialismo han tenido más fuerza e inteligencia. Necesitamos más fuerza contra ese poderoso enemigo.
- Hemos probado con amplitud la vía electoral, durante décadas la vía guerrillera y por lo menos desde 1956 la vía del movimiento de masas. ¿Será –como dicen muchos “intelectuales”- que porque la esclavitud y el feudalismo duraron 10 o más siglos tengamos que esperar otros cinco siglos (500 años) de capitalismo para que se vislumbre otra sociedad que no sabemos cómo será? Seguiremos luchando, pero ¿hasta cuándo?
- Hemos probado hasta la saciedad que la vía electoral sólo ha dado poder al PRI, PAN, PRD y todos sus compinches. Hablan mucho, hacen negocios con sus partidos y cobran insultantes salarios. La centro/izquierda, que representó un tiempo el PRD con los candidatos Cárdenas en 18 años y con López Obrador con 12 años –con todos los triunfos y fracasos que se quiera-, no ha podido con la clase empresarial y política.
- Las guerrillas tampoco pudieron avanzar o perdurar en México; el gobierno y el ejército se encargaron de asesinarlas. Puede hablarse de errores, delaciones, inmadurez o lo que se quiera, pero Gamiz, Genaro, Lucio, el EPR, el zapatismo y otros más o menos conocidos, fueron aniquilados como guerrilla, aunque muchos de sus insurgentes sigan vivos y el heroísmo de sus militantes esté fuera de duda.
- El movimiento de masas en México me ha parecido el más difícil y complicado al caminar por el filo de la navaja que inclina al oportunismo político, pero también que templa a los de mayores convicciones. Aunque antes de 1956 se registraron movimientos de masas importantes, yo parto del cierre del internado del POLI, del movimiento magisterial othonista, de la toma de la SEP y del triunfo de los maestros en la sección IX del DF.
- Esas batallas de masas sólo fueron antecedentes de las grandes huelgas ferrocarrileras que produjeron alrededor de tres mil presos políticos, pero nos demostraron el rumbo de la huelga de masas. Después, en 1965, la gran huelga de los médicos y residentes reprimida con saña por el gobierno de Díaz Ordaz; luego vino el histórico movimiento estudiantil de 1968, que fue reprimido en Tlatelolco como todo el mundo sabe.
- Este recuento que he realizado varias veces me lleva a pensar en las estrategias políticas que hemos usado y que los gobiernos usando su potencialidad lograron destruir de una u otra forma. A mí no me lleva al desánimo sino a la permanente búsqueda de ideas que ayuden al desarrollo en serio de la lucha social. Ya bien lo decía Emil Cioran: “Necesitamos una idea que sea capaz de transformar el universo”, que metafóricamente quiere decir que sin ideas no vamos a ninguna parte.
- Recuerdo que durante décadas pensé que lo importante era “hacer cosas, actuar en lo que sea que nos permitiera avanzar”. Hoy esto no es así porque el imperio y sus burguesías locales han sofisticado sus formas de explotación y dominio. Hoy hay que pensar y organizarse mejor, sobre todo porque las fuerzas de vigilancia y represión de las burguesías contra las luchas sociales han crecido en gran número y armamento.