Recortes asesinos

John M. Ackerman. 

Ya no alcanza el presupuesto para nuevas escuelas y hospitales, ni para la cultura o el combate a la corrupción, tampoco para invertir en la industria petrolera nacional. Pero sobra el dinero para pagar la deuda a los bancos, financiar la industria militar y contratar asesinos. Cada día caen más mártires en la lucha por la transformación del régimen mexicano. La semana pasada fueron ejecutados a tiros en Oaxaca tanto el joven fundador de Morena en la Mixteca, Agustín Pavía, como el dirigente magisterial de la Sección XXII, Jorge Vela.

La brutalidad del Estado mexicano y el recorte presupuestal constituyen dos lados de la misma moneda. La crisis económica -durante el segundo trimestre de 2016 la economía ya inició su camino hacia la recesión con una contracción de 0.3%- y el abandono del gobierno a sus responsabilidades, cada día generan más indignación social. Los oligarcas se sienten amenazados y, en lugar de impulsar un nuevo modelo de desarrollo que genere bienestar para todos, prefieren fugarse a sus mansiones en el extranjero y exigirle al gobierno mexicano que reprima cualquier expresión de descontento ciudadano.

(Proceso).