Impunidad galopante
El presidente Peña Nieto, disgustado porque al parecer algunos mexicanos jamás están conformes con las acciones del gobierno, señalaba que: “no hay chile que les embone”, y a decir verdad esto no es cierto, porque somos muchos los que aclaramos que a Tomás Yarrington como a Javier Duarte sí “les embonó el chile…”
El presidente Enrique Peña Nieto debe estar muy preocupado porque las cosas no le salen como él quisiera, bien o cuando menos regulares. Los mexicanos dimos un voto cuando se nos habló de las famosas reformas estructurales, y a pesar de que muchos no creímos en ese camino para el “desarrollo” ni siquiera tuvimos la oportunidad de protestar o señalar de alguna forma que no era lo mejor; y bueno, con un inmenso aparato propagandístico se habló de que este era el momento del cambio en el país y que la modernización era aplaudida por todos los gobiernos y por todos los gobernícolas que son parte del saqueo que hacen de nuestras riquezas y de nuestros fondos públicos por medio de contratos y de acciones que les permiten utilizar esas riquezas y esos fondos públicos como un instrumento para hacer sus negocio privados. Así que de pronto, de estar en la nubes, se vino para estar en las lonas y en las mentadas de madre de todos los mexicanos; además, los escándalos personales y familiares se dieron de tal suerte que la gente cree que es uno de los más nefastos y corruptos presidentes que hemos tenido, y eso que Felipe Calderón no cantaba mal las rancheras cuando estaba sobrio o pedo y en el poder…
Después de una intensa campaña basada en la publicidad política que demuestra que los productos no son lo que nos dicen, la realidad destruye al presidente porque 22 gobernadores del PRI han desviado más de 258 mil millones de pesos, y no fue solo porque se utilizaron en obras y actividades, sino porque de esos fondos muchos llenaron sus carteras y sus cuentas bancarias.
Esto sin tomar en cuenta acciones como las de los gobernadores del cambio, como GABINO CUÉ, cuyo monto de robos al estado de Oaxaca está calculado en más de 18 mil millones de pesos, y por esa razón un pillo como Jorge “El Coquito” Castillo, jefe de su banda, puede ser socio y colega en los negocios con Armando Hinojosa Cantú, el dueño de HIGA, la empresa contratista más apapachada del presidente Peña y de los funcionarios del peñato…
Por tal motivo creo que cuando el presidente llega a Veracruz a la celebración de la resistencia en contra de la invasión gringa al puerto y declara que apoyará la lucha contra la corrupción, todos nos quedamos de a seis, en la pendeja, en la baba, sin poderlo creer, ya que en la realidad o en el sentir nacional estamos convencidos de que el presidente Peña Nieto está metido hasta las chanclas en los altos niveles de corrupción, y sus socios, cómplices, compinches, cuates, parentela y amigochos están en las mismas condiciones, y es lógico que todo este escándalo de corruptelas y negocios con los fondos y recursos públicos están por estallar porque el encabronamiento es total y nadie le puede creer al presidente de que lo dicho por él en Veracruz es cierto, porque entonces debería meter al tambo, al bote, a chirona, a la cárcel a muchos de sus cuates, parientes, amigochos y contratistas que han mostrado las uñas largas en este penoso asunto que indigna a todo el país.
La aprehensión en Italia de Tomás Yarrington por las gestiones de los Estados Unidos no hace que los mexicanos tengamos confianza en la acción omisa del gobierno mexicano para perseguir a los pillos tamaulipecos, porque hay otros muchos en capilla. El hecho de que a Javier Duarte se le haya detenido en Guatemala y esté encarcelado, y a su familia le hayan permitido salir a Inglaterra, deja un mal sabor de boca a todos los mexicanos y es espantoso que pillos comprobados como Roberto Sandoval en Nayarit, como Egidio Torre, César Duarte, Rubén Moreira, Rodrigo Medina, Eruviel Ávila, Eugenio Hernández, Roberto Borge y otros muchos, se encuentren en la impunidad a pesar de que estamos convencidos por las mismas cifras oficiales de que han desviado o robado o chingado a los mexicanos más de 258 mil millones de pesos, y de que Gabino Cué, con su banda, también se encuentre en la impunidad, solamente porque algunos de los muy cuates del presidente hablan bien de él y algunos hasta son importantes empresarios y funcionarios que hacen negocios en España para regalar o chingar los recursos y fondos del Istmo de Tehuantepec, sitio que está incendiado por la inseguridad, por el tráfico de drogas y armas, y por el saqueo que se avecina con los proyectos de robo a nivel nacional, así que con los hampones como el socio, cuate y cómplice de Gabino Cué, como lo es Jorge “El Coquito” Castillo, ahora socio y cuatachón de Armando Hinojosa Cantú, consentido empresario y contratista de los Pinos, pues muchas dudas nos saltan porque sabemos de dónde les llega la protección y la impunidad, a pesar de que a los mexicanos nos esté llevando el carajo por la desocupación, la miseria, la inseguridad, la insalubridad, la falta de viviendas, escuelas dignas, y bueno… la miseria la vivimos o sufrimos la inmensa mayoría, mientras vemos la impunidad, los negocios y riquezas que se mueven con la banda de pillos ligados a la actual administración… y con escándalos no se ganan elecciones, se pierden, y se puede perder el país… o la paciencia de los mexicanos.