Misiva al senador Aispuro

Sr. Fernando Miranda Servín.

Director del periódico raza cero. 

 

Por favor lea esta carta y de ser posible publíquela en su prestigiado periódico dirigida al güerito, al senador José Aispuro Torres:

¿Qué tanto puede saber un legislador o hasta dónde puede estar enterado de la problemática real de su pueblo, el cual le brindó su confianza y cifró su esperanza en él al acudir a las urnas?

En mi percepción personal creo definitivamente que el sistema mismo es impedimento real para el buen desempeño de sus funciones, por las reglas operativas que el mismo les impone, dejando de lado promesas de campaña y doblegando sus propias convicciones, aunque en ellas dejen buenas intenciones y se aborten programas y proyectos propios de desarrollo y crecimiento real para su pueblo.

Soy sabedor en parte cuan imposible es darle solución a los problemas de nuestro estado pero albergo la esperanza en nuestro senador, que podrá al menos llevar el sentir de un agricultor y, junto con el, el de más de 30,000 productores de frijol, y de ser posible hacerle saber a sus compañeros del Senado nuestra desesperanza y futuro incierto.

Espero que pueda analizar lo siguiente:

 

SACARLE A UNA HECTÁREA 700 KGS. DE FRIJOL PROMEDIO CUESTA

 

 

Barbecho  $800.00        2 aspersiones      $400.00       Trilla       $600.00

Rastra       $400.00        Hervicida             $630.00      Costales  $64.00

Siembra    $400.00        Fungicida             $120.00      Acarreo   $20.00

Escarda     $300.00        Fertilizante          $900.00

Asegunda  $300.00        Corte                   $600.00      TOTAL $   5534.00

 

Divida esto entre 700kgs.: el costo de producción de un kilogramo de frijol cuesta $ 7.90 aproximadamente, para vendérselo a los coyotes a $6.00 … por favor señor.

El consumo nacional de esta leguminosa es de 1,200,000 toneladas. Durango, Chihuahua, Zacatecas, Sinaloa, Nayarit y San Luis Potosí, en años buenos, cuando mucho producimos 800,000 toneladas, y lo demás es importado porque no alcanza. ¿Esto es un precio justo? Es sencillo de entender: las grandes cadenas comerciales, con su inmenso poder económico, ponen a comprar frijol a mucha gente a precios irrisorios no pudiéndose frenar esto por no existir un precio de garantía del gobierno federal.

¿Cómo sobrevivimos los agricultores de Durango? Comiéndonos lo que no es de nosotros, por que si sacamos de la tierra y nuestro esfuerzo por decir $100,000 pesos al año, preferimos darle de comer y estudio a nuestros hijos que ir a abonar  las deudas impagables que tenemos con las casas comerciales dedicadas al agro.

Lo invito a usted, senador Aispuro, y a quien sea gustoso, a llevar una investigación seria en todas las casas comerciales dedicadas al campo y encontrará que es alarmante la cartera vencida de casi todos los que de una u otra forma nos dedicamos a las actividades del campo.

Por otra parte, nuestro pinochesco gobernador pregona y dice que en Durango no hacen falta más tractores, cuando la verdad es distinta puesto que a los trabajadores del campo ya nos han recogido más del 50% de la maquinaria que años atrás, con mucho esfuerzo, habíamos adquirido, y entre ellos encontrará a un servidor y a mis hermanos.

Existe una solución a este problema: que se implemente de nueva cuenta algo similar al viejo esquema de comercialización que teníamos en los ochentas y noventas, donde la Conasupo fijaba el precio de garantía de la leguminosa, lo cual nos daba la oportunidad de vivir de mejor manera y nos permitía comprar maquinaria y equipo con nuestro dinero y no a través de créditos, con los que al final pagamos dos o tres veces más de lo que cuestan.

Nosotros los campesinos de Durango para nada ocupábamos parásitos sociales como Aserca y los acopiadores. ¿Cómo puede ser posible que siendo el frijol el producto de la canasta básica primero en importancia de los mexicanos se aniquile de esta manera a los productores? Gracias a esto lo único que tenemos en Durango es un semillero de criminales en potencia, por no poder brindar a nuestros hijos lo más elemental, y optan por buscar en la delincuencia lo que no podemos proveerles, que es escuela, alimentos de calidad, ropa más o menos aceptable y viajes vacacionales.

Por todo lo que aquí expongo, le pido a usted, señor senador Aispuro Torres, que tome cartas en este asunto y lleve esta propuesta a donde corresponda.

De antemano le agradezco su atención. Que tenga buen día.

 

Atte.

 

José Rufino del Campo.

Campesino de Durango.