Remedios Varo
De la redacción de razacero.
María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, nacida en Anglés, Gerona, en España, el 16 de diciembre de 1908, mejor conocida como Remedios Varo, fue una pintora surrealista, escritora y artista gráfica exiliada en México. Fue una de las primeras mujeres que estudiaron en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
En 1930 se casó con su compañero de estudios, Gerardo Lizarrageside, y en 1932, después de una estancia en París, pasó a Barcelona y compartió taller con el pintor Esteve Francés, con quien se introdujo en la estética de la vanguardia y se interesó por el surrealismo.
En 1932 se estableció en Barcelona donde trabajó como diseñadora publicitaria y se sumó al grupo surrealista catalán Logicofobista. En 1936 participó en la Exposición Logicofobista realizada en Barcelona y, desde entonces, se acercó a los componentes del surrealismo francés.
En 1937 viajó a París junto al poeta surrealista francés Benjamin Péret, y en 1941, con la llegada de los nazis a la capital francesa, se exilió en México y nunca regresó a España. La obra de Varo evoca un mundo surgido de su imaginación donde se mezcla lo científico, lo místico, lo esotérico y lo mágico.
En nuestro país empezó a trabajar como artesana, pero enseguida pasó a formar parte del grupo surrealista y a relacionarse con la pintora británica Leonora Carrington, cuyo fuerte ascendiente artístico fue definitivo en la concepción estética de la creadora española. También formaron parte de este grupo Octavio Paz, César Moro, Eva Sulzer, Gunther Gerzso, José Horna y Gordon Onslow-Ford, entre otros.
Remedios Varo participó en las exposiciones First Papers of Surrealism de Nueva York, en 1942, y Le Surrealisme de la Galería Maeght de París. En 1956 presentó su primera gran exposición individual en la Ciudad de México y a partir de ese momento se convirtió en uno de los nombres más reconocidos de la pintura en nuestro territorio. De hecho, no fue hasta la década de 1950 cuando se dedicó por completo a la creación pictórica, persuadida por Walter Gruen, su último marido.
Su conciencia narrativa, a menudo recargada de figuras tomadas de los cuentos infantiles, llega en algunas obras a hacerse casi sofocante. Aun siendo ello interesante, la autora dio lo mejor de sí cuando se ocupó más en crear relaciones espaciales y cromáticas per se, liberadas de abigarramientos iconográficos. Son muy célebres sus exploraciones de diminutos mundos fantásticos. Su gusto por las escenas referidas a la alquimia y sus metamorfosis de la figura femenina, mito primero de la creación simbolizado como fuente natural de belleza y regeneración, fueron las características que más la definieron.
Dentro de su obra escultórica existe una colección de piezas elaboradas a partir de huesos, espinas de pescado y toda suerte de restos orgánicos, alambres, cuerdas, etc. Muchas de ellas presentan apariencias de fósil fantástico, esqueleto animal o tótem tribal; son obras verdaderamente conseguidas y dignas de enriquecer el cuadro de honor de las mejores rarezas de la figuración surrealista española. La carrera artística de Remedios Varo se vio truncada por un fatal paro cardíaco en su etapa de plenitud creativa, muriendo el 8 de octubre de 1963 en la ciudad de México, a la edad de 55 años.
Remedios Varo está considerada a nivel internacional como una de las mejores exponentes del surrealismo.