El lanzamiento de un satélite al espacio visto desde otro satélite en órbita

La compañía Planet ha fotografiado el lanzamiento de uno de sus satélites desde otro satélite idéntico al que va a bordo de la Soyuz camino a la órbita.

La órbita baja de la tierra está plagada de satélites. A cada minuto tienes un satélite sobre tu cabeza, lo que nos podría dar a entender que utilizar uno para tomar imágenes de un lanzamiento espacial es cosa de apuntar y disparar. A diferencia de lo que vemos en las películas, o lo que sucede con los satélites dedicados a tales menesteres, es bastante complicado que un lanzamiento espacial coincida al momento con un satélite disponible para retratar el momento y que su propietario quiera usarlo para fotografiar tal acontecimiento (si tiene esa capacidad).

Planet es una de esas compañías que lo ha conseguido, y les ha costado bastante. Es irónico cuando, precisamente, son una compañía espacial cuya misión es la de fotografiar la tierra cada día y comprobar que el cambio global existe y se puede actuar sobre él. Planet fue fundada por un grupo de ex científicos de la NASA en 2010, y desde entonces están poniendo satélites en órbita para fotografiar la superficie de la tierra.

El satélite Dove de Planet va a bordo de un cohete Soyuz ruso

Durante uno de los lanzamiento del Dove, los satélites de Planet encargados de fotografiar la tierra, coincidió que otros de sus satélites pasaba por la zona, y aprovecharon para fotografiar y animar el lanzamiento de un satélite haciendo fotos desdes otro satélite. Y claro, el resultado es tan espectacular que lo único que echamos de menos es una resolución mayor para ver el acontecimiento en todo su esplendor, aunque ya lo conseguido por Planet es un hito casi histórico:

Lo que se ve en la animación anterior es el lanzamiento de un satélite Dove de Planet en un Soyuz desde el Cosmódromo de Baikonur en Kazajstán, fotografiado por otro satélite Dove orientado a 50 grados hacia el lugar del lanzamiento, y tomando una foto por segundo mientras el Soyuz viajaba, tras el despegue a una velocidad de siete kilómetros por segundo (25200 km/h).