Escándalos de Morena y el Sistema Nacional Anticorrupción
No es novedad que el partido Morena y su jerarca, el santón “izquierdista” Andrés Manuel López Obrador, estén dando cobijo a lo peor de la política mexicana. Ni tampoco es de sorprenderse que uno de sus militantes activos, como Rigoberto Salgado Vázquez, jefe delegacional de Tláhuac, se vea envuelto en un nuevo escándalo, pues este personaje, muy cercano a Andrés Manuel López Obrador, ya estaba en la mira del Senado de la República por perpetrar saqueos en su demarcación, y ahora está en medio de otro escándalo por sus supuestos vínculos con el crimen organizado, luego del operativo que realizó la Marina para capturar a Felipe de Jesús Pérez Luna, alias El Ojos, dirigente del cartel de Tláhuac que finalmente fue abatido por los marinos. Sin embargo, Rigoberto Salgado, en un grado de cinismo que provoca indignación, declaró ante los medios de comunicación que desconocía las actividades que dicho cartel realizaba en la delegación que él gobierna, latrocinios que van desde el tráfico de drogas hasta secuestros, homicidios y desapariciones forzadas.
Ahora, los principales medios de comunicación nacionales y fuentes de la PGR destacan los nexos que el allegado de López Obrador tuvo con Felipe de Jesús Pérez Luna, alias El Ojos, y su grupo criminal, ya que no se puede dejar pasar por alto que más de 5 mil supuestos choferes de mototaxis que operan en Tláhuac realizaban actividades como “halcones” al servicio de El Ojos, y que recibieron placas de su gobierno delegacional, pero ahora el delegado morenista, que pensó huir del país luego de la muerte de El Ojos, asegura que ese tema de transporte alternativo “es competencia de la Secretaría de Movilidad del gobierno de la Ciudad de México”, cuyo titular es Miguel Ángel Mancera.
Al mismo tiempo, destacados medios nacionales señalan el aparatoso auge económico que Rigoberto Salgado ha tenido, sobre todo en los últimos dos años que ha estado al frente de la jefatura delegacional tlahuaquense.
Lo cierto es que Rigoberto Salgado jamás denunció ni se deslindó públicamente de la situación grave que se vivía en la delegación que gobierna.
Ante estas turbiedades, Andrés Manuel López Obrador enfrenta un golpe bajo para su ambición presidencial, un golpe que proviene de su mismo equipo y que a estas alturas resulta ya imposible defender lo indefendible, pues para nadie es un secreto la cercanía que el jefe delegacional morenista de Tláhuac tiene con el santón “izquierdista” tabasqueño.
Y precisamente para evitar deslindes olímpicos negando acciones u omisiones en hechos de corrupción graves, abusos de poder, tráfico de influencias, encubrimientos, enriquecimiento ilícito, cohecho o peculado por personas que manejen recursos públicos, ya está en vigor el Sistema Nacional Anticorrupción y la Ley General de Responsabilidades Administrativas. Así, funcionarios, servidores públicos y hasta particulares podrán ser sancionados de acuerdo al tipo de faltas o delitos que se les compruebe, catalogados entre graves y no graves.
Y aunque se le ha dado mayor relevancia a las figuras de los fiscales anticorrupción, tanto el nacional como los estatales, lo cierto es que desde el 19 de julio pasado los diferentes sistemas de cada entidad deben estar realizando sus funciones. Así las cosas y por desconocimiento de esta nueva ley, algunos funcionarios podrían estar cometiendo faltas al no percatarse que las sanciones con la reciente Ley General de Responsabilidades Administrativas son mayores.
Se pretende que con la instalación de esta ley y este sistema se puedan combatir por fin la corrupción e impunidad que dominan en nuestro país; sin embargo, a lo largo de los años han surgido instancias que se han creado precisamente para evitar la corrupción y han terminado corrompiéndose por los intereses venales de quienes nos gobiernan. ¿Quién garantiza que no suceda lo mismo si este Sistema Nacional Anticorrupción fue creado por esa partidocracia que siempre nos ha saqueado de manera impune?
En el tema de seguridad, cuestión en la que incide tanto la corrupción como la impunidad, mientras el INEGI, de acuerdo a una encuesta realizada en 300 hogares de diferentes puntos de la capital de Durango, percibe esta ciudad como segura, lo que la llevó recientemente a colocarse en el segundo lugar a nivel nacional, los datos duros que presenta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y el Semáforo Delictivo arrojan que en esta ciudad la eficiencia de las autoridades en materia de seguridad está siendo superada por delitos de alto impacto, con cifras a la alza en secuestro, robo a casa habitación, robo de vehículos, lesiones y violación respecto al año pasado, por lo que no es de extrañarse que aun y con todas las políticas agresivas que ha implementado Donald Trump, nuestros paisanos sigan intentando cruzar la frontera norte arriesgando su vida, ante la falta de oportunidades que tienen para sacar adelante a sus familias; esto, por desgracia, ya se ha visto en ejemplos como el de nuestros connacionales que terminaron muertos, encerrados en un tráiler sin ventilación, por lo que se debe puntualizar que una cosa es la percepción muy particular de ciertas instituciones y otra cosa son los hechos, en los que los afectados siempre son los más pobres.