La economía está en un bache: analistas; a Peña Nieto se le salió de control en sólo 15 meses de gobierno, dicen.
Muy lejos de fortalecerse la economía de los mexicanos.
Juliana Fregoso.
Ciudad de México.- Los primeros 15 meses de gobierno del priista Enrique Peña Nieto han sido catastróficos para la economía. Las quejas apuntan hacia la Reforma Hacendaria, que aumentó los impuestos tanto a ciudadanos como a empresarios, lo que golpeó el consumo y las inversiones, coinciden expertos del sector privado, de la banca y académicos.
Desde finales de marzo pasado, bancos y calificadoras empezaron a recortar sus previsiones de crecimiento para este año, lo que fue el preludio para lo que días después confirmaría el Banco de México (Banxico): la economía en 2014 empezaba igual que en 2013, con pesimismo y pronósticos a la baja.
El viernes pasado, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México coincidieron en que será necesario bajar la proyección de crecimiento para 2014, fijada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en 3.9 por ciento.
Durante 2013, el gobierno federal tuvo que ajustar tres veces el crecimiento de Producto Interno Bruto (PIB). Su primer ajuste fue de 3.9 a 3.5%, luego de 3.5 a 1.8% y finalmente de 1.8 a 1.7%, tras argumentar el impacto de la escasa recuperación económica en Estados Unidos, además de los efectos meteorológicos de “Ingrid” y “Manuel” que ocasionaron daños en 21 estados del país durante septiembre pasado.
Ahora, los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico dijeron que esto se debe a que el consumo y la inversión privada no muestran señales claras de recuperación, pese a un mayor gasto público. El documento divulgado por el propio Banco Central precisa que las perspectivas de corto plazo para la economía mexicana se han deteriorado y prevalecen condiciones de “holgura” en la actividad productiva en general.
Analistas entrevistados por SinEmbargo coinciden en que 2014 es la prueba de fuego para el proyecto económico del actual gobierno, pues si bien es cierto que el año pasado la incertidumbre por el cambio de sexenio y la crisis en Estados Unidos fueron dos factores que influyeron de manera negativa en la economía nacional, este año ninguna de estas condiciones existe.
Coinciden también en que el crecimiento no va de la mano con las reformas estructurales impulsadas por Peña Nieto, ya que siempre quedó claro que su alcance se vería hasta 2015.
REFORMA HACENDARIA DE PEÑA
“Es indudable que una de las razones por las que no estamos creciendo y que las expectativas no se van a cumplir tiene que ver con que, además, la Reforma Fiscal también fue equivocada: no solamente no estimuló la inversión sino que castiga el gasto en inversión real y especulativa”, opinó Luis Foncerrada Pascal, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Con la reforma, las ganancias de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) tendrán un impuesto del 10%; los empleados con ingresos superiores a medio millón de pesos al año pagarán un Impuesto Sobre la Renta (ISR) de 31%, cifra que se incrementará progresivamente hasta 35%.
También se avaló el incremento de 11 a 16% del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en zonas fronterizas.
Diputados y senadores avalaron además elevar el porcentaje de deducibilidad de prestaciones laborales –tanto para empresas como individuos– a 53% desde 47%, y la creación de un mecanismo de control que evite que el empleador transfiera a los trabajadores el costo de este impuesto.
El Congreso determinó la desaparición del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) y el Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE), con el objetivo de que los ingresos empresariales estén gravados solo con el ISR.
Todo, en conjunto, a juicio de Foncerrada Pascal, tiene detenida la economía del país, pues el consumidor no gasta ante la incertidumbre, la iniciativa privada no invierte porque no encuentra las condiciones para hacerlo y el gobierno tampoco abre la cartera.
“La Reforma Hacendaria lo que provocó es una importante reducción en el ingreso disponible de las familias y de las empresas por el incremento del ISR y por los otros aumentos en alimentos y bebidas, más los incrementos en gasolina y gas que redujeron el poder adquisitivo”, abundó.
En enero, según datos del CEESP, el consumo tuvo una caída de 24 por ciento, principalmente en el índice de la posibilidad de adquirir bienes de consumo duradero, y en febrero volvió a caer en 22 por ciento.
Jorge Gordillo Arias, director de Análisis Económico de CIBanco, consideró por su parte que la expectativa que la administración federal despertó en torno a las reformas estructurales, principalmente la Energética y la de Telecomunicaciones, “ya le está jugando en contra” al Presidente.
Lejos de generar crecimiento, consideró, las reformas han generado incertidumbre en los agentes económicos porque “en cuanto a su implementación, todo mundo dice: ‘me gustan, es muy fuerte la idea’, pero nadie sabe a quién le van a beneficiar o cómo se van a implementar y esto está generando que empresas e inversionistas estén reteniendo sus inversiones”.
A juicio de Haydeé Moreya García, coordinadora ejecutiva de la Maestría en Negocios de la EGADE del Tec de Monterrey, Campus Santa Fe, señaló que desde 2013 empezamos a “tener una inercia por la Reforma Fiscal; en enero la gente lo sintió en el bolsillo y ahí están los precios que alcanzaron los productos agropecuarios. Tenemos un consumo deteriorado que no ha impactado en el Producto Interno Bruto (PIB)”.
(www.sinembargo.mx).