Salud, el gran fracaso del gobierno “del cambio”
De la redacción de razacero.
Luego de la comparecencia del titular de la Secretaría de Salud, Dr. Sergio González Romero, ante el Congreso del estado de Durango el pasado 25 de septiembre, en el marco de la glosa del segundo informe de gobierno estatal, fue insultante escuchar a este servidor público declarar a algunos medios de comunicación que el grave desabasto de medicamentos se debe en buena parte a los descalabros financieros que perpetró “el gobierno anterior”. Así, a dos años de distancia, este estribillo sigue siendo cantado por casi todos los altos funcionarios del gobierno “del cambio”, que de manera cínica siguen culpando a la pasada administración priísta de los yerros y omisiones que están cometiendo, irresponsabilidades que en algunos casos ya caen en el ámbito de la criminalidad por las muertes que han provocado.
Algo anda muy mal en una secretaría en la que su Dirección de Administración ha cambiado de titular en por lo menos tres ocasiones y el repudiado ex secretario, Dr. César Humberto Franco Mariscal, renunció a su cargo a mediados de año pero, tras bambalinas, continúa dando órdenes a no pocos directivos.
No hay seriedad, y en este marco de inconsistencias los únicos perdedores han sido los ciudadanos duranguenses.
Corrupción y más corrupción es la única respuesta que puede haber cuando no hay medicamentos ni equipo médico elemental en los hospitales de Durango y aún así la directora de Administración, C.P. Ruth María Vázquez Barraza, recorta drásticamente y de manera arbitraria el presupuesto destinado a las Unidades Médicas del estado mientras abulta facturas de proveedores de servicios privilegiados, generalmente parientes de altos funcionarios del gobierno “del cambio”.
“Esta situación ya es insostenible y por desgracia muchas cosas no trascienden a los medios de comunicación. Recientemente falleció un niño como consecuencia de una infección en el Hospital Materno Infantil, en donde desde hace dos meses no hay jabón para la limpieza especializada que requiere este tipo de instalaciones. Otros niños han enfermado por esta situación y los directivos lo saben, pero el principal, Dr. Víctor Hugo Rivera Núñez, no hace nada para resolver este gravísimo problema”, denuncia un empleado de este hospital que solicita el anonimato para evitar represalias laborales.
A estas alturas del sexenio, esta secretaría ha sido saqueada tan igual o más que en el pasado sexenio priísta pues, según información que circula en la misma secretaría y en las redes sociales, en 2017 la Secretaría de Salud del estado de Durango ejerció un presupuesto de 4,760 millones de pesos, cuando solamente le fueron asignados 3,208 millones, presentando un excedente de gastos que asciende a los 1,552 millones de pesos. ¿Qué destino tuvo esta cantidad estratosférica de dinero?
Al interior de esta secretaría hay molestia y enojo de un amplio sector de la planta laboral que se caracteriza por ser cien por ciento institucional: “En el Hospital Materno Infantil el jefe del Departamento de Recursos Humanos, que se ostenta como licenciado pero carece de cédula profesional, José Armando Montelongo, ha convertido las oficinas en auténticas pasarelas de edecanes pues ha removido al personal para poner en su lugar a decenas de jovencitas guapas, pero sin ninguna experiencia administrativa. Y lo peor de todo es que a estas muchachitas con un par de meses trabajando, José Armando Montelongo ya les dio sus bases laborales”, expone una de las trabajadoras de este hospital. Otro de los “logros” de este “servidor público” es haber justificado un año completo de inasistencias al hijo del “líder social” Wenceslao Reyes Alvarado, acusan los trabajadores.
Y un personaje más que también destaca en esta secretaría es el Dr. David Alanís Curiel, hijo del Secretario General de Gobierno del estado de Durango, Arq. Adrián Alanís Quiñones, que extrañamente ocupa el cargo de Jefe del Departamento de Conservación y Mantenimiento, en lugar de dar consultas y realizar operaciones quirúrgicas.
“El Dr. David Alanís, en contubernio con el director de Planeación, Ing. Arturo Preza Cisneros, selecciona a su arbitrio a las empresas que realizan trabajos de mantenimiento e infraestructura en las instalaciones médicas y hospitalarias que la secretaría de Salud tiene en todo el estado de Durango, pero casualmente la empresa constructora que siempre resulta beneficiada es la llamada Carsa Multiservicios, ligada a la familia Alanís Curiel. Tan solo en los dos primeros años de este sexenio esta empresa ha pintado en tres ocasiones el Hospital Materno Infantil, cobrando más de 20 millones de pesos”, manifiesta un alto funcionario de esta secretaría, y añade: “Basta ver los conceptos para darse cuenta de los sobreprecios abusivos con los que esta empresa factura al gobierno del estado”.
Por lo pronto, mientras el Congreso del estado de Durango, hoy conformado en su mayoría por diputados morenistas, no exija cuentas claras al titular de esta secretaría y admita como ciertos los argumentos que esgrimió en su recinto durante su comparecencia, en los que aseguró que todo va bien, el pueblo de Durango seguirá sufriendo las consecuencias de una corrupción planeada y ejecutada con la confianza de que por más denuncias que la ciudadanía haga no habrá castigo para los responsables de la tragedia que vive Durango en este rubro tan sensible que es el de la salud.