La imagen siempre es relativa

Las personas logran ver solo aquello para lo que están preparadas para ver. Toda percepción de la vida depende exclusivamente de un estado de conciencia.

En estos tiempos y en la vida diaria la imagen es fundamental, y la percepción que tengamos de alguien nos ayuda o no a confiar con el simple hecho de ver como habla, como se comporta y como se viste, y más ahora en que las redes sociales forman parte fundamental de esa percepción. Y si para el quehacer cotidiano esto es importante, imaginemos lo que significa para los artistas o politicos.

Para formarnos una idea de cómo son, hay aspectos importantes que tomamos en cuenta aun sin saber. A estos aspectos se les llama axiomas, que significa: Principio, sentencia o proposición que es clara y evidente, o sea que no necesitamos comprobación pues solo nos basta ver a las personas para dar por hecho su forma de ser. Esto lo estamos viendo con Andrés Manuel López Obrador que por más cosas negativas que se digan de él o de su grupo de colaboradores, sus seguidores no las pueden creer porque ya tienen una imagen definida y determinada de cómo es nuestro próximo presidente. Los aspectos que consideramos para calificar o catalogar a las personas son los siguientes:

El 83% de las decisiones las hacemos por los ojos: El sentido de la vista es casi siempre el más importante en los humanos; aun cuando en algunos aspectos debería ser algún otro, casi siempre damos mayor peso a la vista para aceptar o rechazar algo.

El santón “izquierdista” Andrés Manuel López Obrador, ¿genio y figura… o la mona aunque se vista de seda mona se queda?

La mente decide mayoritariamente basada en sentimientos: La mente se encarga de tomar decisiones a través de las emociones. Contrario a lo que generalmente se piensa, el cerebro trabaja más ligado a las emociones que a un proceso de lógica. La imagen que se creará sobre un individuo será gracias a las emociones apeladas y a los recuerdos que éstas provoquen.

La eficiencia de una imagen irá en relación directa con la coherencia de los estímulos que la causan: La creación de una buena imagen no debe dejar de lado ningún estímulo, ya que todos y cada uno de ellos forman el proceso de la percepción de manera integral.

A mejor imagen, mayor poder de influencia: El tener una buena imagen trae consigo beneficios, tales como: incremento de seguridad en sí mismo, aumento en el nivel de confianza transmitida, y lo más importante: credibilidad. La influencia sobre el grupo que se aborda será mayor y más efectiva si se cuenta con una buena imagen pública.

La imagen de la titularidad permea en la institución: La imagen de la cabeza de un grupo o una institución es la que define a la propia institución en la mente de los receptores, por lo que, en el caso de una imagen pública grupal, se debe trabajar primero con la imagen personal del líder. 

La imagen de la institución permea en sus miembros: La imagen pública de una institución etiqueta a los miembros de ésta, de manera que la imagen de la institución será parte de la imagen de cada uno de sus miembros. Todo esto viene a colación por la tan famosa “consulta” que en días pasados se llevó a cabo para que un mínimo de personas sin estudios en cuanto a aeronáutica decidieran dónde construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

Vimos los colores de la boleta, los representantes, los voluntarios, los que contaron los votos, los financiadores, la gran mayoría de los municipios donde se instalaron casillas, así como también (y lo más peligroso) vimos que una de las opciones no dejaba de ser tendenciosa a favor de la corriente política que organizó la “consulta”; por lo tanto, esta no fue una “consulta” normal sino la primera “elección de Estado” (muy informal) del próximo gobierno. Y los axiomas en imagen pública con este ejemplo lo muestran claramente, ya que por más cosas negativas que se puedan decir de Andrés Manuel López Obrador, asi como de su grupo cercano de colaboradores, aunque sean ciertas ya no influyen para que los seguidores más acérrimos del futuro gobierno cambien la percepción que tienen del próximo presidente de México.