Sexualidad en la edad adulta media y tardía

Leire Méndez Torrubiano.
Psicóloga y sexóloga.

Si la sexualidad es un tema tabú a cualquier edad, más lo es en la vida adulta media y tardía (desde los 55 años en adelante). Los seres humanos somos seres sexuados desde que somos fetos hasta que morimos y, como tales, cuando pasa nuestra edad fértil, podemos seguir disfrutando del placer que nos brinda nuestra vida sexual.

La realidad es que cuando llegamos a cierta edad, en la que somos más dependientes de otras personas, nuestra sexualidad pasa a un segundo plano.

En esta etapa de nuestra vida, tener una vida sexual activa sólo puede traer beneficios:

  • Tras la menopausia, ya no hay riesgo de embarazos no deseados.
  • El sexo libera numerosas sustancias en el cerebro que repercuten en nuestra calidad de vida:
    • Serotonina: Provoca sensación de bienestar y regula el sueño y la ingesta de alimentos.
    • Oxitocina: Es la hormona del apego y nos hace tener mucho más cariño a nuestra pareja.
    • Dopamina: Provoca sensación placentera.
    • Endorfinas: Sentimos felicidad y euforia. Son un analgésico natural, algo que puede ayudar a las personas mayores que tienen dolencias difusas.

Mantiene un cuerpo saludable porque es un ejercicio cardiovascular que hace mover grandes grupos musculares. Además, todas las sustancias antes mencionadas fortalecen el sistema inmune. El sexo también es un antihistamínico natural (ayuda a combatir el asma y alergias, y despeja la congestión nasal).

El sexo es una actividad que hace aumentar nuestra autoestima, nos reporta placer, quita tensiones, nos pone más contentos, y… ¡no es solo cosa de jóvenes!

(losargonautas.org).