Parafraseando a Silvio
Sin duda alguna, el tema obligado de conversación en todo el país es el combate al robo de gasolina o huachicoleo, que ha emprendido el gobierno lopezobradorista durante las últimas dos semanas. La toma del control de las instalaciones estratégicas de abasto y distribución de PEMEX en todo el país por parte del Ejército y la Marina, es una medida aplaudible, así como el cierre de ductos para evitar que el saqueo continúe; sin embargo, esta estrategia está adoleciendo de un par de puntos medulares, que son el abasto eficaz de gasolinas a todo el territorio nacional y la aprehensión inmediata de los principales autores intelectuales y materiales de este delito, que ya está considerado como grave, pues es inaceptable que mientras millones de mexicanos padecen el desabasto del vital combustible con las complicaciones que esto conlleva, quienes se han enriquecido ilegalmente robando el patrimonio nacional gocen de impunidad.
Ya se sabía que la ordeña de ductos de gasolina era permitida por directivos corruptos de PEMEX en complicidad con bandas del crimen organizado, protegidos por altos funcionarios del gobierno federal desde los sexenios de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, y del priísta Enrique Peña Nieto, por lo que no extraña que ahora el gobierno de Andrés Manuel López Obrador esté investigando al general Eduardo León Trauwitz, quien fuera titular de la Subdirección de Salvaguardia Estratégica (SSE) de Pemex y ex escolta personal del ex presidente Enrique Peña Nieto cuando éste fue gobernador del Estado de México.
Este general es una parte del engranaje mafioso que no solo tuvo como objetivo hurtar millones de litros de gasolina para hacer enormes fortunas, sino hacer quebrar a la paraestatal más importante del país perjudicando a todos los mexicanos. Tan solo en 2018 este saqueo representó para PEMEX la pérdida de más de 60 mil millones de pesos.
Hoy, las voces que siempre sirvieron a los regímenes corruptos panistas y priístas, como ensordecedora periquera ponen el grito en el cielo por el “grave” desabasto de gasolinas que se está dando en algunas regiones del país, cuando jamás condenaron el vil asalto del que diariamente éramos objeto los ciudadanos por una minoría de políticos, directivos de PEMEX y delincuentes. Aquí cabe la pregunta que se hiciera el enorme compositor cubano Silvio Rodríguez en uno de sus más conocidos temas musicales: “¿Hasta dónde debemos practicar las verdades?”.
El pueblo de México ya no puede ni debe seguir tolerando abusos ni solapando a corruptos, y el santón “izquierdista” Andrés Manuel López Obrador lo sabe muy bien. Él sabe que de no cumplir con el deber que le fue conferido, ese tigre del que tanto habló como realidad virtual puede convertirse en una realidad física y emprenderla no solo contra su proyecto político sino contra todos esos gremios delincuenciales de cuello blanco a quienes no les ha importado más que sus intereses sucios por encima del sufrimiento y miseria de las mayorías. Por eso el “perdón”, el “borrón y cuenta nueva” y el “punto final” propuesto por López Obrador han sido inaceptables por sectores muy amplios de la ciudadanía. No se puede emprender una Cuarta Transformación de México sin someter al imperio de la ley a quienes tanto daño nos han hecho.
Los estrategas políticos del gobierno federal de “izquierda” deben saber que las exoneraciones bajo la mesa tarde o temprano se hacen evidentes desacreditando y deslegitimando a quienes investidos de un poder popular transan, negocian o pactan con sátrapas y saqueadores.
Bien por López Obrador, por la toma del control de las instalaciones de PEMEX por el Ejército y la Marina; bien por el cierre de ductos y el inicio de investigaciones para aprehender y procesar a los ladrones de gasolina o huachicoleros, pero esperemos que esto no se quede solo en el castigo a un general y a unos cuantos incautos. Esperemos que caigan quienes deban de caer.
En este contexto, el éxito del gobierno lopezobradorista en las acciones que ha emprendido contra los huachicoleros podría traerle adeptos políticos a su partido de origen, Morena, sobre todo en esas entidades en las que habrá elecciones este año, como en Durango, a reserva de que los perfiles que presente como candidatos a las 39 alcaldías con las que cuenta esta entidad sean opciones presentables y no priístas y panistas reciclados. Por esto, mucho cuidado deberá tener la principal dirigente de este partido, Yeidckol Polevnsky, pues en esta ocasión los candidatos morenistas que aparezcan en las boletas electorales no contarán con el apoyo celestial; es decir, el santón “izquierdista” López Obrador no estará en las papeletas, y aunque se podría decir que, de acuerdo a las tendencias y encuestas, este partido va en caballo de hacienda en este estado norteño por la pobreza política y descrédito que tienen las demás alternativas como el PRI y el PAN principalmente, no se descarta alguna sorpresa.
Lo deseable es que en esta ocasión los candidatos morenistas no sean incondicionales o vasallos de los ex gobernadores priístas Ismael Hernández Deras y Jorge Herrera Caldera, ni tampoco serviles a la alcaldesa priísta corrupta de Gómez Palacio, Juana Herrera Ale. De ser así el pueblo de Durango podría darles un fuerte revés.
Por lo pronto, personajes decepcionantes por su peligrosa corrupción y ruindad, como El Alcalde Opaco de Durango, José Ramón Enríquez Herrera y la misma alcaldesa de Gómez Palacio, Juana Herrera Ale, de buscar la reelección, este año podrían irse a sus casas sin posibilidades de aspirar en 2022 a la gubernatura de Durango, pues ambos han demostrado de sobra que sus “proyectos políticos” son meramente mediáticos y altamente perjudiciales para el progreso de la mayoría de los ciudadanos que habitan estos importantes municipios de este estado.
Ya son tiempos electorales y, volviendo a parafrasear al cantautor cubano Silvio Rodríguez, podemos decir que “el tiempo está a favor de los pequeños, de los desnudos, de los olvidados”. Preparémonos para elegir a los mejores; si no los hay, a los menos peores, y si éstos resultan abyectos exijámosles sus renuncias, en sus oficinas, en las calles y en cualquier lugar donde los veamos.