Fernando Valenzuela
De la redacción de razacero.
Fernando Valenzuela, “El Toro”, como se le conoce en el mundo del deporte, nació el 1 de noviembre de 1960 en el pueblo de Etchohuaquila, del municipio de Navojoa, en el estado de Sonora, al norte de México.
Fue el menor de 12 hijos de la pareja formada por Avelino Valenzuela y Hermenegilda Anguamea. Campesino y de escasos recursos, el joven Valenzuela gustaba desde muy pequeño del deporte que todos practicaban en su pueblo natal, el béisbol.
A los 17 años, participó en un juego de estrellas representando a Ciudad Obregón, destacando como lanzador o pitcher, ganando el premio del Jugador Más Valioso.
Comenzó su carrera profesional en el equipo de Los Cafeteros de Tepic, en 1977, para posteriormente ser contratado por Los Mayos de Navojoa; después de un Torneo Nacional de Primera Fuerza celebrado en La Paz, B.C.S., fue enviado al equipo de Guanajuato, de la Liga Central.
Al desempeñar un excelente papel en este equipo, Fernando llamó la atención de Los Tuzos de Silao, el cual le ofreció un contrato por 250 dólares, este equipo también jugaba en la Liga Central de México. En su primera temporada tuvo un récord de 5 ganados y 6 perdidos, con un promedio de carreras limpias de 2.23. Al año siguiente, con 18 años, la Liga Central fue absorbida dentro de la expansión de la Liga Mexicana de Béisbol y automáticamente Fernando elevó su nivel a Triple A.
Ya en la Liga Mexicana, debutó con el equipo Puebla, pasando a Los Leones de Yucatán, en donde el joven sonorense impresionó al conocido cazatalentos Mike Brito, quien en julio de 1979 lo llevó a firmar contrato por 120,000 dólares con Los Dodgers de Los Ángeles. Fernando Valenzuela, de esta manera, llegaba a las Ligas Mayores comenzando su leyenda.
Con Los Dodgers de Los Ángeles Fernando Valenzuela ganó la Serie Mundial en 1981, estableciendo este mismo año el récord de shutouts para un novato, con 8 blanqueadas; también, el Sporting News lo nombró Mejor Jugador del Año, Mejor Pitcher del Año y Pitcher Novato del Año, y le fue concedido el trofeo Cy Young.
En 1986 fue premiado con el Guante de Oro. En 1988, año en el que los Dodgers ganaron nuevamente la Serie Mundial, Valenzuela ganó solo cinco juegos y se perdió el resto de la temporada por lesión en su brazo izquierdo.
El 29 de junio de 1990, lanzó su único juego sin hit ni carrera en las Ligas Mayores contra Los Cardenales de San Luis, ganando 6-0.
En 1991 Los Dodgers liberan su contrato y Fernando Valenzuela juega con diversos equipos como Los Orioles de Baltimore, Los Phillies de Filadelfia, Los Padres de San Diego y Los Cardenales de San Luis, su último equipo en las Grandes Ligas, retirándose en 1997 con un récord de 173 partidos ganados y 153 perdidos, con 31 blanqueadas y un juego perfecto sin hits ni carreras.
Valenzuela fue considerado atípicamente como un buen bateador para ser pitcher. Su mejor año fue 1990, su último año con Los Dodgers, cuando bateo .304 con cinco dobles, un jonrón y 11 carreras impulsadas en 69 turnos al bate. Tuvo un OPS de 101, colocando a Valenzuela justo arriba en porcentaje entre todos los bateadores de la Liga Nacional en ese año.
Luego de su retiro de las Grandes Ligas, Valenzuela jugó en la Liga Mexicana.
El 20 de diciembre de 2006, en Mexicali, Baja California Norte, “El Toro” Valenzuela fue el pitcher abridor de Las Águilas de Mexicali en el último juego profesional de su carrera.
En 2006, 2009 y 2013, fue parte del equipo de mánagers de la Selección de México en el Clásico Mundial de Béisbol.
En 2017, Valenzuela compró el equipo Tigres de Quintana Roo, de la Liga Mexicana de Verano, manteniéndose activo hasta la fecha, pero ahora como empresario del “Rey de los Deportes”.
“El Zurdo” Valenzuela, como también le llamaron, lanzaba girando la muñeca hacía afuera del cuerpo, siendo uno de los pocos lanzadores que dominaba la “bola de tornillo”, tirabuzón o screwball.
Fernando Valenzuela mantiene el récord de más aficionados metidos a los parques de béisbol durante 10 años de carrera. Ni Babe Ruth, ni Roger Maris, ni Mickey Mantle, ni Hank Aarón, ni Joe DiMaggio, ni Jackie Robinson, ni Ted Williams, ni Nolan Ryan, ni ningún otro pelotero en la historia de las Grandes Ligas ha logrado llevar a los estadios a los millones de fans que Fernando “El Toro” Valenzuela atrajo para verlo jugar.