100 días de AMLO

Las convenciones temporales para analizar el ejercicio gubernamental resultan de suyo arbitrarias y complejas. ¿En qué momento debemos hacer un alto en el camino para mirar lo construido y revisar los pendientes; para saber lo que ha sido atendido y tener la certeza de lo que se ha pasado de largo? Los cien primeros días suelen ser un buen corte para saber qué áreas serán prioritarias y cuál será la estrategia para atenderlas, aunque no necesariamente marquen el rumbo definitivo que tendrá una administración.

López Obrador inició su gobierno con el mayor bono democrático e incluso su popularidad, hoy por hoy, roza 90% de aceptación. Para hacer un pequeño comparativo, recordemos el arranque de Carlos Salinas de Gortari cuando prometía una inflación de 18% anual y un crecimiento de 1.5%; o el “error de diciembre” de Ernesto Zedillo, que pulverizó el patrimonio familiar y empresarial de millones de mexicanos, y obligó a la contratación de 25 mil millones de dólares de deuda pública; o la fraudulenta llegada de Felipe Calderón, y la militarización del combate al narcotráfico con miles de personas asesinadas y desaparecidas por todo el país; o Enrique Peña y su Pacto por México para tratar de sacar adelante las “reformas estructurales” que tan paupérrimos resultados han generado. De cara a aquellos arranques, estoy cierto que hoy el panorama es mejor.

En comparación con los inicios de los gobiernos priístas y panistas de los últimos tiempos, la administración lopezobradorista, a pesar de sus tropiezos, ha dado más resultados positivos que negativos en sus primeros 100 días.

Lo positivo de estos primeros cien días del lopezobradorismo ha sido su lucha contra la corrupción, envuelta en una narrativa de valores perdidos y de marginación social para explicar por qué millones de personas se inmiscuyen en estas prácticas protegidas por el manto de la impunidad pública y privada. El discurso se ha hecho acompañar de acciones concretas, aunque no suficientes para terminar con ese flagelo, razón por la cual faltan detenidos y no hay acusaciones. Si bien la ciudadanía acepta como válidos los señalamientos realizados desde la presidencia de prácticas corruptas por parte de varios miembros de la clase política, no queda claro por qué las personas señaladas no tienen expedientes abiertos para determinar o no su culpabilidad.

La principal acción para acabar con la corrupción en PEMEX ha sido el combate al robo de combustible realizado de diversas maneras y con una amplia participación de personas ligadas al negocio de la gasolina y de miembros de grupos criminales. La lucha contra el huachicol en sus diversas modalidades generó malestar e impacto negativo en miles de personas, pero me parece que ha sido una decisión adecuada.

Uno de los aciertos fue la creación de la “Comisión Presidencial para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa”, con la finalidad de buscar y encontrar los cuerpos de los 43 normalistas desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. En este contexto también se enmarca la búsqueda de los miles de desaparecidos en México, bajo la doble premisa: que se dé con el paradero de esas personas y que acaben las desapariciones. No estoy seguro de que localicen a todas las personas desaparecidas, pero sí estoy convencido que deben ser buscadas. Otro de los programas positivos ha sido el de apoyo a la lectura mediante la construcción y remozamiento de espacios bibliotecarios y librerías, así como la publicación de miles de ejemplares a bajo costo por el Fondo de Cultura Económica.

Resulta positivo mantener las finanzas públicas sanas y no aumentar la deuda pública. En tanto, la paridad peso-dólar se ha mantenido por debajo de los $19 pesos por cada billete verde. En el tema migratorio, reconozco como positiva la cancelación del Plan Frontera Sur que militarizaba y criminalizaba la migración de centroamericanos por nuestro país.

En el contexto internacional me parece que la decisión del gobierno de no apoyar una intervención en Venezuela y de reconocer al gobierno de Nicolás Maduro, sin dejar de hacer un llamado al diálogo para que se resuelvan los problemas en aquel país entre los seguidores de Juan Guaidó y los del presidente venezolano, ha sido la postura más prudente y menos injerencista de todas las que hemos visto hasta ahora.

Los aspectos negativos continúan siendo los altos niveles de violencia y la poca efectividad en el combate al crimen organizado. La Guardia Nacional apenas será conformada, y es necesario esperar para analizar sus resultados. Mientras tanto, diciembre y enero fueron los más violentos desde 1997: los feminicidios en enero sumaron más de setenta, y tres periodistas y el activista Samir Flores Soberanes, opositor al Proyecto Integral Morelos, han sido asesinados este año. Una decisión poco acertada fue la cancelación del programa de estancias infantiles; reconozco la opacidad en la asignación de los recursos económicos en este rubro y las malas prácticas en su accionar, pero también debemos aceptar que no todas las estancias tenían irregularidades; además, asignar dinero a las familias para que solventen el gasto por cuidar a los menores no me parece que sea la mejor idea. Estoy cierto que ese recurso terminará formando parte del gasto corriente de los hogares y que en muchos casos serán los hermanos quienes terminen cuidando a los pequeños de la familia.

Con apenas tres meses en el cargo, López Obrador ha logrado desempolvar y estremecer las prácticas y discursos de la política nacional dándole un nuevo rostro a la forma de gobernar, sin que ello evite, desde luego, los claroscuros de cualquier administración.