Tan sencillas y tan complejas
Un “NO” dicho con profunda convicción, es mejor que un “SÍ” meramente para complacer o, lo que es peor, para evitar un conflicto.
Estas dormido(a), suena el teléfono y son tus amigos que traen la fiesta desde temprano y te preguntan si pueden ir a tu casa porque traen ganas de seguirla y tú, aunque quieres decir que ‘’no’’, ¿les respondes que “sí”, aunque tú no estés con ellos?… o tu jefe te pide que visites a unos clientes el fin de semana porque él no puede hacerlo, pero tú ya tenías ese fin comprometido con tu pareja, familia o amigos desde hace tiempo y dices: “sí, está bien”. ¿Cómo decir que “no” sin afectar la relación con tu jefe? Llama tu mejor amiga y te pide que al día siguiente en la tarde vayas a su casa porque tendrá una demostración de sus productos carísimos de los que tanto han comentado, ¡¡¡y como eres excelente para hablar y convencer pues tienes que ir a apoyarla!!!… y tú esa tarde debes entregar un trabajo del fin de mes. ¿Cómo decirle que “no”?
¿Cuántas veces no le pedimos a nuestra mamá cuando éramos niños un permiso y, como ya conocíamos el tono de su voz diciendo “no”, no muy convencida, le insistíamos e insistíamos hasta que conseguíamos que nos dijera que “sí”? Esto sucede sencillamente porque no hemos aprendido a decir “no” con convicción. Pero lo malo es que, desafortunadamente, todos, o casi todos, estamos tan acostumbrados que cuando nos hacen alguna petición, de alguna parte de nuestro cuerpo involuntariamente se escapa la palabra “sí”.
Claro que no se trata de que nos mantengamos en guardia, pero sí de estar conscientes de lo que respondemos y de que hay ocasiones en que tenemos que decir “no”, ya que al decirlo nos sentiremos bien, siendo una forma de decirnos ‘’si’’ a nosotros mismos (as).
¿Cuántas veces nos ha sucedido que para evitar algún conflicto, molestia o enojo con los demás hemos preferido responder “sí” a las peticiones que nos hacen a lo largo del día?
Sin embargo, el aprender y saber decir NO con determinación, simplemente nos indicará la calidad que queremos para nuestra vida.
‘’NO’’ es sencillamente, aunque no lo creamos, la palabra más poderosa de nuestro lenguaje, ya que tiene el poder de ser muy destructiva, pero también el poder de transformar nuestra vida positivamente.
Si tan solo aprendiéramos a pronunciarla en el momento oportuno, sería una especie de salvavidas, ya que esto significa respetarte a ti misma (o), a tus valores, tu tiempo y tu energía.
Decirle “no” a los demás significa decirte “sí” a ti misma (o). Creo que todos hemos comprobado que complacer solo por quedar bien, a la larga nunca resulta, nos aleja de la felicidad y, sobre todo, nos hace sentir molestos con nosotros mismos. Cuando te encuentres en una situación en la que estés a punto de decir “sí”, pregúntate cómo te sientes, y es muy válido que lo expreses.
Aquí te doy algunos tips que ayudan a que el “sí” no se nos escape tan fácilmente:
- Date un tiempo para decidir, respondiendo: “déjame pensarlo” o “¿qué te parece si te confirmo más tarde?”
- Practica el decir “no” con cosas sencillas, así poco a poco te irás acostumbrando, y cuando se te presente alguna situación más difícil ya no se te escapará tan fácilmente decir “sí”.
- Evita estar siempre para todos en cualquier momento, no es egoísmo, es sencillamente darte tú solo (a) tu lugar.
- El ser honesto es el camino más fácil y rápido, así que habla con el corazón.
- ¡Consiéntete!, date permiso aun si tienes trabajo.
- Disfruta de la vida, ese es el lujo que en verdad vale la pena.
Aprende a decir “NO” con convicción y te sentirás muy bien, te lo aseguro.