¡Deja de roncar, por favor!

Los hombres no roncamos, rugimos para proteger a nuestra pareja del coco, de los fantasmas y de los espíritus malignos.

Si duermes solo, los ronquidos no son ningún problema. Pero si duermes acompañado, la cosa se vuelve un poco más complicada. La mayoría de las personas ronca, aunque no lo sepa. Si duermes solo, a no ser que ronques tan fuerte que el propio sonido de tus ronquidos te despierte, no supone ningún problema. Pero si duermes con tu pareja, la situación puede convertirse en un incómodo motivo de discusión. Si te cuesta dormir y la persona que tienes al lado ronca, sus ronquidos pueden ser tu peor pesadilla. A veces el ronquido es temporal, pero si es crónico seguro que te interesa saber qué puedes hacer para evitarlo o para que no te afecte tanto.

1.- Según datos oficiales, un 45% de los seres humanos ronca de vez en cuando, y un 25% de las personas lo hace asiduamente. 

2.- Es algo que afecta igual, independientemente del género. Tanto hombres como mujeres roncamos alguna vez cuando dormimos. Es imposible no hacerlo.

3.- Cuando estamos durmiendo, los músculos de nuestra garganta se relajan, se destensan y adquieren una nueva posición, un poco más atrás que cuando estamos despiertos. Si la lengua y los músculos se distienden mucho, pueden obstaculizar el conducto por donde pasa el aire. Este, al intentar abrirse camino, genera una vibración en los tejidos del paladar, lo que se conoce como ronquido. A medida que la garganta se va resecando por el aire, el volumen del ronquido va aumentando. Aunque es imposible no roncar, algunos hábitos o factores físicos hacen más frecuente y fuerte el ronquido.

4.- Si estás constipado o tienes alguna alergia y estás congestionado, es muy probable que ronques al dormir. Estos síntomas pasarán cuando pase la congestión.

5.- El tabaco, el alcohol y las pastillas para dormir también favorecen el ronquido, sobre todo si se consumen antes de acostarse.

6.- Padecer sobrepeso aumenta el tejido del cuello que obstaculiza las vías respiratorias. La grasa que se acumula en la base del paladar es la causante. Bajar de peso reduce esta posibilidad. 

7.- Cualquier problema en el tabique nasal influye en la respiración, ya sea de día o de noche. Pólipos, malformaciones de hueso, roturas, etc.

8.- Aunque es muy infrecuente, el ronquido puede ser un síntoma de apnea o enfermedad del sueño. Quien la padece deja de respirar por unos segundos durante la noche, y cuando vuelve a hacerlo es cuando se produce el ronquido.

9.- La falta de tono muscular de nuestras cuerdas vocales también influye a la hora de roncar. Tomar clases de canto y ejercitar estos músculos puede influir positivamente para no roncar al dormir.

10.-Si cuidando estos hábitos y teniendo en cuenta estos principios no conseguimos solventar nuestro problema con los ronquidos, la mejor opción es recurrir directamente a los tapones de oídos.

Hábitos que hay que evitar:

¿Fumas o tienes alergia? El tabaco inflama la membrana de la mucosa de la garganta y de la nariz. A los alérgicos, el polen o el polvo les provocan algo similar porque inflama los tejidos implicados en la respiración.

Si tienes un tabique nasal desviado, el velo del paladar distinto (más largo o grande, situado más abajo o atrás), unas amígdalas muy grandes o pólipos nasales se obstruye el aire, lo que puede provocar ronquidos.

Puede ser una sinusitis. Esta inflamación de los senos paranasales (los conductos por donde pasa el aire por el interior de los huesos que rodean la nariz), así como una gripe o un resfriado pueden provocar que ronques puntualmente.

Y bueno, si el problema ya es muy agudo y hagas lo que hagas no dejas de roncar… ¡¡duerme solo!!