¿Habrá impunidad?

Fernando Miranda Servín.

Este próximo 31 de agosto concluye el que podría considerarse como el trienio más corrupto en la historia del municipio de Durango, encabezado por el alcalde “izquierdista” José Ramón Enríquez Herrera, de extracción emecista.

Mucho, muchísimo le quedó a deber a la ciudadanía duranguense el conocido oftalmólogo que tuvo el desacierto de rodearse de infinidad de advenedizos y directivos abyectos que, con su consentimiento, cotidianamente practicaron la satrapía, el saqueo al erario, el hostigamiento sexual y violaciones de derechos humanos en contra de los contribuyentes y de los trabajadores de este municipio.

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El Alcalde Opaco de Durango, José Ramón Enríquez Herrera, su administrador de la presidencia, Arnoldo Montenegro, y su secretario particular, Fabián Gutiérrez, manejaron 2 millones de pesos mensuales para solventar sus “gastos”.

Mal comenzó su gestión éste político encubriendo al ex alcalde priísta y actual diputado local, Esteban Villegas Villarreal, por los saqueos que encabezó, siendo uno de los más sonados el de La Casa Blanca de Durango, en el que el ex subdirector de Servicios Públicos Municipales, Alberto Escajeda Arce, dispuso de más de tres millones de pesos del erario para construir su casa en el fraccionamiento Colinas del Saltito.

Este y muchos delitos que quedaron impunes en las auditorías fantasmas supuestamente realizadas por la Contralora municipal enriquizta María del Rocío Marrufo Ortiz, todavía no prescriben pues la ley establece que son punibles hasta antes de los 7 años de haberse cometido, por lo que el alcalde panista electo, Jorge Salum del Palacio, tendrá facultades y la obligación legal y moral de fincar responsabilidades y esclarecer estos hechos ante la ciudadanía duranguense.

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Jorge Salum del Palacio, alcalde electo de Durango, de las responsabilidades administrativas y penales que finque en contra de directivos corruptos salientes dependerá la credibilidad de su gobierno.

Por otro lado, no debe olvidarse la denuncia pública que en febrero pasado hizo la regidora priísta Perla Pacheco, sobre el saqueo millonario en por lo menos tres direcciones municipales, como la Dirección Municipal de Seguridad Pública, que presentó un “desfase” de 12 millones de pesos; la Dirección de Protección Civil, de 4 millones, y la Dirección de Servicios Públicos, de 2 millones, siendo los titulares de estas dependencias, Óscar Galván Villarreal, Israel Solano Mejía y José Jorge Castañeda, respectivamente, los más corruptos de la administración enriquizta.

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Óscar Galván Villarreal, titular de la Dirección Municipal de Seguridad Pública, e Israel Solano Mejía, director de Protección Civil, dos de los directivos más corruptos del municipio de Durango, en la mira por sus “desfases” millonarios, sus actos de satrapía y violaciones a los derechos humanos en agravio de ciudadanos y trabajadores municipales.

Pero lo anterior solo es la punta del iceberg de lo que realmente sucedió en el gobierno del todavía alcalde José Ramón Enríquez Herrera, pues hoy trascienden de las mismas oficinas municipales las primeras traiciones y desencuentros entre los integrantes del gabinete del edil emecista; esto, dentro del proceso de entrega-recepción que se está llevando a cabo entre la administración saliente y el equipo que representa al alcalde electo Jorge Salum del Palacio.

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Luz María Garibay Avitia, actual síndico municipal y coordinadora del equipo de entrega-recepción del alcalde electo Jorge Salum, debe conocer muchas de las inconsistencias en las que incurrieron altos funcionarios del gobierno municipal encabezado por José Ramón Enríquez Herrera.

“José Jorge Castañeda, director de Servicios Públicos, se ha negado a firmar los gastos excesivos que realizó el subdirector general de Servicios Públicos, Raúl Gutiérrez, hermano del secretario particular del alcalde José Ramón Enríquez Herrera, Fabián Gutiérrez. Estos gastos fueron por concepto de pintas de bardas durante la reciente campaña electoral de José Ramón Enríquez, en la que pretendía reelegirse”, revela la fuente.

“José Jorge Castañeda terminó teniendo malas relaciones con el alcalde José Ramón Enríquez, y ahora pretende reivindicarse con los panistas que llegarán a gobernar el municipio”, abunda el entrevistado.

“Arnoldo Montenegro, administrador de la presidencia, y Fabián Gutiérrez, secretario particular del alcalde José Ramón Enríquez, manejaron a discreción, desde el principio del trienio, una partida presupuestal de 2 millones de pesos mensuales para ‘gastos’ del presidente municipal. Estos ‘gastos’, por supuesto, no tienen ningún tipo de justificación”, remata la fuente fidedigna.

Son muchas las vertientes y los rastros que llevan a la detección de acciones y omisiones dolosas, constitutivas de delitos graves, perpetradas por los principales directivos enriquiztas, por lo que por ningún motivo será creíble una entrega y recepción de cuentas impecables. Y en esto deberá tener mucho cuidado el alcalde electo Jorge Salum del Palacio, pues independientemente de que no haya una cacería de brujas (como ya lo ha manifestado la regidora panista Minka Hernández Campuzano), de la aplicación estricta de la ley o del otorgamiento deliberado de impunidad dependerá el éxito o fracaso de su gobierno.