Patrick Crusius y la violencia apocalíptica

Carlos Fazio.

El 3 de agosto, después de viajar 10 horas desde Allen, Texas, y tras divulgar un manifiesto en las redes sociales con un objetivo bien planeado: asesinar mexicanos, Patrick Crusius, joven universitario blanco de 21 años, entró a un centro comercial de El Paso empuñando un rifle de asalto AK-47, disparó a bocajarro y dio muerte a 22 personas, hiriendo a 26 más.

Fue una acción premeditada, consciente y deliberada que esboza un nuevo racismo, adscrito a teorías sobre el ocaso civilizatorio (en el sentido de las revoluciones conservadoras), mezclado con genocidio blanco, etnocolectivismo y la violencia apocalíptica. Lo anterior deriva del documento La verdad inconveniente, publicado en el sitio digital 8chan, donde Crusius dice que su ataque fue en respuesta a la invasión hispana de Texas y que estaba defendiendo a su país del remplazo étnico y cultural desatado por esa invasión.

En él afirma que la comunidad latina se convirtió en objetivo de su ataque después de leer el libro del francés Renaud Camus, El gran remplazo (2012). Camus −quien devino de artista de vanguardia e ícono gay en los años 70 a acérrimo defensor de Marine Le Pen (lideresa del ultranacionalista Frente Nacional) e inspirador de los sectores más radicales de la derecha global, el supremacismo blanco− expone en su obra una teoría conspirativa según la cual la Europa blanca y cristiana está siendo invadida y destruida por hordas de inmigrantes negros o de tez oscura.

Según Camus, Europa es objeto de una colonización demográfica, que se concreta con la llegada de inmigrantes del sur del Mediterráneo, lo que da paso a una sustitución progresiva de unos por otros. Su idea de que la raza blanca está en peligro, está presente en Internet entre grupos de extrema derecha de EU que han optado por cambiar el argumento de la superioridad racial por el de la denuncia de un supuesto genocidio blanco (vía el mestizaje), del que serían víctimas por la invasión de sus países de personas de otras razas.

El manifiesto de Crusius incorpora elementos relativos al Partido Demócrata, en tránsito a convertirse en dueño de EU utilizando a su estado natal, Texas, como ariete; el papel de las corporaciones depredadoras, que poseen a los políticos y cabildean en favor de la inmigración ilegal como forma de reabastecimiento de la reserva de mano de obra barata; la automatización, que en dos décadas reducirá a la mitad los empleos; la inmigración continua de (los invasores) latinos y la competencia con los jóvenes nativos (de EU) por los puestos de trabajo sucios y ahora también calificados (con salarios a la baja), y el estilo de vida estadunidense hiperconsumista.

Dice que toda su vida se ha estado preparando para un futuro que ahora no existe y que probablemente el empleo de sus sueños será automatizado. Con base en esa articulación de ideas, señala que dada la posición de los demócratas sobre inmigración, los latinos tomarán el control estatal y de los gobiernos locales en su querida Texas y la convertirán en un instrumento para un golpe político que acelerará la destrucción de EU. Finalmente −y de acuerdo con el privilegio que le han dado los padres fundadores−, afirma que se sintió obligado a actuar (matar mexicanos y otros chivos expiatorios) para salvar al país del borde de la destrucción. Dice no sentir culpa por su ataque y que su acción no es imperialista sino un acto de preservación.

Aclara que su ideología y sus opiniones las asumió antes de la campaña de Donald Trump por la presidencia, y que anota eso porque sabe que muchos culparán a Trump por el ataque y a él lo llamarán supremacista blanco. Según Crusius, “esto es solamente el principio de la lucha por Estados Unidos y Europa […] Me siento honrado de encabezar la lucha para recuperar mi país de la destrucción”.

Los asesinatos masivos, como los perpetrados por Patrick Crusius, ya son sistematizados y forman parte de un esquema fanático-racista.

Tal vez, de manera consciente –no lo dice en su manifiesto− escogió atacar en un Walmart por su significado simbólico. Según el ranking de Bloomberg, el centro comercial pertenece a la dinastía que encabeza la lista de las cinco familias más ricas del mundo, la de los hermanos Jim, Alice y Rob Walton, propietarios de una cadena de supermercados cuya riqueza crece a un ritmo de 70 mil dólares por minuto, 4 millones por hora y alrededor de 100 millones de dólares cada día.

Parece que Crusius rebasó a Trump por la derecha. Su acción remite al concepto de violencia apocalíptica, acuñado de manera profética por Robert Jay Lifton. En un artículo en The Nation, en 2003, titulado “American Apocalypse: cómo el ‘síndrome de superpotencia’ está devastando al mundo”, Lifton advierte sobre una epidemia mundial de violencia dirigida a la destrucción masiva al servicio de varias visiones de purificación y renovación.

Dice que estamos experimentando lo que podría llamarse una confrontación apocalíptica entre fuerzas islamistas –decididas a matar y morir por su religión− y fuerzas estadunidenses que alegan ser restringidas y razonables pero no menos visionarias en su poderío militar y en su proyección de hacer la guerra purificadora y de limpieza. Ambos lados están embarcados en una misión de combatir el mal con el propósito de redimir y renovar al mundo, y prestos a desatar niveles de violencia incalculable para lograr ese propósito.

Puede verse a Patrick Crusius reflejado en el espejo de la política imperial.

(La Jornada).