Los Manzanos
Pon todo lo que hagas en manos del señor y tus planes tendrán éxito. Prov. 16:3
Versículo de la Biblia incluido en la parte trasera del menú (carta) de este restaurante, que muy pocos establecimientos traen ya que generalmente las frases que imprimen están relacionadas con la comida; por lo mismo, este detalle me llamó poderosamente la atención al acudir a comer a este relativamente nuevo restaurante, ubicado en la calle más transitada y conocida por los duranguenses, que es la Avenida 20 de Noviembre, con el número 109.
Es una casona típica de los años 1800, con techos muy amplios, con cantera, y sus pisos se ve que son los originales, como los dos cuartos principales que son de duela. Los baños se encuentran afuera de la casa, en el patio trasero; esta ubicación la tienen aún muchas casas del centro histórico. Baños que por cierto están bastante limpios, con su papel, agua y jabón para lavarse las manos, aunque solo cuenta con una taza y un mingitorio por lo que sí está ocupado tienes que esperar, a reserva de que solo vayas a lavarte las manos.
Su mobiliario es modernista, así que contrasta perfecto con la antigüedad de las instalaciones.
Su ambientación no dice nada, ya que no hay nada que la caracterice, y su sonido ambiental es agradable al oído, puesto que no es muy alto el volumen, con música pop tanto en inglés como en español. Su iluminación es bastante buena en su interior, a pesar de que la casa no tiene mucha entrada de luz natural.
Al llevarme la carta, el personal saluda de manera muy cordial y no tardan en regresar a tomar la orden. En las sugerencias ofrecen desayunos, comidas, pescados, postres y Snake, yo elegí una manzana de arroz rellena con un combinado de camarón, carne y frutos dulces.
Acá entre nos te diré que el mesero al montar la mesa deja los cubiertos en la parte de enfrente, o sea donde no estás sentado, por lo que debes de acercarlos tú al momento de comenzar a comer; las mesas aún tienen saleros, y siguen dejando popotes para las bebidas sin que los pidas. Como sabemos, esos dos artículos ya están casi prohibidos en el servicio de alimentos y bebidas: la sal por el daño que ocasiona a la salud y los popotes por el terrible daño que causan al medio ambiente.
Este platillo está muy bien presentado ya que la manzana de arroz se encuentra bañada con una crema chipotle montada sobre una cama de jícama y zanahoria, adornada con pedacitos de surimi; al lado lleva una perla de queso crema y un pequeño camarón de muy buen sabor. El arroz está perfectamente cocido y compactado para que el relleno no se salga. La crema no es nada picante, por lo que un niño puede comerla bastante bien. Los camarones muy bien cocidos, al igual que la carne roja, por lo que quedas satisfecho. No así con el servicio, pues durante mi estancia no se acercaron en ningún momento para preguntarme que más se me ofrecía, así como tampoco a retirar los muertos. Sus costos son accesibles por lo que le doy dos tenedores, y la verdad si regresaría a este lugar a apoyar a emprendedores locales.