Contralora incontrolable
Fernando Miranda Servín.
De acuerdo al INEGI, Durango es el sexto estado más corrupto del país, pero en esta entidad hay “servidores públicos” que se esmeran para que ocupe el primer sitio. Y a pesar de que el gobernador panista José Aispuro Torres ha dictado supuestas medidas de austeridad, no todos los integrantes de su gabinete están dispuestos a obedecerlo.
Hoy, nuevamente la titular de la secretaría de Contraloría del gobierno del estado de Durango, Lic. Raquel Leila Arreola Fallad, ocupa nuestra atención, y más porque se supone que esta funcionaria es una de las principales que debe poner el ejemplo de cordura, honestidad y pulcritud por la labor que desempeña, que es precisamente la de vigilar que haya transparencia y rendición de cuentas claras por parte de todos aquellos que ocupan cargos públicos, así como de aplicar sanciones a quienes incurran en actos de corrupción u omisión.
Pero como nos preguntamos en la anterior entrega sobre este tema, ¿quién controla a la Contralora? No sabemos. Lo que sí sabemos es que esta Contralora es incontrolable.
Ahora, fuentes internas fidedignas de esta dependencia dan cuenta en nuestra redacción de más anomalías relacionadas con despilfarros y desvíos de recursos cometidos por esta funcionaria: “La Contralora Raquel Leila Arreola ha contratado a su conveniencia a varios despachos particulares favoritos a los que les ha asignado honorarios estratosféricos que oscilan entre los 150 mil y 350 mil pesos por cada una de las 60 auditorías externas que han realizado este año a algunas dependencias del gobierno estatal, cuando es obligación de esta dependencia realizar esos procedimientos con el personal que tiene a su disposición”, revela la fuente.
Y si lo anterior es preocupante, el siguiente testimonio simplemente raya en lo inaudito: “Todos hemos visto que la Contralora Raquel Leila Arreola anda siempre muy enjoyada, pero lo que no sabe la ciudadanía es que las joyas que porta las adquiere con recursos públicos”. Y como prueba, la fuente proporciona un par de documentos: Una factura de una boutique ubicada en la ciudad de México (ULTRA BOUTIQUES S.A. DE C.V.), por un monto de 5 mil 175 pesos, y una “Tarjeta Informativa” con la que la Contralora y su secretaria particular, Lic. Hilda Payán Díaz, solicitan el reembolso de dicha adquisición por concepto de “Gastos de Orden Social y Cultural” (sic).
Por menos, en otros países (obviamente con una cultura cívica y política mucho más desarrollada que la nuestra), este tipo de comportamiento amerita la destitución inmediata del servidor público en cuestión y la exigencia de la reposición del recurso público dispuesto indebidamente.
Veremos pues si en Durango hay alguien que controle a la Contralora o continuará como hasta hoy, incontrolable.