Las motocicletas popof

De la redacción de razacero.

El pasado 13 de abril, el gobierno estatal de Durango donó 37 motocicletas a igual número de restauranteros de esta entidad; esto, para que los propietarios de estos negocios pudieran llevar a domicilio los pedidos de alimentos que la ciudadanía en cuarentena les hace debido a la contingencia sanitaria por la que el país está atravesando, derivada de la pandemia provocada por el COVID 19.

La intención de las autoridades estatales quizá era buena, pues el objetivo aparentemente era apoyar a los restauranteros de escasos recursos, pero algo sucedió en el transcurso de esta iniciativa que impidió que la mayoría de estos prácticos vehículos no llegara a quienes realmente los necesitaban.

Así, a nuestra redacción comenzaron a llegar mensajes de ciudadanos indignados por el destino final que tuvieron estas motocicletas, hoy bautizadas como “Las motocicletas popof”, y lo peor de todo es que sin ningún empacho algunos de los más notorios restauranteros adinerados de Durango que recibieron estos inmuebles han presumido en las redes sociales la recepción de las valiosas donaciones, como por ejemplo los propietarios de Banquetes El Capri y la Hacienda Santa Cruz, ubicados en el exclusivo Fracc. Villas Campestre, dentro del lujoso Club Campestre de la ciudad de Durango; Rincón Ganadero, ubicado en la Av. 20 de Noviembre y calle Manuel Herrera; Santo Pan, instalado en la calle Ginez Vázquez del Mercado Núm. 718-A Col. Nueva Vizcaya; Preparados Mazatlán, localizado en Blvd. Dolores del Río y calle Tule; Marisquería El Galeón, en calle Aquiles Serdán y Porras; y el OchoCuatro, en Prolongación Gómez Palacio Núm. 1005, Col. Fátima.

Estos son solo algunos de los restauranteros más pudientes que pregonaron a los cuatro vientos haber recibido las costosas motocicletas regaladas por el gobierno estatal de Durango. En contraste, los micro y pequeños restauranteros que no tienen posibilidades de adquirir una motocicleta, solo fueron testigos mudos de la algarabía mostrada en redes sociales por los mismos de siempre: los amigos de tal o cual alto funcionario estatal o los conocidos de los presidentes del Consejo Coordinador Empresarial y de la CANIRAC en turno.

“Los dos últimos ex presidentes de la CANIRAC recibieron sus motocicletas, y hasta Reynaldo Dozal, quien vive en una de las residencias más lujosas de Villas Campestre, tiene bodegas en la Central de Abastos y negocios por todos lados, recibió su motocicleta regalada por el gobierno de Durango, mientras muchos pequeños restauranteros no pueden sacar sus motocicletas del corralón por las extorsiones de que son objeto por parte de los agentes de tránsito del municipio de Durango, y otros no pueden ni siquiera adquirir una bicicleta”, manifiesta molesto un empleado estatal que solicita el anonimato por temor a sufrir represalias laborales.

Es indudable que alguien no hizo bien su trabajo para seleccionar a quienes deberían de haber recibido las motocicletas en mención, por lo que lo justo sería rectificar estos errores entregando otras 37 motocicletas a los micro y pequeños restauranteros de Durango que verdaderamente las necesitan.