Ignacio López Tarso

De la redacción de razacero.

Ignacio López López es el nombre verdadero del genial actor conocido como Ignacio López Tarso, uno de los más prestigiados exponentes del cine, teatro y televisión de nuestro país. Ignacio López Tarso es una de las pocas figuras con vida de la llamada Época de Oro del Cine Mexicano.

López Tarso nació en la Ciudad de México el 15 de enero de 1925, en una casa de la calle Moctezuma, cerca del santuario católico de la Villa de Guadalupe. Sus padres fueron Alfonso López Bermúdez e Ignacia López Herrera. Por el trabajo de su padre como empleado de Correos, vivió su infancia y adolescencia en varios estados de la República como Veracruz, Sonora, Jalisco y Estado de México. Antes de comenzar su carrera como actor, ingresó en el Seminario Menor de Temascalcingo, Estado de México, y también estudió en el Seminario Conciliar de México, en Tlalpan, Ciudad de México, institución religiosa que abandonó por su falta de vocación para ser sacerdote.

A los veinte años, Ignacio López se enlista en el Ejército, pero la vida castrense tampoco es de su agrado por lo que se dedica a las ventas y viaja a Estados Unidos para trabajar como bracero. Esta experiencia solo le deja lesiones en la columna vertebral luego de un desafortunado accidente, por lo que regresa a México y en 1949, inducido por las lecturas de teatro clásico que realizó en el Seminario Conciliar de México, se inscribe en la Academia de Arte Dramático del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que en aquel tiempo era la única escuela de teatro en el país. En esta institución toma clases con el ilustre escritor y poeta Xavier Villaurrutia quien, al ver el enorme potencial histriónico de Ignacio López López, le advierte que con su nombre verdadero difícilmente podría emprender una carrera como actor, y le sugiere buscar un nombre artístico atractivo.

Ignacio López recordó lo aprendido en el seminario, en especial sobre la vida del apóstol San Pablo, quien era originario de la ciudad de Tarso, por lo que le llamaban Pablo de Tarso o Saulo de Tarso. A Ignacio le gustó este nombre y decidió sólo sustituir su segundo apellido por “Tarso”. Pensó que “Ignacio López Tarso” sonaba bien, y de inmediato tuvo el visto bueno del Maestro Xavier Villaurrutia.

Por medio de Villaurrutia, Ignacio López Tarso, con 24 años de edad, conoce a otro maestro destacado llamado Xavier Rojas, fundador del grupo Teatro Estudiantil Autónomo (TEA), y se integra a este singular equipo que hacía presentaciones al aire libre en las calles, plazas, parques, mercados y diversos puntos de la capital mexicana. Esta experiencia única hace que Ignacio López Tarso tenga un contacto muy cercano con el público, adquiriendo lo que en el argot artístico se conoce como “tablas”.

Luego de la muerte de Xavier Villaurrutia, López Tarso toma clases en el INBA con otro de los grandes escritores de nuestro país, Salvador Novo, y debuta como estudiante en la obra “El sueño de una noche de verano”, de William Shakespeare. Su debut profesional fue en 1951 con la obra “Nacida ayer”, de Garson Kanin.

La carrera cinematográfica de López Tarso comienza con el pie izquierdo, en 1954, con la película “La desconocida”, dirigida por Chano Urueta, en la que desempeña un papel intrascendente, quedándole un amargo sabor de boca, Sin embargo, no se desanima y continúa trabajando en teatro hasta que en 1959, bajo la dirección de Roberto Gavaldón, filma la película “Macario”, con la que se consolida en la pantalla grande. “Macario” está basada en el libro de Bruno Traven, con guion de Emilio Carballido. Esta cinta ocupa el lugar 59 dentro de la lista de Las 100 Mejores Películas del Cine Mexicano, de acuerdo a la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista Somos en julio de 1994. “Macario” fue la primera película mexicana nominada al Oscar como Mejor Película en Lengua Extranjera.

El rodaje de “Macario” se desarrolla en torno a la celebración del Día de Muertos, una tradición única en el mundo, y refleja de manera folclórica y fantástica la cultura e idiosincrasia del mexicano con respecto a la muerte,

López Tarso supo aprovechar y reflejar estos aspectos culturales acerca de la muerte haciendo gala de sus naturales dotes histriónicas, compartiendo créditos con Pina Pellicer (como Felipa, esposa de Macario) y Enrique Lucero (representando a La Muerte), quienes también brillaron en este rodaje. Con el dinero obtenido por esta película, López Tarso logró comprar su primer automóvil.

López Tarso se casa con Clara Aranda y tienen tres hijos: Gabriela, Susana y Juan Ignacio.

Otra faceta muy conocida de este inigualable actor es su trabajo como declamador de corridos de la Revolución mexicana, acompañado por el extraordinario guitarrista Roberto Rojas, con quien grabó ocho discos que forman parte del folklore y acervo cultural mexicanos.

“Macario” (1959).

Su historial en teatro cuenta con más de 30 puestas en escena, la mayoría obras clásicas; en cine, más de 50 películas entre 1954 y 2019, así como más de 30 telenovelas de 1961 a 2019, muchas de ellas de época, y 3 series históricas.

Entre sus mayores éxitos cinematográficos se encuentran los filmes “El hombre de papel” (1963), dirigida por Ismael Rodríguez; “El gallo de oro” (1964), bajo la dirección de Roberto Gavaldón; “Tarahumara” (1964), dirección de Luis Alcoriza; “La vida inútil de Pito Pérez” (1969), dirigida por Roberto Gavaldón; y “Los albañiles”, de Jorge Fons.

A lo largo de su fulgurante carrera ha compartido créditos con actores de la talla de Dolores del Río, Marga López, Carlos López Moctezuma, Elsa Aguirre, Luis Aguilar, Katy Jurado, Pedro Armendáriz, María Félix y Emilio “El Indio” Fernández, entre otros.

En 1960, en el Golden Gate Award (Festival Internacional de Cine de San Francisco), recibe el Premio al Mejor Actor por el filme “Macario”. En 1963, en este mismo festival le otorgan el premio al Mejor Actor por su papel desempeñado en la película “El hombre de papel”. En 2006, el Instituto Nacional de Bellas Artes lo distingue con la Medalla de Oro Conmemorativa Bellas Artes, y por sus muchos reconocimientos en el mundo del teatro, la Agrupación de Críticos y Periodistas de Teatro (ACPT) instituye un premio con su nombre.

Ignacio López Tarso, a sus 95 años, es una auténtica leyenda de la actuación.