Tacos Don Raúl

Mi cuerpo dice gimnasio, pero mi corazón dice tacos. Buscaba el amor verdadero y me encontré un puesto de tacos.

Estas son algunas de las muchas frases que conocemos para hablar de los tacos, uno de los platillos típicos de todo mexicano.

“Oye, Manolo, ¿puedes ir también a taquerías o solo a restaurantes reconocidos? Porque te recomiendo que vayas a unos tacos que están ubicados en avenida Primo de Verdad Núm. 702 de la colonia Valle del Sur, que se llaman ‘Don Raúl’”. Fue tanta la insistencia que en esta ocasión y como lo he venido comentado hay que apoyar a negocios locales en estos tiempos tan difíciles por los que estamos pasando, que sin pedir autorización del director del periódico me fui a comer a ese lugar.

Es un negocio pequeño, pero no por eso deja de ser agradable el ambiente. Es de dos pisos y su mobiliario es de equipales, con mesas que van desde dos hasta diez personas. Las sillas son muy cómodas y la música se encuentra a un volumen bastante aceptable para poder hablar sin gritar; ponen particularmente canciones regionales mexicanas.

Las dos plantas están muy limpias y cuentan con todas las medidas de higiene, desde el tapete para limpiar el calzado pasando por el gel antibacterial y el chequeo de la temperatura, hasta indicadores en el piso para mantener la sana distancia.

 

La chica que da la bienvenida es muy cortés y amable. Los alimentos que ofrecen son los típicos de una taquería, como son las quesadillas, burritos, tortas y tacos dorados con la opción del relleno de morcón, maciza, cueritos y acompañamiento con chiles jalapeños “toreados”, que significa que están pasados y guisados en aceite.

Cuentan con dos lavamanos, uno fuera si solo quieres lavarte las manos y otro dentro del sanitario, en el que no había papel higiénico.

Me decidí por unos deliciosos tacos de maciza, los cuales tanto la carne como las tortillas estaban recién salidas del comal, muy suavecitas, por lo tanto los disfruté sobremanera. Para prepararte tus tacos te llevan una charola con cebollita morada lampreada, repollo, cebolla con cilantro y bastantes limones. También te ofrecen y dejan en tu mesa tres tipos de salsas, que es la clásica de aguacate, otra de chile de árbol y una más de solo chile jalapeño, estás dos últimas bastante picosas pero muy sabrosas. De beber pedí medio litro de agua de horchata y quedé gratamente sorprendido porque ¡¡está deliciosa!!

Siempre he pensado que donde menos esperas salta la liebre, y en este caso con el agua de horchata así fue. Y aunque ya nadie se acerca a tu mesa después de llevarte la orden (que consta de cinco tacos muy bien servidos, pero acá entre nos déjame decirte que yo pedí otros tres tacos más), ya sea para quitar loza o servilletas sucias, la estancia con “Don Raúl” se hace bastante agradable.

Por lo que pude ver en el tiempo que estuve, llega más gente a pedir para llevar que para comer ahí.

Puedes pagar tu consumo en efectivo o con tarjeta. Los costos son los mismos que encuentras en cualquier otra taquería.

Aprovecho para darte el significado de “taquicardia”, que es la aceleración que sientes en el corazón cuando pasas por un puesto de tacos.

En base a la atención del lugar y a los alimentos le daré tres tenedores.