Diplomacia, Salud y extradiciones: los fracasos de AMLO

Humillante y sin pena ni gloria fue la visita que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, realizó a su homólogo estadounidense, el supremacista Donald Trump, tanto que los principales medios de comunicación del vecino país del norte ni siquiera destacaron una pequeña nota del suceso en sus portadas impresas y en sus portales digitales.

En contraste, los medios mexicanos pagados por el gobierno federal intentaron hacer de este triste espectáculo el gran acontecimiento histórico de los últimos tiempos.

En realidad, el viaje del mandatario tabasqueño a Washington no fue más que un acto electorero para intentar levantar ante la comunidad hispana la deteriorada imagen del presidente racista Donald Trump, notoriamente rebasado por su oponente, el demócrata Joe Biden, quien ya se perfila como el próximo sucesor del desequilibrado magnate republicano.

Este error diplomático cometido por el presidente López Obrador al visitar al mandatario republicano Donald Trump en pleno proceso electoral estadounidense, ha causado la molestia de la alta cúpula del Partido Demócrata, pues su mismo candidato a la presidencia, Joe Biden, y Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, inmediatamente después del encuentro de López Obrador con Trump consideraron este hecho como una traición del mandatario mexicano. Al respecto, Joe Biden profirió en la sede del Comité Nacional Demócrata en Washington: “¡No puede ser! ¡Los demócratas siempre hemos apoyado a los migrantes! ¡Cuando fui vicepresidente con Obama nosotros fuimos los que tratamos de darle la ciudadanía a los dreamers! ¡Los republicanos de Trump en el Congreso bloquearon nuestra reforma migratoria! ¡Damn it!”. Por su parte, Nancy Pelosi recordó en esta reunión que Donald Trump enjaula ilegalmente a los niños migrantes mexicanos e insiste en construir el muro fronterizo.

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El presidente cuatrotero Andrés Manuel López Obrador se convirtió en vil instrumento electorero del mandatario racista estadounidense, Donald Trump.

Es obvio el riesgo en el que nos pone el mandatario morenista, pues Joe Biden y los demócratas, de ganar la presidencia de los Estados Unidos, tomarán represalias que no solo pondrán en apuros a los cuatroteros que nos gobiernan, sino al pueblo de México en general.

Así las cosas, mientras se lleva a cabo la campaña presidencial estadounidense la popularidad de López Obrador se derrumba por la manera criminal en que su gobierno ha manejado la crisis de la pandemia del coronavirus, que a la fecha ya ha provocado cerca de 40 mil muertos, posicionando a México como el cuarto país a nivel mundial en número de decesos. La negligencia política demostrada por el presidente López Obrador y el principal personaje de su gabinete que ha dado la cara en materia sanitaria, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell Ramírez, debe ser sujeta a denuncias en cortes internacionales, pues es evidente que las acciones y omisiones de estos servidores públicos han provocado la muerte de miles de ciudadanos. La criminal falta de insumos y equipo médico en la mayoría de los hospitales del país que ha provocado el fallecimiento de innumerables doctores y enfermeras, la total ausencia de apoyo económico a la ciudadanía y el nulo control social y sanitario para prevenir los contagios y la expansión de la pandemia son responsabilidades oficiosas que recaen en el mandatario morenista y su subalterno, Hugo López-Gatell.

Ahora, el gobierno cuatrotero de López Obrador pretende responsabilizar de esta terrible mortandad a los gobiernos estatales y a la propia ciudadanía, sectores a los que prácticamente ha abandonado reteniendo miles de millones de pesos de los contribuyentes para utilizarlos en la compra de votos de las próximas elecciones de 2021 y 2022.

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El despótico y prepotente ex director de PEMEX, Emilio Lozoya, el gobierno lopezobradorista le dio facilidades para huir a España.

Así las cosas, ante este panorama de debacle, López Obrador quiere ofrecerle al pueblo de México una expectativa de justicia a cuentagotas, a su conveniencia, no a conveniencia de la ciudadanía, con las extradiciones del ex gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, y del ex director de PEMEX peñanietista, Emilio Lozoya Austin, personajes que desde el principio de su sexenio debieron ser extraditados y encarcelados en prisiones mexicanas, pero por lo menos a uno de ellos, Emilio Lozoya, el gobierno lopezobradorista le brindó la facilidad de huir al extranjero.

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El ladronzuelo ex gobernador priísta de Chihuahua, César Duarte, coyuntural su detención en Miami pues desde el inicio del sexenio de López Obrador debió ser extraditado.

Otro nefasto personaje que también el gobierno cuatroterista le facilitó su escape del país es el ex director de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República en el sexenio de Enrique Peña Nieto, Tomás Zerón, implicado en el genocidio de los 43 estudiantes de Ayotzinapa por alterar evidencias del caso y haber sembrado bolsas de plástico con osamentas en el Río San Juan, ubicado en Cocula, Guerrero. Con una orden de aprehensión emitida desde el mes de marzo pasado, la Fiscalía General de la República, a cargo del corrupto Alejandro Gertz Manero, fue incapaz de detenerlo. Recientemente, el pasado 30 de junio, el mismo Gertz Manero informó que Tomás Zerón había salido del país. Ahora el gobierno federal, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, está haciendo los trámites correspondientes con el gobierno de Canadá para extraditar a este ex funcionario de marras, con el oneroso gasto para los contribuyentes que representa un proceso de esta naturaleza.

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Tomás Zerón, al igual que a Emilio Lozoya, el gobierno de López Obrador le allanó su fuga a Canadá.

En este contexto, parecería que el gobierno cuatrotero lopezobradorista ante cada tropiezo que sufre por sus ineptitudes saca de su chistera la extradición de algún político delincuente, como un intento desesperado para evitar su continua pérdida de adeptos entre el electorado.

Hoy, ante el temprano derrumbe político de López Obrador, principal soporte del partido Morena, quizá solamente los encarcelamientos de los ex presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto podrían hacer que se recupere la popularidad del tabasqueño, una popularidad que en este momento ya está por los suelos, precisamente en la antesala de los procesos electorales de 2021 y 2022, en los que ya se pronostica la estrepitosa caída de las huestes corruptas morenistas y su líder, el santón “izquierdista” de Macuspana que pensó que con sus frases insulsas y sus amuletos podía detener la pandemia del coronavirus, una pandemia que ya ha provocado miles de muertes que pudieron ser evitadas.