Los 15 principales trastornos sexuales y psicosexuales

La sexualidad funciona como eje de muchos comportamientos y es una de las fuentes más importantes con la que los seres humanos podemos sentir placer, siempre que los prejuicios, la represión y otras patologías físicas o mentales no interfieran produciendo trastornos sexuales limitantes.

Una adecuada satisfacción de la necesidad sexual, que no consiste únicamente en el sexo por sexo, produce equilibrio personal y ayuda a mantener relaciones sociales sanas, además de ser un elemento determinante en el buen funcionamiento de una pareja.

El componente erótico y una relación sexual satisfactoria marcan en muchas ocasiones la diferencia entre una buena relación o un progresivo deterioro de la pareja y su ruptura, como consecuencia de los trastornos sexuales que pueden estar afectando directamente a uno de sus miembros, pero que indirectamente acaban perjudicando a la otra parte, y a la suma de ambos.

Factores que intervienen en la sexualidad personal y los diferentes trastornos sexuales.

Cada persona vive su sexualidad conforme a una serie de características fisiológicas que pueden influir positiva o negativamente en su percepción del sexo, a través del auto concepto y la comparación con los demás.

A los factores biológicos que pueden generar seguridad o complejos, hay que añadir las bases culturales de la sociedad en la que cada persona está inmersa a la hora de encontrar la deseada compañía sexual, potenciando conductas reprimidas por tabús que habitualmente derivan en trastornos sexuales y psicosexuales, o por el contrario presentando una tolerancia ante la diversidad.

El origen de muchas psicopatologías y trastornos sexuales está en la aceptación de mitos asumidos de forma dogmática, por ignorancia y/o represión de deseos saludables.

La educación familiar y personal también es otro factor condicionante de la calidad con que se pueden vivir las experiencias sexuales y el propio auto concepto sobre el sexo. También influye en la posibilidad de sufrir o no trastornos sexuales.

A todos estos factores hay que añadir la expectativa que cada cual tiene del otro, qué se espera del propio acto sexual y las experiencias previas que condicionarán el resultado, favoreciendo o no las disfunciones sexuales.

En algunos casos, la experiencia de la primera vez condiciona todas las relaciones posteriores.

Por último, existen defectos congénitos y disfunciones orgánicas que impiden a algunas personas mantener relaciones sexuales completas, generando trastornos de la sexualidad.

Tipos de trastornos sexuales

Dentro de los trastornos sexuales existen diferentes categorías, dependiendo si se trata de disfunciones sexuales o trastornos del deseo sexual con conductas desviadas y negativas.

Disfunciones sexuales

Son trastornos sexuales que tienen su origen en una incapacidad de excitación, de orgasmo o de sentir satisfacción sexual, como consecuencia de una inhibición represiva del deseo.

Entre las disfunciones sexuales más frecuentes están:

1.- Aversión sexual: Se caracteriza no solo por la falta de deseo e impulso sexual, sino también por un rechazo total a cualquier tipo de sexualidad, con sentimientos de asco y repugnancia, que habitualmente derivan de ideas adquiridas por aprendizaje y generan gran ansiedad en la persona que padece este tipo de trastornos sexuales con respecto a todo lo que pueda tener que ver con el sexo.

2.- Deseo sexual hipo activo: Se trata de un trastorno caracterizado por la ausencia o disminución del deseo, en el que no existen las fantasías y deseos provocando malestar y dificultad para relacionarse.

Para establecer un adecuado diagnóstico hay que ver la duración del trastorno sexual, si es repetitivo, y manejar diferentes variables como el tipo de vida, edad, hábitos y circunstancias que pueden estar influyendo.

3.- Frigidez: Se trata de una inhibición en la estimulación sexual femenina, en la que no se produce la respuesta fisiológica natural.

4.- Dispareunia: Se caracteriza por sufrir dolor en las relaciones sexuales de forma persistente, puede tener un origen orgánico o psicológico; es la excitación insuficiente en la que al no haber lubricación el coito produce sufrimiento en lugar de placer.

5.- Eyaculación precoz: Consiste en una respuesta excesivamente rápida ante un mínimo estímulo sexual. Se puede dar antes del coito o en el momento de la penetración, sin que exista tiempo para disfrutar.

6.- Impotencia masculina: Consiste en una inhibición de la excitación sexual masculina, sin una adecuada respuesta fisiológica ante el estímulo, que produce una disfunción eréctil o problemas de erección que imposibilitan el coito.

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7.- Orgasmo inhibido: Este tipo de trastornos sexuales se puede dar en ambos sexos. Se produce cuando tras haber disfrutado fases de excitación y respuestas normales, se sufre una ausencia de orgasmos de forma persistente.

Desviaciones de la atracción sexual natural, desordenes sexuales y parafilias

1.- Fetichismo: Se trata de un desorden sexual en el que se necesita un fetiche u objeto imaginario o real determinado, para conseguir la excitación sexual. Este es un trastorno mayoritariamente masculino, como casi todas las parafilias, que tiene como fin masturbarse o ser imprescindible para practicar el sexo en pareja.

Habitualmente los fetiches son prendas de lencería femenina, zapatos, partes del cuerpo u otros objetos.

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2.- Voyeurismo: Consiste en necesitar observar a escondidas a otras personas practicando relaciones íntimas o desnudándose, para poder excitarse y obtener su propio placer sexual.

3.- Exhibicionismo: Este tipo de enfermedad sexual impone la necesidad de exhibir los genitales ante otras personas de forma inesperada, para obtener placer que puede desembocar en la masturbación en ese mismo acto.

4.- Frotteurismo: Es una desviación de la conducta sexual normal con la que la persona obtiene excitación y placer tocando a alguien contra su voluntad, o frotando sus órganos sexuales en situaciones no consentidas e imprevistas por la otra parte.

5.- Masoquismo: Consiste en encontrar la estimulación sexual a través de la humillación y el sufrimiento psíquico y físico, que en algunos casos termina con la muerte, no siendo infrecuentes los casos de asfixia.

6.- Sadismo: Este tipo de enfermo sexual encuentra su excitación a través del sufrimiento psíquico o físico de su pareja, y en casos severos la evolución de éste trastorno también puede llevar a terminar con la vida de la pareja.

7.- Zoofilia: Es otra parafilia en la que el foco de excitación se centra exclusivamente en animales, con los que se practica el coito u otro tipo de actos.

8.- Pedofilia: Los pedófilos sienten atracción sexual y excitación a través de la observación y tocamientos a niños o niñas que aún no han llegado a la pubertad, practicando el coito con sus víctimas y otras aberraciones en los casos más graves.

Tratamiento psicológico y terapias
de los trastornos sexuales

Las disfunciones y una gran parte de los trastornos sexuales se pueden corregir con terapia sexual específica a cada caso.

La terapia de pareja se utiliza con la participación de ambas partes dentro de un programa cuando no existen otro tipo de trastornos psicopatológicos, partiendo de la consideración de que el problema sexual implica a los dos miembros.

En muchos casos de trastornos sexuales en pareja, los problemas parten de la falta de comunicación sobre las necesidades mutuas y de ideas equivocadas que el terapeuta ayuda a identificar, potenciando el diálogo y facilitando información y pautas que después se puedan trabajar en la intimidad, consiguiendo que aumente la confianza y se pueda disfrutar de una relación sexual más sana y completa.

A través de la terapia conductual se modifican comportamientos desviados aprendidos anteriormente, para conseguir controlar la ansiedad sexual y el foco que produce la excitación anti natural en algunos tipos de trastornos de la sexualidad.

The Psychology of Every Different Type of Sex

Por medio de la terapia grupal también se consigue desmontar mitos y creencias erróneas. Este tipo de psicoterapias ayudan a muchos pacientes que sienten vergüenza o sentimientos de culpa frente a comportamientos producidos por determinados trastornos sexuales.

Si estás sufriendo un problema sexual en pareja o te sientes identificado con alguno de los trastornos del deseo sexual que aparecen aquí, no lo dejes pasar más, sé valiente y solicita ayuda psicológica profesional, para mejorar tu calidad de vida y solucionar esa situación tan limitante y negativa.

(patriciagarzon.es).