Vida y muerte… muerte y vida

Manolo Valdez

“Abrázame que el tiempo pasa y ese no se detiene, abrázame muy fuerte amor que el tiempo en contra viene, abrázame que dios perdona, pero el tiempo a ninguno, abrázame que no le importa saber quién es uno”.

Cuando tenía el programa de TV “Buen Día” tuve como invitada a una tanatóloga, y recuerdo muy bien haberle dicho: “dime qué es la tanatología, pero que hasta yo entienda su significado”, y su respuesta fue simple: “sufrimos pérdidas desde que salimos del vientre de nuestra madre, esa es la primer gran caída que tenemos en la vida. Pensamos que la tanatología solo habla de la muerte en el ser humano y no es así, aborda todo lo relacionado con este fenómeno y sobre cualquier tipo de pérdida, ya sea de empleo, de libertad, fertilidad, de salud, bienes materiales, de un matrimonio y un largo etc.”.

Y hablando de muerte, como dice la canción de Juan Gabriel, independientemente de quienes seamos, de nuestra raza, religión, posición económica, si somos guapos o feos, de los viajes que hayamos hecho y los caminos recorridos, nos vamos a morir en algún momento y bajo cualquier circunstancia, ya que esto es lo único seguro que tenemos en la vida.

¿Qué sucede cuando morimos? ¿Es cierto que hay vida después de la muerte? ¿Si es así a dónde nos vamos? ¿A dónde se va mi cuerpo y a dónde se va mi alma? La religión nos dice que hay un paraíso al morir, pero no tenemos ninguna certeza de que exista, puesto que nadie ha regresado del más allá.

Y aunque en nuestro país nos reímos de la Parca, el tema de la muerte está como que vetado, ya que pensamos que si no hablamos sobre ese asunto no llegará, pero lamentablemente, por estos difíciles momentos que estamos atravesando, la muerte constantemente nos acecha.

Parte de la tanatología abarca el sufrimiento psicológico de los individuos cuando atraviesan por experiencias dolorosas, y te diré que es normal sentir ese dolor inmenso ante el fallecimiento de un ser querido o la pérdida de algo importante para nosotros. En este trance pasamos por un duelo que consta de diferentes etapas, las cuales son:

Negación.-  Es una defensa temporal que tenemos frente a una circunstancia que nos ha hecho daño, la identificamos cuando decimos frases como “me siento bien” o “esto no me puede estar pasando”.

Enojo o ira.- Es cuando nos revelamos contra la realidad. Al recordar el mal momento que pasamos todo nos molesta y nos preguntamos: “¿por qué a mí?”.

Depresión.- Surge cuando reaccionamos y nos damos cuenta de lo que está ocurriendo, debido a esto nos podemos volver callados y retraídos. En esta fase no queremos saber nada de nadie, cualquier cosa nos hace llorar y nos lamentamos por nuestra situación. Si un amigo o familiar está pasando por esta etapa no debemos presionarlo para que salga de ella, tenemos que dejar que la supere solo; eso sí, siempre estar al pendiente y acompañarlo.

Aceptación.- Aquí es cuando comenzamos a dejar ir lo que nos pasó y a sentir que no es necesario estar hablando de nuestro dolor.

Pero, ¿cómo sobrevivimos a ese duelo? Te doy un par de consejos:

  1. Date permiso de sentirte mal y de abrir el corazón al dolor, expresa tus emociones en vez de reprimirlas.
  2. Sé amable contigo mismo, sé paciente respecto a la superación de tu aflicción.
  3. Agradece por lo mucho o poco que tengas, no te presiones para tomar algún tipo de decisión.
  4. Acepta poco a poco la irreversible pérdida y aprende a vivir de nuevo sin algo o sin alguien.

Es importante recordar que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional, y el estar acompañado de un tanatólogo (a) en ese proceso de duelo es importante por la ayuda y orientación que podamos necesitar para aceptar la realidad.

Y con más de ochenta mil muertos por la ineptitud de un gobierno que no tiene ni idea de cómo enfrentar esta terrible pandemia, envío un fraternal abrazo y mi más sentido pésame a todas aquellas personas que están sufriendo el deceso de un ser querido.

Me retiro dejándote el siguiente diálogo entre la vida y la muerte:
La muerte le pregunta a la vida: ¿por qué a mí todos me odian y a ti todos te aman?
La vida responde: porque yo soy una vil mentira y tú una triste verdad.