La homosexualidad, un problema para la Iglesia Católica
El Papa Francisco apoyó públicamente los derechos de los homosexuales, pero al mismo tiempo mantiene la discriminación dentro de la Iglesia.
La homosexualidad sigue siendo un tabú para la Iglesia Católica.
Ocurrió en el vuelo de regreso de Río de Janeiro a Roma. Después de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Copacabana en julio de 2013, el papa Francisco se dirigió a los periodistas del avión y les preguntó: “¿Quién soy yo para juzgar a los homosexuales?”.
Siete años más tarde, sigue hablando del tema. En el nuevo documental titulado “Francesco”, el Papa dice: “Los homosexuales tienen derecho a vivir en familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia”. Nadie debe ser discriminado por su orientación sexual.
¿Matrimonio gay?, no gracias
¿Nadie?, ¿tampoco los sacerdotes católicos o los creyentes? Solo una cosa es segura: la relación de la Iglesia Católica con la homosexualidad está marcada por contradicciones y doble moral.
Es el mismo Papa Francisco quien aboga por las uniones civiles legales para los homosexuales, pero rechaza el matrimonio homosexual. Es el mismo quien critica la exclusión por orientación sexual, pero niega a los sacerdotes homosexuales el derecho a un lugar en el seminario.
Después de todo, el Papa se ha mantenido fiel a sí mismo en su contradicción. Ya como arzobispo de Buenos Aires (entre 1998 y 2013) apoyó las uniones civiles de los homosexuales, aunque lo hizo para evitar una igualdad de mayor alcance, como el matrimonio homosexual.
Su estrategia fracasó: el 5 de mayo de 2010, el Parlamento argentino aprobó la introducción a nivel nacional del matrimonio entre personas del mismo sexo. Muchos otros países hicieron lo mismo, como Alemania el 1 de octubre de 2017.
No hay un lugar para los
homosexuales en el seminario
En contraste con la igualdad legal, la homosexualidad es y sigue siendo un tabú dentro de la Iglesia Católica. En marzo de 2015, Francisco anunció la destitución de un sacerdote polaco después de “salir del armario”.
“En la vida consagrada y sacerdotal este tipo de inclinaciones no tiene cabida. Las personas con ‘estas inclinaciones’ no deben ser admitidas en órdenes religiosas y seminarios”, dijo en 2018 Francisco en el libro de entrevistas “La Fuerza de la Vocación”, del misionero español Fernando Prado.
Esperando la bendición
Los laicos homosexuales también están excluidos de la Iglesia Católica. El Comité Central de Católicos, el cuerpo representativo del laicado católico en Alemania, hace años que exige que las parejas del mismo sexo “no se vean privadas de los rituales de bendición”.
“Abogamos para que en un futuro próximo se trabaje en un rito oficial para la bendición de las parejas homosexuales”, demanda el comité. En tanto, el párroco de Mannheim, Theo Hipp, ve en las nuevas palabras del Papa Francisco al menos otro intento de revivir el difícil debate sobre la homosexualidad en la Iglesia.
“Francisco debería decir a cada pastor y capellán que debe defender una vida digna y la seguridad jurídica de los homosexuales”, afirma Hipp convencido. Esta actitud tendría un impacto eclesiástico y político.
Una iglesia mundial conservadora
Hipp lo sabe. Él prepara a los numerosos sacerdotes de Polonia, Brasil, India, Tanzania y otros países, que vienen a Alemania por la falta de sacerdotes. Casi la mitad de los 1,300 millones de católicos de todo el mundo viven en el continente americano, especialmente en América Latina. En Europa, alrededor del 20% de la población profesa la fe católica.
Pero, mientras que en Europa el número de católicos disminuye continuamente, en Asia y África, según el servicio de prensa del Vaticano Fides, se ha registrado un crecimiento de fieles, especialmente en África, que alcanzó un 18%.
“Los católicos africanos
se enfurecen”
Precisamente es en estas regiones de crecimiento donde las reacciones a las recientes declaraciones de Francisco son cualquier cosa menos entusiastas. “Los católicos africanos o los cristianos de Oriente Medio se enfurecen cuando se les dice que las parejas del mismo sexo deben estar en igualdad de condiciones con respecto al matrimonio”, afirmó el padre Hipp.
A pesar de la oposición fundamental de los dogmáticos del Vaticano y de los conservadores, especialmente en Asia y África, Hipp considera que es necesario un nuevo debate interno de la Iglesia sobre la homosexualidad.
Heridas profundas
“Esto conducirá a un proceso de revelación que dejará claro a algunas personas que en la Iglesia hemos producido cosas inhumanas con nuestros dogmas. Es bueno que no tengamos poder político”, aseguró el sacerdote alemán.
El católico Alexander Vogt puede dar testimonio de estas heridas profundas: “Nos alegramos, pero también hemos esperado estas palabras desde hace mucho tiempo”, señaló Vogt, presidente de Lesben und Schwule in der Union (LSU), la representación de los intereses de gays y lesbianas en los partidos de la Unión Cristianodemócrata y Cristianosocial.
“Estoy esperando que el Papa exprese palabras de arrepentimiento, porque las enseñanzas de la Iglesia Católica han causado mucho sufrimiento y dolor entre los creyentes homosexuales en el pasado”, concluyó.
(dw.com).