Las seis clases de relaciones sexuales que existen (y qué efecto produce cada una)
Y las tuyas, ¿cuáles son?
¿Acaso es lo mismo compartir cama después de escuchar un concierto que acostarse tras un mal día? Pues no. El sexo se vive desde una perspectiva distinta según la circunstancia.
Emma Nogueiro.
¿Hay algo más valioso para el sexo que la imaginación y las ganas de probar cosas nuevas? Seguramente no. Además, los asuntos de cama no tienen freno. Hay formas y formas de vivir una sexualidad plena. Basta con cerrar los ojos (o no) y dejarse llevar. Algo así viene a decir el escritor Andrew Fiouzi en su último artículo publicado en la revista “Mel Magazine”. Dice, y seguro que es opinión compartida por muchos, que el sexo se puede hacer de varias formas. El autor comparte con todos los lectores una curiosa lista de tipos (quizá nunca vistos por algunos) de relaciones: sexo de reconciliación, triste, con alcohol, de ruptura, de aventura. Y aunque la evidencia científica que asegura que el placer sexual difiere en todos los escenarios en los que se practica es nula, seguro que las relaciones nunca son iguales para nadie. ¿O acaso es lo mismo compartir cama después de escuchar, en medio de un júbilo colectivo, un concierto que acostarse tras venir de un entierro y griterío mortuorio familiar? Pues no. El sexo se vive y se ve desde una perspectiva distinta según la circunstancia.
El de reconciliación
Fiouzi defiende el “coito de reconciliación” como uno de los mejores momentos para la pareja. Según otro artículo suyo publicado en “Elite Daily”, reconoce que ese trago es una dicha momentánea que, tras una mala racha en la relación, aporta un momento de éxtasis. Es, para él, “el momento que anhelan todas las parejas ya que permite pasar de una lucha tensa y eléctrica a otra más placentera”. Es, en el fondo, un columpio que va del odio al amor y del dolor al placer. Sin embargo, otros expertos consideran que este tipo de encuentros no son buenos para las parejas porque son un “espejismo”, un engaño que anima a pensar que cualquier crisis puede resolverse con un revolcón de cama. En este sentido, Aaron Ben Z’eev, profesor de Filosofía en la Universidad de Haifa, en Israel, considera que este tipo de sexo es el paso de un estado, el mal humor, a otro, el amor. Por su parte, los sexólogos Danielle Harel y Celeste Hirschman consideran que las relaciones sexuales de reconciliación son una forma de tender un puente tras una pelea ya que “es mucho más intenso y apasionado y genera mucha más cercanía y conexión”.
El de la despedida
¿Quién no se ha despedido de su ex en la cama? ¿Quién no ha salido por la puerta grande después de una relación tormentosa? Para Fiouzi, el último encuentro sexual entre una pareja es otro de los momentos estelares en lo que a asuntos de cama se refiere. Considera que es otro tipo de encuentro y que puede ser un buen cierre para una historia que ya no funciona. Además, argumenta que como la relación ya está rota, las parejas lo disfrutan más. El futuro ya está decidido así que, como decían los sabios, se trata de “comer, beber y divertirse porque mañana moriremos”.
En contra de la idea de Fiouzi, la terapueta sexual Kat Van Kirk considera que este modelo sexual es peligroso porque puede agravar el dolor que una ruptura supone. Y es que, a veces, duele un poco. ¿O no?
El violento
Es similar al de la reconciliación. Con este patrón las emociones van del amor al odio. Y es esta misma transferencia emocional, la de la ira y la excitación, la que puede aumentar el deseo sexual. Para gustos se pintaron fantasías y es que, en opinión de varios expertos, a muchas parejas les gusta poner en práctica las “peleas” de cama. Además de generar placer y mantener encendida una relación, este tipo de conducta sirve, según los sexólogos Harel y Hirschman, para liberar adrenalina.
El de consolación
Olvidarte de un mal día o de un momento doloroso con unos minutos de cama compartida es, según la autora Diana Kirschner, una de las estrategias más socorridas de las parejas. La autora escribió en su libro “Amor en 90 días: la guía esencial para encontrar a tu verdadero amor”, que el sexo puede ser una vía de distracción. Y además reconoce que es en los momentos de “bajón” cuando las personas están anímicamente más abiertas y eso ayuda a tener una mejor conexión sexual. Por eso, dice, muchas parejas “lloran después del sexo” debido a la liberación de sentimientos.
Con alcohol
Las copas, nos pongamos como nos pongamos, no aumentan el deseo sexual. Los chupitos de tequila no son un afrodisíaco. Lo que ocurre, dicen los psicólogos, es que su ingesta desproporcionada hace que el cerebro libere una gran cantidad de dopamina que favorece la simpatía y cercanía. Y en esta línea de sustancias, son varios los expertos que, como el profesor de Medicina de la Universidad de Nueva York, Joseph Palamar, aseguran que practicar relaciones sexuales después de haber fumado marihuana o tomado alcohol es mejor que hacerlo sin haber ingerido algún tipo de sustancia que altere la conciencia.
El aventurero
Hace tiempo, Ashley Madison, la red social pensada para solteros, puso de moda un eslogan: “La vida es corta, ten una aventura”. Esa premisa bien podría servir para esta categoría sexual, la de las aventuras o “ligues” de una noche. Según un artículo publicado en “The Atlantic”, la razón por la que muchas personas tienen un “affaire” es porque “aporta una válvula de escape a los problemas matrimoniales”. Quizá por eso, el sexo, en estas circunstancias, es mejor. El sexólogo Douglas Labier reconoce en la cabecera “Psychology Today” que este tipo de encuentros “son lujuria pura”. Lo mismo opinan Hirschman y Harel al añadir que la aventura es mucho más placentera porque “carece de responsabilidades”.
Será, como en todo, cuestión de probar.
(elconfidencial.com).