Ni heteros ni gays

“heteroflexibles”, la tendencia sexual en auge entre los hombres

La masculinidad se está abriendo, aseguran los investigadores: la mayoría de hombres heterosexuales ya no rechazaría tener una relación con otro varón.

Silvia Val.

“El siglo XXI es el de la ‘revolución tranquila’ de la diversidad sexual. Las relaciones íntimas están cambiando de forma tan profunda y variada que los investigadores necesitan hacer un ‘reinicio completo’ de las teorías, de los términos de psicología social y de las definiciones de identidades que hemos manejado hasta ahora para describir este proceso de transformación”.

Ésta es la tesis de Phillip Hammack, profesor de Psicología de la Universidad de California en Santa Cruz. Según el especialista, este florecer está vinculado a las redes sociales que, por usar un término en boga, han empoderado a los individuos con las sexualidades tradicionalmente definidas como queer (“extrañas”) para encontrar comunidades de personas afines y “desafiar” la norma establecida en lo que a relaciones íntimas se refiere.

Así, se está observando una cristalización de realidades que se alejan de la forma tradicional, monógama y heterosexual de convivencia: asexualidad, poliamor, identidades de género no binario y transgénero, pansexualidad y las relaciones fetichistas, por citar algunos de los ejemplos de Hammack. “Lo considero una ‘revolución silenciosa’ por cómo se diferencia de las de los años sesenta y setenta del siglo XX, que fueron tan visibles”, explica.

El hecho de englobar las sexualidades alternativas bajo el epígrafe de queer nació en la propia UC de Santa Cruz, recuerda el investigador, con la fundación de la disciplina de la “Queer Theory”, en 1990. Transcurridas casi tres décadas, sin embargo, Hammack aboga por una actualización en el artículo “Intimidad Queer: Un nuevo paradigma para el estudio de la diversidad en las relaciones”, que publica The Journal of Sex Research.

El matrimonio igualitario como catalizador

La legalización del matrimonio homosexual llegó a España en 2005 y Estados Unidos no terminó de aprobarlo hasta 2015. Este marco, señalan los investigadores, abarca una explosión de diversidad en las relaciones que llevaban aflorando desde comienzos de siglo. “El matrimonio homosexual abre las miras y lleva a la gente a pensar más allá del género en las relaciones afectivas”, explica Hammack.

Un caso particular es el de los “asexuales”. “Se asume que no tienen pareja y sufren de soledad porque experimentan poco o nulo deseo sexual, pero eso es un mito. Sí que tienen relaciones íntimas, pero apenas sabemos nada de ellas”, precisa el psicólogo. En su caso, desafía la “verdad asumida” de que esta intimidad de pareja se caracteriza inherentemente por el sexo. Este tipo de relaciones se dan desde comienzos de 2000 “gracias a Internet”, explica Hammack, y han logrado que la Asociación Psiquiátrica Americana deje de considerar la asexualidad como un trastorno.

Otra transformación se da con el hecho de que el Diccionario Inglés de Oxford haya reconocido el término de “poliamor”. Se trata de una ruptura de las convenciones culturales de la pareja, en la que la monogamia pasa a permitir la participación de más de un amante. Las relaciones “abiertas” ya estaban asentadas en los ambientes gays e incluso los matrimonios heterosexuales se abrieron a ello en los años setenta con el movimiento de intercambio de parejas (swingers). Esto ha dado lugar a un “movimiento a fuego lento” que cuestiona la idea “heteronormativa” de cómo debe ser una relación ideal.

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En cuanto a las relaciones sadomasoquistas o kink, se han visto propulsadas por un fenómeno de masas como una serie de novelas y películas como 50 sombras de Grey, que plantean una relación consensual de dominación asimétrica. Pero Hammack advierte que no constituyen un retrato “fidedigno” de la comunidad kink, que se ve estigmatizada además por la idea progresista de que las relaciones deben ser en pie de igualdad. El investigador lamenta que no se disponga de las herramientas adecuadas para valorar esto, ya que los estudios se han centrado hasta ahora en “la gratificación sexual, que es solo una parte”.

La hora de los heteroflexibles 

La campaña a favor del matrimonio igualitario ha llevado a que los prejuicios sobre lo que la intimidad significa se vean puestos a prueba, y eso ha tenido un impacto profundo también fuera de lo que se considera queer. Así, se comienza a hablar también de “heterosexualidad queer” y de cambios en las familias “escogidas” y no biológicas.

“La heterosexualidad se está abriendo de formas nunca vistas hasta ahora, y esta es una de las cosas más interesantes que estamos observando”, señala Hammack. “Hoy, la mayoría de los que se consideran ‘hetero’ (straight) tendrían una experiencia homosexual puntual. Lo definen como heteroflexibilidad: no se oponen a una relación con alguien de su mismo sexo, pero no son bisexuales porque no sienten una atracción equiparable hacia hombres y mujeres”.

Esta tendencia solía producirse de forma natural entre mujeres, según había determinado hasta ahora la investigación. Pero por primera vez se está asentando también en los varones heterosexuales. “Es fascinante ver cómo la masculinidad se está abriendo”, afirma el psicólogo. Sin embargo, la investigación sobre el fenómeno es incipiente, al igual que sobre las “familias escogidas”, formadas por personas homosexuales rechazadas por sus parientes biológicos.

“Necesitamos empezar a documentar la diversidad de todo lo que está pasando ahí fuera”, concluye Hammack. “Nuestros datos no son lo suficientemente buenos. Lo único que tenemos son artículos y reseñas, y eso no es suficiente”.

(elespanol.com).