Con sabor a café

Te bebo a forma de café, por eso de que me dilatas las pupilas y me aceleras el ritmo cardiaco.

Analco es uno de los barrios mencionados por los historiadores y poetas, fue el pueblo de indios más antiguo en Durango y donde se estableció la primera misión franciscana de San Juan Bautista de Analco (de ahí el nombre de este templo tan conocido), fundada por Diego de la Cadena.

A unos cuantos pasos y cruzando el puente, se encuentran algunos de los paseos más tradicionales de nuestra capital para propios y extraños, como lo son Las Moreras y Las Alamedas, como bien rezan en nuestro famoso Corrido de Durango.

En este barrio se encuentra el restaurante “Con sabor a café”, en la esquina que conforman las avenidas Francisco Sarabia y Belisario Domínguez. Es una casona típica de aquellos años, de esos lugares con paredes y techos altos, con cantera en su interior.

Según me cuentan, este lugar estaba ubicado en otra avenida y tiene poco tiempo que se mudaron a su nueva ubicación. También realizaron cambios tanto en su personal como en el menú de alimentos que ofrecen.

Su mobiliario es cómodo a pesar de que es de madera con sillas acojinadas.

Te recibe un chico muy amable con su cubrebocas, pero sin uniforme o playera que identifique cómo se llama el lugar.

Por ser una construcción antigua el lugar es bastante frio y si le agregamos que las paredes tienen humedad y están pintadas de color blanco, se hace poco agradable la estancia.

El menú que te presentan no tiene actualizados los costos, por lo que te das cuenta hasta el momento de pagar tu consumo y créeme que no son muy accesibles los precios, menos si en el desayuno no te incluyen el café, que en esta ocasión pedí el clásico de olla, el cual me pareció muy sabroso y a una temperatura aceptable, pero no hay refill.

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Me decidí por el desayuno “American Breaksfast”, que lleva dos blanquillos (muy bien cocida la yema), tocino bien guisado, ya que no se les pasó el tiempo de estar en la plancha, y dos hot cakes, también muy bien cocidos y de buen color.

Cabe hacer mención que la espera no es larga y para que se te haga más corta en lo que te dan tu desayuno te llevan pan con mermelada.

Tienen un volumen y una música aceptable para poder platicar, aunque por el espacio y el lugar donde están las mesas hacen que te sientas poco a gusto para platicar. Los baños están muy limpios con todo para el servicio.

Al momento de pagar la cuenta tuve la oportunidad de hablar con el encargado, estuvo dispuesto a escucharme y le comenté algunos de estos puntos y sugerencias, los cuales siempre he hecho en negocios para mejorar el servicio, ya que al estar en una de las áreas más atractivas y turísticas de la ciudad, el trato, las instalaciones, el servicio y la calidad de los alimentos son los que le darán el renombre y la recomendación de todos. De antemano agradezco la invitación a regresar.

Esta vez le daré dos tenedores, esperando ver las mejoras en nuestra próxima visita.

¡¡Que tengan un muy feliz 14 de febrero!!