Olga Costa

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Olga Costa u Olga Kostakowsky Fabricant, nació en Leipzig, Alemania, el 28 de agosto de 1913, fue pintora, promotora cultural y coleccionista alemana nacionalizada mexicana. Trabajó arduamente a favor del desarrollo de museos en el estado de Guanajuato.

Olga Costa llegó a la Ciudad de México a la edad de 12 años. Su familia emigró de Berlín luego de que su padre, el violinista, director de orquesta y activista socialista ruso, Jakob Kostakowsky, fuera liberado de la cárcel de Babiera en 1925. La familia rápidamente se relacionó con la élite cultural mexicana organizando reuniones semanales a las que asistían músicos, pintores y escritores; es así como conoce a Diego Rivera. Tal fue su admiración por el trabajo del muralista guanajuatense que decide dejar la música, ámbito en el que se había desarrollado hasta ese momento, para dedicarse a la pintura, inscribiéndose en la Escuela Nacional de Artes Plásticas en la Academia de San Carlos (ENAP) en 1933, siendo uno de sus maestros Carlos Mérida. Sin embargo, meses después abandonó esta institución porque no le gustó el sistema de enseñanza. Es por ello que a la obra de Olga Costa se le considera de origen autodidacta, porque nunca terminó su formación plástica en ninguna academia.

En el taller de litografía dirigido por Emilio Amero, en la ENAP, conoció a José Chávez Morado, con quien contrae matrimonio en 1935. Chávez Morado perteneció a la tercera generación de muralistas mexicanos; sin embargo, éste nunca intervino en las obras de Costa ni las influenció.

Olga adoptó el apellido Costa debido a las dificultades que enfrentó en el México post-revolucionario nacionalista, en el que a los artistas extranjeros, incluido su padre, no se les quería reconocer a pesar de las importantes aportaciones que hacían en el quehacer político, social, cultural y científico de nuestro país.

En 1941 Olga Costa funda la Galería Espiral junto con Angelina Beloff, Feliciano Peña y Francisco Zúñiga, de la cual fue directora. En ese año diseñó escenografías y vestuarios para el Ballet Waldeen.

En 1943 participó como cofundadora de la Sociedad de Arte Moderno que, dirigida por Susana y Fernando Gamboa, fue la primera galería que logró montar en México importantes exposiciones como la presentación de la obra de Pablo Picasso.

En 1945, Inés Amor, directora de la Galería de Arte Mexicano, la invitó a preparar su primera exposición individual y a partir de ese momento Olga Costa participó regularmente en exposiciones individuales y colectivas.

En 1948 se integra a la Sociedad para el Impulso de las Artes Plásticas, que derivó, el año siguiente, en la fundación del Salón de la Plástica Mexicana, institución sucesora de la Sociedad de Arte Moderno, conformada por un grupo de 52 artistas cuyo objetivo era promover el arte mexicano.

Olga Costa recibió su primer encargo oficial en 1951, que consistió en pintar un óleo de gran formato para el Instituto Nacional de Bellas Artes. El resultado fue “La vendedora de frutas”, su obra más conocida, que es su cuadro más grande con medidas de 2.7 metros de ancho por 1.50 de largo y forma parte del acervo del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.

Olga se estableció definitivamente en la ciudad de Guanajuato en 1966, donde participó con José Chávez Morado en la organización del Museo de la Alhóndiga de Granaditas.

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Se calcula que su período productivo fue de 1933 a 1984, más de 50 años de trabajo en los que va cambiando no sólo su estilo, sino también su ideología. La obra de Costa se caracteriza por una extensa gama cromática y la integración de elementos de la naturaleza, como plantas, frutas y flores. Entre sus obras destacan los géneros de paisaje, naturaleza muerta y retrato.

La artista pintó a lo largo de su vida más de 200 obras entre 1936 y 1987, pues existen muchos trabajos que no tienen fecha definida.

Algunas de sus obras forman parte del patrimonio artístico del Banco de México, FEMSA y la Colección Blaisten.

Las obras de Olga Costa comparten espacio en prestigiados museos con otros destacados pintores mexicanos como Alfredo Zalce, Frida Kahlo, Pablo O’Higgins y Jorge González Camarena.

Esta extraordinaria artista plástica fue ganadora del Premio Nacional de Arte en 1990.

Olga Costa murió el 28 de junio de 1993 en Guanajuato, donde se le rindió un homenaje en 1989 en el marco del Festival Internacional Cervantino.