El Alcalde Delincuente

Fernando Miranda Servín.

El escándalo comenzó en diciembre de 2020, luego de que un ciudadano solicitara a la Unidad de Transparencia e Información Municipal de Durango el título profesional de la subdirectora de Atención Ciudadana del Organismo Público Descentralizado Aguas del Municipio de Durango, María Sara Blanco Medrano. Al recibir la respuesta, el ciudadano filtró a las redes sociales la copia del documento: un título profesional de “Licenciada en Administración de Empresas” supuestamente emitido por la Universidad Durango Santander, filial de la Universidad Autónoma de Durango, más conocida como Universidad Lobos, a nombre de María Sara Blanco Medrano, sellado por la oficina de Aguas del Municipio de Durango.

El grotesco título falsificado con el sello de la oficina de Aguas del Municipio de Durango en el ángulo superior izquierdo que María Sara Blanco Medrano presentó en esta institución pública para obtener el cargo de subdirectora de Atención Ciudadana con un sueldo superior a los 70 mil pesos mensuales.

Después de que varios ciudadanos hicieran el señalamiento en sus redes sociales respecto a que el título profesional de marras era apócrifo, la Universidad Durango Santander emitió un comunicado informando que efectivamente el título en mención no estaba avalado por esa institución educativa ya que esta casa de estudios no cuenta con esa licenciatura. De la misma manera, la Dirección Estatal de Profesiones, perteneciente a la secretaría de Educación, informó a través de un oficio emitido el 7 de diciembre de 2020 que no contaba con ningún antecedente a nombre de María Sara Blanco Medrano de que se haya realizado la verificación de documentos para el registro de Título profesional y expedición de Cédula Profesional; de igual forma, esta dependencia notificó que la persona mencionada tampoco se encontraba inscrita en el Registro Nacional de Profesionistas.

Lejos de ser retirada de su cargo, María Sara Blanco Medrano continuó ocupando la subdirección de Atención Ciudadana de Aguas del Municipio de Durango, protegida por el alcalde panista Jorge Salum del Palacio, quien también funge como Presidente del Consejo Directivo de Aguas del Municipio de Durango.

La falsificadora María Sara Blanco Medrano, subdirectora de Atención Ciudadana en Aguas del Municipio de Durango, también tiene facultades para decidir a quién darle trabajo y a quién no. “Las mujeres preparadas y atractivas son rechazadas por Sara Blanco porque según ella ‘podrían gustarle al alcalde'”, manifiestan empleados de esta dependencia.

De acuerdo a testimonios de empleados de esta dependencia, María Sara Blanco Medrano también tiene facultades para decidir quién entra a trabajar a este organismo y quién no: “Si son mujeres muy preparadas y atractivas, no tienen ninguna posibilidad de obtener trabajo en Aguas del Municipio de Durango porque, según Sara Blanco, ‘podrían gustarle al alcalde’. Hace poco llegó una joven mujer con doctorado en Derecho a solicitar trabajo y por órdenes de Sara Blanco le fue negado ‘porque está muy guapa y podría gustarle al alcalde’, se le escuchó decir”, denuncian los empleados de Aguas del Municipio de Durango.

A este grado ha llegado la vulgaridad y discriminación que practica esta élite gobernante panista, que utiliza las instituciones públicas como si fueran sus empresas particulares.

El delito de falsificación de documentos públicos es un delito federal que se castiga con prisión de 4 a 8 años, y si el infractor es un servidor público la pena aumenta hasta una mitad más.

Lo increíble de todo esto es que hasta el momento ninguna autoridad en Durango se ha ocupado de realizar la denuncia de este ilícito ante las instancias correspondientes, ni los diputados del Congreso local, de mayoría morenista, ni por supuesto el alcalde panista Jorge Salum del Palacio, quien como tal y como Presidente del Consejo Directivo de Aguas del Municipio de Durango tendría la obligación de hacerlo.

“El Alcalde Gris” de Durango, Jorge Salum del Palacio, resultó mucho más corrupto que sus antecesores: cohabita y gobierna con un Cabildo integrado por regidores delincuentes; solapa y fomenta la corrupción en todas las direcciones municipales y protege a una falsificadora de títulos profesionales.

No es la primera vez que este alcalde encubre, solapa, protege o es abierto cómplice de actos delictivos cometidos por sus colaboradores cercanos. Ya lo ha hecho en el Juzgado Administrativo, donde permite que un pequeño grupo de vivales se apoderen de los ingresos que recibe esta dependencia por concepto de multas impuestas a los ciudadanos que son remitidos a las delegaciones por cometer diversas faltas administrativas; también lo hace cobrando derecho de piso a los comerciantes del centro de la capital duranguense, a través de su jefe de Inspectores, César Rosales, y su director operativo, Edgar Salvador Valtierra.

Los ciudadanos no olvidamos cuando el pasado 15 de enero, en la sesión de Cabildo, el alcalde Jorge Salum manifestó que lamentaba que los regidores de su partido, el PAN, “se presten a las instrucciones de grupos delincuenciales para seguirlos favoreciendo en la venta ilegal de bebidas alcohólicas”; sin embargo, el alcalde nepotista lejos de presentar una denuncia de hechos ante las instancias correspondientes optó por seguir permitiendo las actuaciones ilícitas de los regidores delincuentes panistas; y más aún, ordenó eliminar de la página oficial del municipio de Durango el video de dicha sesión de Cabildo.

Son muchas las deudas que Jorge Salum tiene con la ciudadanía duranguense, y son muchas más las acciones y omisiones constitutivas de delitos que a mitad de su trienio ha cometido. Pero esto al parecer no le preocupa demasiado pues sabe que tanto los diputados del Congreso, de mayoría morenista, como los titulares de las instituciones impartidoras de justicia son personajes altamente corrompidos que difícilmente lo llamarán a cuentas.