Juana Belén Gutiérrez
De la redacción de razacero.
Juana Belén Gutiérrez de Mendoza fue una reconocidaprofesora, feminista, anarquista y periodista duranguense,pero sobre todo una activista sufragista y pionera delmovimiento por los derechos de las mujeres en México. Nació en San Juan del Río, Durango, el 27 de enero de 1875 .
Juana Belén se casó con un minero iletrado llamado Cirilo Mendoza, a quien enseñó a leer y a escribir.
A sus escasos 22 años, la activista comenzó a colaborar en los periódicos “Diario del Hogar” y “El hijo del Ahuizote”, dirigidos por Filomeno Mata y los hermanos Flores Magón, respectivamente. En 1897, por su defensa de los derechos laborales de los mineros de La Esmeralda, en el estado de Chihuahua, fue encarcelada en la prisión Minas Nuevas. Una vez libre, en 1899 fundó el “Club Liberal Benito Juárez” y en 1901 fundó el semanario “Vésper”, con el que denunció y exhibió al régimen corrupto y dictatorialde Porfirio Díaz, a la Iglesia y al Estado. Con esta publicación de corte libertario Juana Belén se constituyó como una periodista de oposición muy incómoda, lo que le valió ser encarcelada en muchas ocasiones. Perseguida, se trasladó a la Ciudad de México y en 1902 reanudó la publicación de “Vésper”. Se afilió al “Club Liberal Ponciano Arriaga”, ocupando en 1903 el puesto de primera vocal. En esta época fue de nuevo encarcelada por la policíaporfirista junto a Camilo Arriaga, los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón y Juan Sarabia en la cárcel de Belén, y luego desterrada a Laredo, Texas.
Juana Belén es considerada la primera mujer en dirigir un periódico con tinte político, pues había otras publicaciones de mujeres, pero hablaban sobre cómo ser femeninas y de temas domésticos.
Ejercer el periodismo le costó a Juana Belén arrestos constantes, por lo que con mucha frecuencia se suspendían los tirajes de “Vésper”; sin embargo, en cuanto salía de prisión inmediatamente volvía a publicar con más fuerza en ese y en otros medios en los que colaboraba como “Anáhuac”, “La Corregidora”, “La Reforma”, “El Heraldo de México” y la revista “Alma Mexicana”.
En algún momento Ricardo Flores Magón felicitó a Juana Belén por su periódico y desde entonces se volvieron cercanos, pues tenían ideologías parecidas.
Tras la caída de Porfirio Díaz, el ascenso al poder de Francisco I. Madero y el inicio del levantamiento de Emiliano Zapata contra Madero, Juana Belén se unió al ejército zapatista en donde “El Caudillo del Sur” la puso al frente de una tropa llamada “Victoria”. Cuentan las crónicas de la época que durante un ataque a una hacienda un integrante de la tropa que comandaba Juana Belén violó a una mujer, por lo que la guerrillera duranguense, al enterarse, ordenó fusilar de inmediato al agresor. Al ser notificado Emiliano Zapata de estos hechos, lejos de molestarse con Juana Belén la nombró coronela.
Durante esta etapa revolucionaria, Juana fue nuevamente encarcelada en dos ocasiones por varios meses: la primera durante el gobierno huertista y la segunda en el mandato carrancista, por estar identificada como destacada zapatista.
En 1919, al quedar finalmente en libertad, Juana Belén Gutiérrez fue reconocida por sus años de lucha y participó en los proyectos educativos posrevolucionarios.
Terminada la lucha armada, en 1922 participa comomaestra misionera de la cruzada vasconcelista contra el analfabetismo en Jalisco y Zacatecas. Años después es nombrada inspectora de escuelas rurales en este último estado, donde también funda la organización indigenista Consejo de los Caxcanes.
Su visión a favor de los indígenas quedó plasmada en su libro “¡Por la tierra y por la raza!”, en el que defendía los derechos de las poblaciones indígenas, editado en 1924. En ese tiempo fue nombrada directora del Hospital Civil zacatecano y ya de regreso a la Ciudad de México, en 1932, publicó la última época de Vésper. Un lustro más tarde partió a Michoacán para dirigir la Escuela Industrial para Señoritas de Morelia, bajo el amparo del gobernador Gildardo Magaña, antiguo compañero zapatista.
Al término de esta encomienda, su pensión de cinco pesos,otorgada por el Estado mexicano por sus servicios a la Revolución, no le alcanzaría para tener una vida sin preocupaciones. Enferma, pero sin dejar la lucha social ni rendirse ante la indiferencia, finalmente muere en la pobreza en la Ciudad de México, el 13 de julio de 1942, a los 67 años, debido a un quiste hepático.
Juana Belén, la coronela zapatista, forma parte de la pléyade de los imprescindibles, sin los cuales no seríamos la nación que hoy somos, a pesar de padecer gobiernos inescrupulosos tanto de “izquierda” como de derecha.Juana Belén, simplemente gracias por todo lo que nos diste. Los mexicanos siempre estaremos en deuda contigo.