La tragedia de la Línea 12 y la vileza de AMLO y la 4T

La popularidad del mandatario Andrés Manuel López Obrador ya va en caída libre, su figura de líder de la oposición de “izquierda” se ha ido desmoronando en su cargo de presidente de la República. Le quedó muy grande la silla presidencial y sus carencias intelectuales y políticas se han hecho cada día más notorias para revelarnos a un ser ordinario, obtuso, totalitarista y mediocre.

La gota que ha derramado el vaso y nos ha dejado ver la pequeñez política y ausencia de calidad humana de López Obrador ha sido la tragedia de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, acaecida la noche del pasado 3 de mayo en la estación Olivos, de la alcaldía de Tláhuac. Como se sabe, la estructura que soportaba uno de los tramos elevados de esta línea se colapsó causando el descarrilamiento y caída de dos vagones, provocando 26 muertes y 70 heridos de gravedad.

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Los responsables de la tragedia de la Línea 12 tienen nombre y apellido: Marcelo Ebrard, Mario Delgado, Miguel Ángel Mancera, Claudia Sheinbaum y Florencia Serranía, directora del Metro. Todos ellos continúan ocupando sus cargos como si nada hubiera pasado.

Mientras esto sucedía, López Obrador dormía tranquilamente en Palacio Nacional y lejos de acudir al lugar de la tragedia para solidarizarse con las víctimas, al día siguiente el sátrapa tabasqueño ni siquiera manifestó sus condolencias a las familias de los fallecidos, expresando en su conferencia mañanera: “¡Al carajo, esa es una práctica neoliberal”.

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“¡Al carajo, esa es una práctica neoliberal!”, contestó el presidente infame López Obrador al reportero que le preguntó por qué no había acudido al lugar de la tragedia de la Línea 12 del Metro. El mandatario tabasqueño tampoco envió condolencias a los deudos de los 26 fallecidos en este lamentable suceso.

Así, a los desatinos previos de querer imponer a toda costa a su compadre, el violador serial Félix Salgado Macedonio, como candidato de su partido Morena a la gubernatura de Guerrero y haber ordenado a sus huestes en el Congreso de la Unión ampliar ilegalmente dos años más el período de Arturo Zaldívar como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se suma este hecho deleznable que representa en sí mismo la inminente caída de la “Cuarta Transformación” en la capital de nuestro país, teniendo resonancia este lamentable suceso en todos los estados en los que hay procesos electorales en marcha.

A todos los mexicanos nos queda claro que los responsables de la tragedia de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México tienen nombre y apellido: Marcelo Ebrard, ex jefe de gobierno del D.F., de 2006 a 2012, y actual secretario de Relaciones Exteriores, quien fue el encargado de su construcción; Mario Delgado, ex secretario de Finanzas en esa administración y dirigente nacional del partido Morena, que infló los costos de esta obra; Miguel Ángel Mancera, ex jefe de gobierno de la Ciudad de México en el sexenio 2012-2018 y senador de la República, quien recibió la obra y no alertó a la ciudadanía sobre la infinidad de fallas que tenía; Claudia Sheinbaum, actual jefa de gobierno, que prácticamente abandonó por completo el mantenimiento no solo de esta línea sino de toda la red del Sistema de Transporte Colectivo Metro; y la directora del Metro, Florencia Serranía Soto, ese personaje nefasto que con desparpajo ha declarado en anteriores percances: “yo solo soy la directora del Metro”.

Sobre estos protagonistas hoy pesa ya por lo menos una denuncia por el delito de homicidio, interpuesta por la señora Marisol Tapia, madre del niño Brandon Giovanni, de 12 años, quien falleció en uno de los vagones descarrilados. En los hechos, las autoridades debieron haber abierto ya 26 expedientes por el delito de homicidio contra quienes resulten responsables.

Sin embargo, y para sorpresa de todo el mundo, los principales responsables de esta tragedia continúan ocupando sus cargos como si nada hubiera sucedido, por lo que lo más seguro y conveniente es que los familiares de las víctimas tengan que recurrir a tribunales internacionales. Así de este tamaño es la “justicia” que se pregona y se practica bajo el régimen autoritario y corrupto de la “Cuarta Transformación”, encabezada por el presidente López Obrador.

Este 6 de junio, sin duda alguna, repercutirá en las urnas no solo la bajeza con la que ha actuado el mandatario tabasqueño respecto a la tragedia de la Línea 12 del Metro, sino todos los desaseos, abusos de poder, corrupción e impunidad que los integrantes de la “Cuarta Transformación” han cometido en este sexenio bajo la anuencia y descarada protección del inquilino de Palacio Nacional. Este 6 de junio los mexicanos habremos comenzado a sacudirnos esta peligrosa plaga que nos cayó hace tres años y que solo ha provocado destrucción, muerte y el consabido enriquecimiento de unos cuantos vivales y unos cuantos magnates consentidos de aquél opositor que llegó a la presidencia con el garlito de la “Honestidad valiente” y “Primero los pobres”.