Liberados, perdonados y fugados

Manuel Díaz.

Ya no pasa nada

Resulta curioso que en administraciones anteriores se buscaba a toda costa demostrar que al menos se hacía algo, se contabilizaban capos detenidos, funcionarios corruptos encarcelados, grandes decomisos de droga y fuertes “operativos” de seguridad.

En la 4T pasa todo lo contrario, se contabiliza a los criminales liberados y a los funcionarios corruptos exonerados y que además huyen del país; no se escucha sobre el desmantelamiento de organizaciones criminales, decomisos de droga y mucho menos de la detención de los capos más buscados.

Recordemos…

En la pasada administración del expresidente Enrique Peña Nieto fue detenido y encarcelado en dos ocasiones Joaquín “El Chapo Guzmán” y capturados Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”; el Z40, Z42 y Z43, principales líderes de los “Z”. Del Cartel de Juárez, Vicente Carrillo Fuentes, alias “El Viceroy”.

En Michoacán, la cúpula de los Caballeros Templarios quedó prácticamente desmantelada luego de la muerte de los líderes Nazario Moreno, alias “El Chayo”, y Enrique “Kike” Plancarte, además del arresto de Servando Gómez, alias “La Tuta”.

El gobierno de López Obrador es el más corrupto e ineficiente de los últimos 100 años. Más de 500 mil muertes por Covid19, 90 mil homicidios dolosos y una economía resquebrajada son solo algunos de los saldos negativos (hasta el momento) de la pésima administración “izquierdista” encabezada por el político tabasqueño.

Usted seguramente recuerda aquella famosa foto del expresidente Peña con los gobernadores, sus secuaces; muchos de ellos fueron encarcelados por corrupción y vínculos con la delincuencia organizada, como Javier Duarte de Ochoa (Veracruz); Roberto Borge (Quintana Roo); Luis Armando Reynoso Femat (Aguascalientes); Tomás Yarrington (Tamaulipas); Guillermo Padrés Elías (Sonora); Jesús Reyna García (Michoacán); Andrés Granier Melo (Tabasco) y Flavino Ríos (Veracruz).

Pero en la 4T con AMLO “eso ya no”.

La 4T, por el contrario, detuvo y liberó en transmisión nacional a Ovidio Guzmán, el hijo de “El Chapo”; se realizó toda una odisea diplomática para liberar al ex titular de Pemex, Emilio Lozoya, detenido en España, hasta lograr su extradición y, al pisar México, liberarlo; Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México (AHMSA), abandonó el Reclusorio Norte al comprometerse a pagar más de 216 millones de dólares por concepto de reparación del daño por la compraventa irregular de la planta de Agro Nitrogenados, y al empleado de Ricardo Salinas Pliego, el presunto violador Andrés Roemer, buscado por la Interpol, lo dejaron escapar a Israel, país que no cuenta con acuerdo de extradición con México.

Siguiendo con violadores confesos y protegidos a capa y espada por AMLO y la 4T, están los legisladores Félix Salgado Macedonio y Saúl Huerta, quién finalmente perdió su fuero.

En cuanto a funcionarios corruptos, en la 4T no disimulan ni tantito, pero cuando acusan a uno de los suyos, para el compañero presidente es “politiquería” pura, siente que estos ataques son por la “transformación” del país. Para él “eso ya no”, ya se hace justicia:

La impunidad de sus hermanos Pío y Martín López Obrador, exhibidos recientemente recibiendo dinero en efectivo para su movimiento; la impunidad de su prima Felipa Obrador y los contratos con Pemex; la descalificación a las víctimas que denunciaron violación y acoso sexual contra el excandidato a la gubernatura de Guerrero, Félix Salgado Macedonio; lo mismo respecto a las acusaciones en contra de la titular de la CONADE, Ana Gabriela Guevara, por el presunto desvío de más de 50 millones de pesos; el caso del actual gobernador electo de Zacatecas, David Monreal, que al dejar el cargo de coordinador Nacional de Ganadería tuvo denuncias por desvío de recursos… para AMLO todo es “politiquería”.

Además, desde su privilegiada tribuna mañanera en Palacio Nacional, cuestiona a sus “enemigos” los periodistas y dueños de medios de comunicación:

“Vean dónde viven los políticos, dónde viven los periodistas más influyentes. No viven en casas como viven ustedes, viven en mansiones y tienen hasta departamentos en el extranjero, en Miami”, AMLO.

Si AMLO quisiera elevar a Ley su retórica, lo lógico sería juzgar bajo el mismo criterio a sus principales colaboradores como al actual titular de la CFE, Manuel Bartlett, quien tiene 23 mansiones ubicadas en los fraccionamientos más exclusivos de México, como las Lomas de Chapultepec, y que nunca ha aclarado de dónde salieron los recursos para adquirirlas. Su consejero jurídico, Julio Scherer, su secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, su ex secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, e Irma Eréndira Sandoval, quien se desempeñaba como titular de la Secretaría de la Función Pública, con propiedades en México y en el extranjero; su hijo que vive en The Woodlands, uno de los lugares más exclusivos de Texas.

¿Solo se actuará en venganza?

Una de las frases que más repite el compañero presidente Andrés Manuel López Obrador para enfatizar la diferencia entre su gobierno y los anteriores es “eso ya no”, y quiere decir que ya no hay corrupción, que no hay impunidad y que ellos, la 4T, se encuentran en un nivel moralmente superior a cualquier ciudadano u organización en México y el mundo.

Una y otra vez AMLO señala desde su púlpito:

”El gobierno estaba tomado, estaba secuestrado por la delincuencia, no sólo por la delincuencia organizada, sino por la delincuencia de cuello blanco, entonces hacían lo que querían. Pero, eso ya no se da”, AMLO.

También con su particular visión del país, afirma:

”Se lleva bastante avance, no hay corrupción, aunque les dé coraje a ‘los conservadores’, ya se acabó. Porque el presidente no es corrupto y no tolera la corrupción. Se está limpiando de arriba para abajo, como se barren las escaleras, eso es lo fundamental. Si hay corrupción no se puede resolver nunca el problema, porque es mentira que el presidente no sepa”, AMLO.

La impunidad a todo lo que da con AMLO

En realidad, el fracaso de su administración radica en que ahora hay más corrupción y más impunidad y el “eso ya no” es solo una quimera más de la liturgia lopezobradorista.

Es cierto, “eso ya no”, con AMLO y la 4T ya no hay ni siquiera simulación, la impunidad está a todo lo que da. El crimen organizado recibe abrazos, porque detenidos, “eso ya no”. Lo que hay es total impunidad y protección de AMLO para sus colaboradores, familiares y amigos.

(sdpnoticias.com).