Aroma a café

“Me he tomado también tu taza de café. Ya casi no tengo azúcar, pero me acordé que a ti te gusta amargo, sabe muy feo. Como esta soledad. Como es estar deseándote a todas horas”, Jaime Sabines.

Siempre he comentado que los lugares menos esperados son los lugares que hacen que te lleves un grato sabor de boca, y me refiero a que en días pasados fui a desayunar a un pequeño y acogedor lugar que más bien parece una fondita, pero que la calidez de su atención, los sabores y los olores ¡lo hacen grande!

 “Aroma a café” está ubicado en una de las avenidas más transitadas del sur de la ciudad, que es la avenida Tornel, con el número 307, en la colonia Del Valle.

Desde que entras se siente un ambiente bastante acogedor, ya que desde que estás en la puerta te reciben con una gran sonrisa pidiendo que te apliques el gel para las manos, que limpies tus pies en el tapete sanitizante y checándote la temperatura.

Es un lugar que tiene sus paredes de colores blanco, amarillo, rosa y azul con un mobiliario de madera que para nada es incómodo y su mantelería también en colores muy mexicanos.

Sus baños muy limpios y con lo necesario para el servicio.

“Aroma a café” tiene una agradable ambientación con música de buen gusto y el volumen es muy grato al oído.

Al momento de llevarte el menú, en el que te ofrecen desde los tradicionales chilaquiles, omelette, waffles, burritos, enchiladas, jugo y malteadas, te llevan a tu mesa un canasto de pan con mantequilla y un exquisito café de olla que no dejan que se te acabe más allá de la mitad porque su personal, a pesar de que solo tienen un mesero sin uniforme o algún distintivo con el logo del lugar (pero perfectamente limpio con su pantalón y camisa), siempre está muy atento y con una sonrisa, y aunque pueda haber mucha gente siempre está al pendiente de tu mesa. Eso llama bastante la atención ya que no tienes que andarlo “cazando”.

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Me han preguntado por qué voy a desayunar nada más y sobre si me tienen que ofrecer algún tipo de apoyo económico para ir a visitar los lugares de comida y mi respuesta es la siguiente: generalmente voy a desayunar porque es cuando los restaurantes tienen el mayor flujo de comensales y ahí es donde te das cuenta de la atención que prestan, de la rapidez con que te atienden, etc. Sobre mis honorarios para visitar tal o cual lugar, “Acá entre nos” déjame decirte que no me sería posible aceptar nada como intercambio puesto que ese pago esta hecho por el periódico, pero si les interesa dar a conocer o posicionar su negocio contáctenme y lo visito para ofrecerle la mejor opción en publicidad. Aclarado el punto paso a seguirle platicando mi estadía en “Aroma a café”: dentro de los platillos que ofrecen me llamó la atención uno que se llama “Rosca de chilaquiles”, que lleva los tradicionales rojos, verdes, de mano habanero y de chipotle, con un picor muy agradable, bañados con crema y con unos huevos montados con jamón, deliciosos, perfectos para compartir, y aunque seas de “buen diente” la cantidad generosa que te sirven bien da hasta para llevar.

Otra de las cosas que también llaman la atención son sus precios, ya que no están desfasados y en verdad los paga uno con gusto por la calidad de sus alimentos, la atención y el lugar.

Muy recomendable esta fondita “Aroma a café”, a la que le daré tres tenedores.