Jaime Rivas, un Robin Hood disléxico
Fernando Miranda Servín.
La dislexia es un tipo de trastorno del aprendizaje. De acuerdo a una de tantas definiciones de este padecimiento, “las personas con dislexia tienen dificultades de orientación espacial y de organización temporal; es decir, confunden las nociones de “arriba, “abajo”, “derecha” e “izquierda”, y de “ahora”, “antes” y “después”. Así mismo, presentan una gran dificultad lectora.
La anterior definición sin duda alguna encaja a la perfección con el comportamiento del titular de la secretaría de Bienestar del gobierno del estado de Durango, Jaime Rivas Loaiza, quien recientemente anunció con bombo y platillos en algunos medios de comunicación locales la próxima puesta en marcha del programa “Apoyo a tu gasto”, que consiste en la entrega de 400 pesos “a cerca de 15 mil familias”: 300 pesos para la compra de gas y 100 pesos para que adquieran productos de la canasta básica.
En total, este funcionario vivales va a repartir entre el pueblo de Durango la friolera de menos de 6 millones de pesos.
Esta escena, sin lugar a dudas, es muy parecida a cualquiera de esos eventos de violencia intrafamiliar, en los que el agresor, luego de proporcionarle una brutal golpiza a su pareja, muy arrepentido le suplica perdón diciéndole que ya jamás va a volver a golpearla, ofreciéndole un raquítico manojo desaliñado de flores silvestres.
Como se sabe, Jaime Rivas Loaiza, como secretario de la SEBISED, es uno de los principales responsables de que más de un tercio de la población duranguense (más de 700 mil habitantes) vivan en la pobreza, y bajo su administración al frente de esta dependencia el número de habitantes en situación de pobreza extrema se ha duplicado en Durango, pasando de 38 mil 500 duranguenses en 2018 a 79 mil 600 en 2020.
A la par que Jaime Rivas Loaiza ha entregado estos pésimos resultados a la ciudadanía, entre los años 2020 y 2021, en lo peor de la pandemia del coronavirus, este empleado estatal tuvo la desfachatez de otorgarle a la empresa Proyección Integral Total S.A. de C.V., un par de contratos que ascendieron a más de 100 millones de pesos, supuestamente “para pintar y rehabilitar escuelas”, cuando todos los planteles educativos de Durango se encontraban cerrados por la pandemia y la ciudadanía requería otro tipo de apoyo. Cabe mencionar que dicha empresa, de acuerdo a la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción, tiene un rango de 10 empleados (ver reportaje SEBISED, más de 100 millones para una sola empresa).
Así, mientras Jaime Rivas Loaiza, entre 2020 y 2021, entregó 100 millones de pesos a una empresa con 10 empleados, ahora se apresta a repartir menos de 6 millones de pesos entre “cerca de 15 mil familias duranguenses”, anunciando el hecho como si fuera el gran acontecimiento en el sexenio del gobernador de marras, José Aispuro Torres.
Es trágico y lamentable que este sea el concepto de combate a la pobreza que tiene el titular de SEBISED, Jaime Rivas Loaiza, quien por un lado otorga 100 millones de pesos a una empresa que no tiene necesidades apremiantes y por otro lado entrega limosnas al pueblo de Durango. Es obvio que este tipo es un auténtico pillo, un Robin Hodd disléxico que le quita el dinero a los pobres para dárselo, por razones inconfesables, a quienes no lo necesitan tanto.
Y al fin de cuentas, este personaje nefasto ahí está donde debe estar, porque ahí lo puso su hermano putativo, el gobernador ladrón José Aispuro Torres, para controlar la pobreza que siempre ha sido un excelente capital político en tiempos electorales.