San Dimas, Durango: Un morenista mojigato y bribón
De la redacción de razacero.
En San Dimas, municipio de la sierra de Durango, fue Dios el que impuso como presidente municipal al morenista Armando Barrón. Al menos así lo piensa este mojigato bribón, quien tanto a propios como extraños les dice: “Fue Dios el que me puso aquí”.
Sin embargo, no son pocos los militantes del partido Morena que manifiestan su descontento y decepción con este edil pues luego de que lo apoyaron en la campaña electoral consiguiéndole los votos suficientes para derrotar al exalcalde corrupto prianista Alejandro Gurrola, fueron totalmente relegados por el fanático religioso morenista Armando Barrón, quien desde el primer día que tomó posesión de su cargo comenzó a darle altos cargos en este municipio a personajes de dudosa reputación, conocidos en estas latitudes como ladrones, advenedizos y misóginos.
Así, dentro del gabinete del “iluminado” Armando Barrón figuran titulares de direcciones que ni siquiera radican en San Dimas, como el director de Desarrollo Rural, Ramiro Lozano, quien tiene su residencia en la ciudad de Durango.
El nepotismo también es otra de las características que de inmediato afloraron en esta incipiente administración, pues Armando Barrón impuso como directora del DIF a su prima Emeria López.
Salvador Reséndiz, quien fue coordinador de campaña del alcalde Armando Barrón y es su suplente, colocó como síndico a su esposa, Claudia Armida Girón.
Otro de los impresentables que forman parte del equipo del alcalde mojigato es su chofer, Maciel Contreras, un tipo vulgar que durante la campaña electoral se dedicó a hostigar, a ofender y a humillar a mujeres que participaron en la campaña electoral.
Así las cosas, el equipo de colaboradores de este alcalde que se cree elegido de Dios, ya pinta para ser un auténtico fracaso. “Todos andan por su lado, nadie le hace caso a Armando Barrón”, manifiestan morenistas inconformes.
A todo esto se agrega la total incapacidad del alcalde para garantizar el orden y la seguridad en San Dimas, un municipio que en las últimas semanas ha sido paralizado por algunos integrantes de la delincuencia organizada.
Negro es el panorama que se ve en este municipio con Armando Barrón como presidente municipal, por lo que la ciudadanía y el Congreso de Durango tendrán que vigilar con lupa las actuaciones de este “enviado de Dios” y su gabinete de indeseables.