Violencia vicaria

Vladimir Galeana Solórzano.

La “Violencia Vicaria” es un neologismo aplicado en el ámbito de la violencia de género, y no es otra cosa que el uso de la violencia por interpósita persona por la que un progenitor ataca a una hija o un hijo con el objetivo de causar dolor a la madre. Y es que en un país en el que el machismo sigue siendo una lamentable realidad, muchas mujeres han tenido la desgracia de padecer daño físico por esa persistente costumbre de que el hombre es el que manda en el hogar, y tanto los hijos como las madres se convierten en reos de los designios del presunto “hombre de la casa”, que al final de cuentas no es más que un acto de cobardía mal entendido.

Este fenómeno se presenta en todas las partes del país, pero sobre todo en donde el conservadurismo sigue latente asociado a costumbres arcaicas de que es el hombre quien tiene que decidir la vida de su congénere y el destinó de sus hijos. Por desgracia en este país es y ha sido una circunstancia habitual en la vida matrimonial de diversas regiones donde el costumbrismo está por encima de los valores, y de la integridad misma de los componentes de un hogar. Por desgracia esos atavismos siguen estando vigentes, y el daño psicológico es crudo en los infantes que observan la forma en que el presunto “hombre de la casa” muestra su cobardía.

En la ciudad de Durango se presentó recientemente un hecho de este tipo, y la consecuencia fue la muerte de “Lupita”, una mujer que fue asesinada por su consorte dejando en la orfandad a sus hijos, que por desgracia tendrán que ser socorridos por sus familiares o por las instancias gubernamentales, particularmente el DIF. Por fortuna esta desgracia no se llegó a consumar del todo, ya que el modus operandi del sujeto no llegó a pretender quitarle la vida a los menores, quienes azorados observaron la forma tan deleznable en que su padre privaba de la vida a su madre.

El feminicidio ha consternado no solo a Durango, sino al país entero, porque este tipo de violencia sigue siendo la constante en diversas partes de las entidades federativas. La muerte de “Lupita” no debe quedar impune y todo el peso de la ley deberá recaer en el desalmado sujeto que arrancó la vida de la madre de sus hijos. Pero esta circunstancia también tiene que servir para generar conciencia entre los mexicanos de todas las latitudes, para que ese “machismo” mal entendido no siga siendo el camino a la suma de tragedias.

Este viernes a las once de la mañana habrá una marcha de protesta llamada “Va Por Lupita”, para que quede el registro de los hechos en la mayor parte de las conciencias de los hombres y mujeres de Durango, buscando evitar en lo subsecuente conductas de este tipo simplemente por un machismo mal entendido que tenemos que erradicar definitivamente. Y el propio gobierno del estado, a cargo de Esteban Villegas Villareal, también tendrá que realizar acciones que propicien una conciencia distinta al papel que en el hogar desempeña la mujer.

Debo señalar que conozco profundamente el conservadurismo que existe en esta hermosa ciudad del norte del país y estuve al frente de uno de los mejores proyectos educativos que he logrado implementar durante mi desempeño profesional, y que denominé “Formación de Líderes para el Desarrollo”. En Durango tengo muchos amigos, pero más que nada el orgullo de haber dejado la simiente de un Clúster de habilidades que aún sigue vigente. Pero también tengo que señalar que “Lupita” no debió morir por una conducta machista mal entendida, y los juzgadores tendrían que sentenciar al homicida a más de cuarenta años de prisión, que bien merecidos los tiene. ¡No a “La Violencia Vicaria” en todas partes de este México tan nuestro y tan mal gobernado! Al tiempo.

Vladimir.galeana@gmail.com

Lic. en Derecho por la UNAM; Lic. en Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación; expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión; miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.