Las triquiñuelas en el Tribunal Federal de Justicia Administrativa en Durango.
Chrysto A. Francis.
Sin lugar a dudas, en todos lados “se cuecen habas” como señala el adagio popular. Pero el estado de Durango también tiene otros problemas a causa de la inquina de algunos personajes públicos, que al sentirse poderosos creen que sus equivocadas decisiones son parte de su poder personal, y ejemplificaré con un caso que conozco a la perfección. Durante el año 2021 la Delegada Administrativa de la Sala Regional del Norte Centro III y auxiliar del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, quien lleva el nombre de Alejandra Betancourt, dio la instrucción de que se diera de alta como proveedor al abuelo del hijo de su hermana, de apellido Pescador.
Pese a los comentarios que se le hicieron acerca de este asunto, la Delegada en comento se pasó las disposiciones normativas por el arco del triunfo, y pese a que esa decisión era a todas luces una flagrante violación a las disposiciones legales, también se salió con la suya al asignar contratos de jardinería a los amigos de su hermano David Betancourt, que facturaban con nombres ficticios. Y claro que las pudientes familias aprovechan cualquier circunstancia cuando de hacerse de grandes cantidades de dinero se trata, facturando desde luego esos servicios como señalé en líneas anteriores a través de nombres ficticios.
Tres años seguidos estuvieron recibiendo pagos por contratos que solamente existían en el papel, pero lo curioso es que nunca se realizaron los trabajos que presuntamente se facturaban. Ha sido tan cínica la Delegada Administrativa, que también ha otorgado servicios a su propio hermano, claro está que con nombres ficticios y cotizaciones alteradas para el servicio de jardinería durante el año 2023. Uno de los beneficiarios es Alim Rodolfo Delgado, por cierto, esposo de la tía de Juan Francisco Bacio Pineda, Técnico Administrativo de la Delegación, al cual contrató dicha Delegada Administrativa fingiendo un concurso.
Pese a las denuncias que varios afectados interpusieron ante el Órgano Interno de Control del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, no ha pasado nada.
Lo peor de todo es que las constancias obran en los expedientes, pero hasta ahora pareciera que la Contraloría ha puesto oídos sordos a las anomalías encabezadas por la Delegada Administrativa Alejandra Betancourt, quien ha construido un coto de poder que hasta ahora le ha ministrado cuantiosos dividendos por las diversas asignaciones presupuestales que maneja, porque ella es la que determina a quién se contrata sin realizar los concursos a los que está obligada.
Sin lugar a dudas, el estado de Durango tiene muchos problemas y los casos de corrupción son brutales cuando se trata de hacer tareas que no se realizan, pero se pagan, y que por cierto cuestan bastante dinero a la Sala del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.
Si no existe una respuesta por parte de la Contraloría local, y de seguir enriqueciéndose se trata, creo que la Presidencia del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa tendrá que realizar una minuciosa auditoría para detener este tipo de conductas delictivas.