La vergüenza del perredismo
Fernando Miranda Servín.
Mañana tenemos audiencia en el Tribunal Superior de Justicia de Durango, por la demanda infame que interpuso en nuestra contra el perredista Gamaliel “N”, por supuesto “daño moral”, por haberle dado voz a su víctima de acoso sexual, la joven duranguense Lucía Isabel Álvarez.
Cuando sucedieron estos hechos, en septiembre de 2019, Gamaliel “N” era servidor público (director de la Librería de la UJED) y Lucía Isabel era su empleada, a la que despidió por negarse a tener relaciones sexuales con él.
Gamaliel “N” fue denunciado por Lucía Isabel Álvarez ante la Fiscalía General de Durango, ante la Contraloría interna de la UJED y ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de esta entidad, por lo que fue vinculado a proceso y sentenciado.
En razacero, como en muchos medios de comunicación duranguenses, le dimos seguimiento puntual a este caso, publicando las quejas que manifestaba Lucía Isabel Álvarez por las corruptelas que sucedían durante el tortuoso proceso penal que interpuso en contra de este sujeto, entre ellas la tipificación del delito, pues al haber sido Lucía Isabel Álvarez subordinada laboral de Gamaliel “N” éste no debió haber sido vinculado a proceso por el delito de acoso sexual, sino por hostigamiento sexual. Pero fue el exgobernador corrupto, José Rosas Aispuro, quien a petición de la dirigencia estatal perredista le hizo el favor a Gamaliel “N” y ordenó a las inescrupulosas autoridades de la Fiscalía que tipificaran el delito como acoso sexual, para que el detestable perredista evadiera la cárcel.
Otro abuso que sufrió Lucía Isabel Álvarez por parte de Gamaliel “N”, y que también publicamos en razacero, fueron las amenazas de muerte en su contra proferidas por el perredista de marras, delito por el que aún existe una denuncia interpuesta por la afectada ante la Fiscalía General del Durango.
Con todo este bagaje en su contra, el perredista desequilibrado decidió demandarnos por “daño moral”, pues según él razacero y el que esto escribe fuimos los culpables de que el gobierno de Aispuro lo despidiera de su trabajo como subsecretario de SEBISED y de que el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, lo eliminara de la lista de candidatos plurinominales a una diputación federal en las elecciones de 2021.
Hoy, este tipo impresentable en su demanda exige la entrega de 20 millones de pesos “por el daño moral sufrido”.
Lo lamentable de esto es que sujetos como el perredista Gamaliel “N” utilicen una institución pública como el Tribunal Superior de Justicia de Durango para violentar la libertad de prensa y la libertad de expresión, tan burdamente agredidas en estos tiempos de canallas.
Por lo que se sabe, Gamaliel “N” tiene injerencia directa en el PRD duranguense, pues es protegido y auspiciado por el dirigente estatal de este partido, Miguel Ángel Lazalde.
Los auténticos perredistas de todo el país, especialmente su dirigente nacional, Jesús Zambrano Grijalva, deberían sentirse avergonzados de tener entre sus filas a un personaje de esta calaña, agresor de mujeres indefensas y agresor de periodistas, quien sin ningún pudor ha utilizado a este partido primero para atropellar los derechos humanos y laborales de Lucía Isabel Álvarez, después para evadir su responsabilidad por el delito real que cometió, que fue el de hostigamiento sexual y no acoso sexual, y luego para agredir al medio de comunicación que publicó las atrocidades que cometió contra la joven Lucía Isabel Álvarez.
Un partido político como el PRD, que dice ser de “izquierda progresista”, debería corregir de inmediato este tipo de comportamientos que agreden a la sociedad entera. Esperamos que sus dirigentes nacionales tengan un poco de vergüenza y actúen en consecuencia.