Los viajes del general secretario | Reportaje especial
El periodista Ignacio Rodríguez Reyna es el autor de este reportaje sobre los viajes de lujo del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval y su familia, elaborado gracias a la colaboración de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad en alianza con Fábrica de Periodismo.
El periodista Ignacio Rodríguez Reyna es el autor de este reportaje sobre los viajes de lujo del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval y su familia, elaborado gracias a la colaboración de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad en alianza con Fábrica de Periodismo.
Los viajes del general Luis Cresencio Sandoval González al extranjero son poco conocidos. Lejos de los reflectores, sin alardes, los viajes del secretario de la Defensa Nacional (Sedena) son viajes de “terciopelo”, como se dice en el argot militar: en jets del Ejército, hoteles de alta gama, comidas y cenas en buenos restaurantes, viáticos en suficiencia, visitas a museos y lugares emblemáticos de las ciudades visitadas.
Pero esos gustos no los disfruta en solitario. El general Sandoval suele viajar acompañado. Varias de las plazas de los jets del Ejército mexicano son ocupadas por su esposa, su hija, su hijo (un alto funcionario federal de inteligencia), su nuera, su pequeña nieta y a veces su consuegra.
Al secretario de la Defensa Nacional lo acompaña siempre, además, una célula de al menos 10 militares que atiende sus necesidades: ayudantes de campo, asistentes para él y para su esposa, jefe de seguridad, médico, enfermera, intérprete, además de los efectivos encargados de la avanzada.
Ya lo leerán ustedes, pero nada en esos viajes recuerda al espíritu de la austeridad republicana ni la justa medianía. Exhibe, en cambio, el hinchado músculo de la influencia pública y el poder presupuestal de la Defensa Nacional.
Por Ignacio Rodríguez Reyna
La bandeja de correos institucionales del secretario de la Defensa Nacional se activó poco después de la hora de comida del 1 de diciembre de 2021. El general Luis Cresencio Sandoval González acaba de recibir el siguiente mensaje y un anexo:
La ayudantía del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) le hacía llegar la agenda de un viaje a Nueva York y la lista de quiénes compondrían la comitiva que saldría de México en un par de días. Aunque el plan inicial era que él también viajara, su nombre ya no estaba incluido.
Había decidido no acompañar a sus familiares luego de que el gobierno de Corea del Sur canceló la reunión a la que acudirían los jefes de ejércitos en misiones de paz de la ONU debido a la nueva crisis provocada por la ola de contagios de la variante omicron de covid 19.
El plan original del general Sandoval era viajar, junto con su familia y otros jefes y asistentes militares, de México a Seúl, donde se realizaría la reunión, y luego volar de la capital coreana a Nueva York. Pero una vez que los planes se frustraron súbitamente, él decidió permanecer en el país. Su familia sí mantendría los planes y viajaría a Estados Unidos.
Así que el general recibió el correo con el anexo titulado “AGENDA NUEVA YORK 3 AL 12 DIC”, en el que se daban los pormenores de los nuevos planes.
De cinco hojas que componían el anexo, al secretario de Defensa le interesaban las tres en donde le informaban la integración de la comitiva: su esposa, su hija, su hijo, su nuera, su nieta, su consuegra, la hija de su secretario particular y dos amigas de su esposa que forman parte del voluntariado del ejército. En total, como dice el correo, “nueve invitados”.
A esa lista se sumaron una enfermera y una ayudante, ambas militares, que asistirían a la comitiva durante la estancia en Nueva York.
No eran las únicas elementos del Ejército asignadas a esa tarea. Unos días antes viajarían el teniente coronel Jiménez y el mayor Hernández para garantizar que la estancia de la familia del general transcurriera sin contratiempos.
El correo incluyó un diagrama de los asientos asignados en el vuelo de Aeroméxico AM 5278. Con la excepción de la enfermera y la ayudante, los integrantes de la familia y sus invitadas viajarían en Clase Premier.
Si el general Sandoval daba el visto bueno final, todo quedaba cerrado: la aeronave despegaría dos días después, a las 14:55 del 3 de diciembre, desde la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Lo mejor de la travesía estaba por llegar.
Esta una historia de viajes, de jets, de exclusivos hoteles, de partidos profesionales de basquet o béisbol, de paseos y cenas en Nueva York, Moscú o Florencia; jornadas de shopping de marcas en Denver o Milán.
Y en ella se cuentan con detalle, gracias a los correos filtrados por los hacktivistas del grupo Guacamaya, los viajes oficiales del general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional, a los que es acompañado regularmente por su familia.
Y también de los paseos privados de la familia Sandoval Medina, organizados, planificados y vigilados por personal militar en Ciudad de México, Nueva York, Roma, Santo Domingo o Colorado, por ejemplo, aun cuando el general no viaje con ellos.
Y aunque los cientos de correos electrónicos examinados por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad en alianza con Fábrica de Periodismo proporcionan minuciosos detalles sobre los preparativos y los viajes, su revisión no permite determinar de manera fehaciente si, por ejemplo, los vuelos de la familia del general Sandoval hechos en Clase Premier a Nueva York son parte de los 3 mil 800 vuelos internacionales que la Sedena contrató con Aeroméxico en junio de 2019 por 85 millones de pesos.
La falta de información en el ejercicio del cada vez mayor presupuesto militar impide conocer más sobre estos viajes: tampoco es posible saber, por ejemplo, si los 2 millones 489 mil pesos pagados por una estancia de dos semanas en cuatro ciudades italianas, en las que el hospedaje se realizó en palacios y exclusivos hoteles, salieron de la tesorería del Ejército.
Si atendemos los preparativos y los conductos oficiales usados, es altamente probable que haya sido dinero público. O quizá no. La Secretaría de Defensa Nacional declinó comentar sobre éste y otros puntos, o responder un detallado cuestionario que se le hizo llegar para aclarar las dudas.
Regresemos al viaje prenavideño de 2021. Además del correo ya citado, en el que se daba la lista de los “invitados”, el general Sandoval había recibido otra comunicación electrónica un día antes. Ésta tenía un documento adjunto: “Agenda New York (Agregado) 30 nov. 2021 v1.pptx”.
La carátula del Power Point muestra dos círculos que albergan en el interior las banderas de México y Estados Unidos. En la base tiene un engañoso título: “Gira de trabajo en New York, EUA | Dic. 2021”. Engañoso porque sólo viajaron los invitados y los ayudantes militares. De misión oficial, ningún rastro.
Elaborado con recomendaciones del asesor militar de México en la ONU, el documento de 33 páginas detalla con minuciosidad y cuidado los horarios y las actividades que la familia Sandoval Medina y sus ordenanzas realizarían los días posteriores a su arribo.
Según la agenda, la estancia tendría de todo en los primeros tres días: visitas a museos emblemáticos, maravillas arquitectónicas de la ciudad, centros comerciales premium, hotel de muchas estrellas.
El grupo se alojaría en el Westin New York Grand Central. Y el sábado 4 de diciembre el itinerario preveía un día ajetreado: visita al edificio Hudson Yards, el Mirador Edge y la Torre Vessel. Luego, más recorridos: al Grand Terminal Central, el Bryant Park y paseo por el High Line Park, al Artechouse NYC y una visita al Starbucks Reserve Roastery New York.
Del Hudson Yards, los militares que elaboraron la agenda dicen: “Ubicado sobre las vías férreas, es un megacentro comercial, cuenta con restaurantes de chefs reconocidos, como David Chang y José Andrés, y alberga la primera tienda Neiman Marcus de la ciudad. También llaman la atención la imponente escultura New York’s Staircase (conocida como Vessel) y The Shed, un innovador centro de artes escénicas y visuales”.
Destacan las recomendaciones sobre Edge: “Es la terraza al aire libre más alta del hemisferio occidental con un diseño único. Suspendida en el aire, da la sensación de estar flotando en el cielo con vistas de 360 grados que no encontrará en ningún otro lugar. Desde el piso de cristal se pueden mirar 100 pisos para abajo, además de apreciar la ciudad por las paredes de cristal inclinadas”.
Y acerca de la Torre Vessel: “Es una estructura y punto de atracción del Plan de Desarrollo de Hudson Yards en Manhattan. La estructura, que asemeja un complejo patrón de panel de abejas, se eleva 16 pisos y consiste de 154 secciones de escaleras, 2 mil 500 peldaños, y 80 plataformas para visitantes. Es el principal punto de atracción de la plaza pública de Hudson Yards”.
Las referencias a los lugares recomendados van acompañadas de imágenes sugerentes. Cualquiera tendría deseos de visitarlos.
Lo mismo ocurre con los planes para el domingo 5 de diciembre. Si los familiares del general siguieron los consejos incluidos en el documento, entonces visitaron el Central Park, el Rockefeller Center, se trasladaron a Little Island y, finalmente, fueron de compras al Woodbury Common Premium Outlets.
Del lunes 6 al viernes 10 de diciembre, el programa menciona escuetamente que esos días serán para actividades privadas. No da ninguna pista, aunque en realidad todas tienen carácter privado.
La agenda se reanuda el sábado 11 de diciembre, cuando se prevé que asistan al evento que originalmente motivaba la visita a Nueva York: el clásico de futbol americano entre los equipos del Ejército y la Marina de Estados Unidos.
Después de presenciar el partido en el Met Life Stadium, en el que ocuparían los asientos del 9 al 18 de la fila 5, siempre y cuando mostraran su certificado de haberse hecho la prueba covid 19, tomarían con calma las cosas y pasearían por Times Square. El resto del día, según la agenda, estaría dedicado a más actividades privadas.
La mañana del domingo desayunarían en el hotel y se trasladarían al aeropuerto, donde abordarían el avión para regresar a México.
No se sabe si lo hicieron en un vuelo comercial o en el jet militar porque los correos tienen información contradictoria: en uno de ellos, se menciona que regresarían en el vuelo 0409 de Aeroméxico; y en el otro, con los detalles de la agenda, se dice que usarían el Gulfstream G-550 del ejército mexicano. En cualquier caso, para el 12 de diciembre estarían de regreso en México.
Haya sido como haya sido, no importa mucho en realidad. Ya habían disfrutado el Nueva York prenavideño que las guías turísticas describen como “una de las épocas mágicas del año”.
Vladimir Covacevik murió en julio de 1997 en Santiago de Chile. No era un hombre mayor. Tenía 53 años. Geólogo de excepción, admirado por sus colegas, hizo aportaciones muy valoradas en el área de la paleontología.
Por alguna desconocida razón, el nombre del científico sudamericano conecta con esta historia: la persona que importa en este texto también se llama Vladimir Covacevik, pero es mexicano, nació en 1979, es militar, tiene el grado de coronel de caballería y sus apellidos son Lara Ornelas.
A diferencia del geólogo chileno, del militar mexicano no existe prácticamente ningún rastro en internet. De hecho, si los medios de comunicación no hubieran tenido acceso a los correos del Ejército hackeados por el grupo Guacamaya, no se sabría nada de él.
Agregado militar y aéreo adjunto en la embajada de México en Italia, del Vladimir Covacevik mexicano se conoce ahora porque le tocó desempeñar un papel clave a la hora de organizar y planear hasta los pequeños detalles de un viaje de descanso para un grupo familiar en junio de 2022.
Su trabajo quedó por escrito en varios correos que intercambió con su superior, el también coronel Sabino Vite Arias, agregado militar en ese país europeo.
En el primero de ellos, enviado el 12 de mayo de 2022, Vladimir le comenta a Sabino: “Te envío información actualizada. En espera de comentarios”. Y le adjunta un documento titulado “Cuadro básico eventos visita”.
El documento es un cuadro en el que se bosqueja un itinerario para un grupo de siete adultos y un menor de edad. El arribo se tiene programado para el martes 21 de junio al aeropuerto de Fiumicino en Roma, en un vuelo de la compañía Air France proveniente de París.
La agenda incluye una estancia de 14 días, de los cuales cinco serán en Roma, tres en Florencia, tres en Venecia y tres en Milán. En el cuadro se enlistan algunas actividades y sitios a visitar en cada una de las ciudades, desde la audiencia papal de los miércoles en la Plaza de San Pedro, el Coliseo y los Foros Imperiales, hasta el Palazzo Vechio, la Torre de Pisa, el Palacio Ducal o el Duomo de Milán.
El esquema no menciona hoteles en particular, pero sí hace énfasis en que los desayunos se pueden tomar en donde se aloje el grupo y las comidas en restaurantes aledaños a los lugares a visitar.
Sobre el transporte, se propone usar trenes para viajar de una ciudad a otra y contratar vehículos en cada localidad. Aun así, considera la posibilidad de que se utilicen servicios de transporte terrestre para todo el viaje.
La idea de que la comitiva se transportara en trenes tenía una razón: eran de alta velocidad. Además, lo que en los correos es considerado un detalle relevante, se viajaría “a bordo de vagón ejecutivo, exclusivo para la comitiva a fin de garantizar la comodidad y seguridad evitando aglomeración con otros pasajeros”.
Pasaron tres semanas hasta que el coronel Covacevik le envió un nuevo correo a su jefe Sabino Vite, quien antes de ocupar el cargo en Italia era el coordinador operativo de la Ayudantía General de Luis Cresencio Sandoval, por lo que es un hombre familiarizado con las tareas que ahora lo ocupan.
Muy temprano en la mañana del 3 de junio, Vladimir le escribió un brevísimo mensaje: “Cuadro exel”. Y le adjuntó un documento titulado “Cuadro gastos actualizado 03 06 22.xlsx”.
Tenían pocos días para efectuar los ajustes finales, aunque ya habían avanzado. Por ejemplo, habían decidido que el grupo familiar se transportara por tren entre ciudad y ciudad; habían contratado los hoteles, los servicios de guías; se habían precisado las actividades y, quizá lo más importante, se habían calculado los gastos del viaje.
Debajo de varios cuadros bien elaborados, en los que se puntualizaban las actividades y los hoteles en las cuatro ciudades, se colocó el costo de los gastos de estancia en Italia (sin comidas ni transporte aéreo), tanto en euros como en pesos, calculados a una tasa de €1 x $22:
Casi 2 millones y medio de pesos. Una de las razones de este monto es la calidad del hospedaje seleccionado. Sólo por ese concepto se calcularon 81 mil 620 euros, poco más de un millón 600 mil pesos.
No se eligieron los hoteles al azar. En Roma se decidió que el alojamiento fuera en un palacio, el Anantara Palazzo Naiadi, ubicado en la Piazza della Repubblica. En Florencia se pernoctaría en el Westin Excelsior; se eligieron el exclusivo St Regis en Venecia y el Park Hyatt en Milán.
Ambos agregados militares intercambiaron algunos comentarios, hicieron ajustes en actividades y el servicio de transporte, pero la agenda definitiva no tuvo cambios sustanciales.
Y cuando ya la tuvieron a punto, el coronel Sabino Vite envió a los ayudantes del general Luis Cresencio Sandoval un correo el 7 de junio de 2022, con la frase “Propuesta agenda” en la casilla de “asunto”, un power point adjunto con el título “Propuesta ajustada 06 06 22” y en el cuerpo del mensaje una breve solicitud: “Favor de acusar recibo. Cor. Vite”.
Tanto Vladimir como Sabino se habían esmerado al elaborar la presentación de 27 páginas. La carátula mostraba el logo oficial de la Sedena, con una representación visual de Italia, el título “Propuesta Actividades Italia” y la fecha.
Para el miércoles 22 de junio se mantuvo la visita a los museos y jardines del Vaticano, a la Tumba y Basílica de San Pedro, así como a la audiencia que el papa Francisco realiza todos los miércoles y en la que saluda a miles de fieles que acuden a la sede la Iglesia católica.
Al momento de elaborar la agenda, no había manera de que los coroneles Vladimir o Sabino supieran que la audiencia papal del 22 de junio sería relevante para el grupo familiar que recorría el país europeo.
En la audiencia, el papa Francisco habló sobre la vejez, sobre Pedro y Juan, e hizo énfasis en un hecho que recién había ocurrido en la sierra de Chihuahua: “Expreso también mi dolor y consternación por el asesinato en México, anteayer, de dos religiosos jesuitas, mis hermanos, y de un laico. ¡Cuántos asesinatos en México! Estoy cercano con el afecto y la oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más, repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta los sufrimientos innecesarios”.
Todo lo demás se había organizado al detalle en el calendario: las visitas, los recorridos, las paradas en boutiques y tiendas de ropa de diseñador como Gucci, Balenciaga, Salvatore Ferragamo, Valentino, Prada, Versace, Bulgari y Celine, entre otros.
Las comidas serían en lugares como Martini Dolce & Gabbana (Milán), el restaurante Antico Pignolo (Venecia) o el Café Rivoire (Florencia).
Casi todo se mantuvo como se planteó en la propuesta inicial. Al final, el presupuesto de la visita familiar a Italia, sólo por hospedaje y transporte, sin incluir comidas ni compras adicionales, se cerró en 2 millones 431 mil pesos, de los cuales un millón 684 mil correspondieron a los hoteles.
En números simples, el grupo gastó 173 mil 600 pesos cada uno de los 14 días que duró el viaje. De esa cifra, 120 mil 285 pesos se usaron cada día para pagar hospedaje.
A eso habrá que sumar comidas y el costo de los vuelos de Ciudad de México-París-Roma y Milán-París-Ciudad de México.
Visiblemente conmovido, y en medio de una ovación de los más de 19 mil espectadores que gritaban en el Madison Square Garden, Dwyane Wade se despedía del escenario neoyorquino.
Uno de los más brillantes basquetbolistas de la generación posterior a Michael Jordan y Shaquill O’Neal, el jugador de los Miami Heat cerraba ante el equipo de casa una carrera espectacular que lo llevó a conseguir tres medallas olímpicas y tres campeonatos de la NBA.
En el momento en que ingresó a la cancha, un video empezó a proyectarse en lo alto de la arena. El partido se detuvo unos minutos y Dwyane Wade levantó al cielo sus potentes y largas tenazas que tanta gloria le habían dado.
Agradecía a un público que lo había acompañado en sus 19 años de carrera profesional. El Madison Square Garden entero rendía tributo al jugador, miles de bocas vitoreaban y daban el adiós a una leyenda deportiva.
Si se cumplió la agenda aprobada, esa noche, la del 30 de marzo de 2019, entre el público que despedía a Dwyane también se encontraba uno de los hombres con más poder en México: el secretario de la Defensa Nacional.
Al general Luis Cresencio Sandoval lo acompañaba en el Madison Square Garden un grupo más reducido que de costumbre: su esposa, su hijo, su hija, su nuera (identificada en los correos como Osiris), su ayudante general, la esposa de éste, así como la ayudante de su esposa. En total, ocho personas.
No había sido un partido cualquiera. Los videos en internet muestran lo que vivieron quienes, como la familia Sandoval Medina, estuvieron ahí: una experiencia excepcional.
Y como para no bajar la intensidad de la experiencia, la siguiente parada del grupo sería también memorable. El restaurante elegido para cenar, The View, se localiza en lo alto del hotel Marriot Marquis, con el atractivo particular de que el local gira, por lo que las vistas nocturnas de Manhattan son espectaculares desde ahí.
Las reseñas de los especialistas coinciden: el costo promedio de 125 dólares (unos 2 mil 500 pesos) por persona refleja la relación precio-calidad. Así que el costo aproximado de mil dólares por la cena para ocho personas en pleno Manhattan resultaba dentro de los estándares de la ciudad.
Con apenas cuatro meses en el cargo, el general y su comitiva habían llegado dos días antes a Nueva York, en donde él asistiría a la “Conferencia Ministerial de Jefes de Defensa de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de Naciones Unidas”.
El propio general Sandoval publicó un mensaje al respecto en su cuenta de Twitter: ‹‹Participando en la “Primera Reunión Ministerial de Operaciones de Mantenimiento de la Paz”, refrendando el compromiso internacional de México en la Organización de las Naciones Unidas, #NuevaYork, EUA.››
El grupo que lo acompañaba no era reducido. De hecho, en el jet GulfStream 550 que salió a horas muy tempranas del jueves 28 de marzo de la Unidad Especial de Transporte Aéreo, ubicada en el AICM Benito Juárez, había casa llena. Sus 17 asientos estaban ocupados de la siguiente manera, tal como aparecen en la agenda aprobada:
Para quienes no conocen las claves militares, H1, H2 y Osiris corresponden, respectivamente, al hijo, la hija y la nuera del general Sandoval González. Y la invitada de la esposa del almirante Rafael Ojeda, el titular de Marina, es la cuñada de éste.
Los nombres de todos ellos aparecen en la agenda, pero se han omitido porque no pertenecen a las fuerzas armadas ni tienen un cargo en el gobierno federal y, por tanto, no son de interés público.
Bueno, todos menos uno: el hijo del general Sandoval es un alto funcionario en el Centro Nacional de Inteligencia. Se llama Luis Rubén Sandoval Medina y ahí, en el aparato “civil” que controla la información sensible en el país, es titular del Centro Nacional de Fusión de Inteligencia.
Antes, durante el sexenio de Felipe Calderón, trabajó en el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia de la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
Al terminar la cena en The View, se trasladarían al hotel The Westin Grand Central, ubicado en la 42 Street, en donde la comitiva militar se había alojado. Y aunque en los preparativos y reservaciones finales no se especifican qué habitaciones ocuparon, en el documento aparecen imágenes de varias opciones: la suite presidencial, la suite o cuartos normales.
Para el domingo ya no quedaba mucho tiempo libre. Si se despertaban temprano, podrían atender la sugerencia de visitar la Catedral de San Patricio y quizá caminar un rato por Times Square.
Al mediodía se dirigirían hacia el Bronx, al estadio de los Yankees de Nueva York, que ese día enfrentarían a los Orioles de Baltimore, apenas unos cuantos días después de que arrancara la temporada de las Ligas Mayores de Estados Unidos.
Saldrían corriendo luego hacia el aeropuerto de Teterboro, en Nueva Jersey, donde el siempre confiable jet Gulfstream G550 los regresaría a México. Comerían a bordo.
Claro, habían cumplido ya con las actividades oficiales. El jueves previo, por ejemplo, apenas arribó al hotel, el general Sandoval tuvo una reunión de una hora en las instalaciones de la Misión Permanente de Canadá en Nueva York. Al finalizar, lo alcanzaron su esposa, el secretario de Marina y la esposa de éste, quienes fueron invitados a cenar por Juan Ramón de la Fuente, el ex rector de la UNAM y actual embajador mexicano ante la ONU.
El viernes había sido un día con más actividades. A las 10 de mañana comenzó la conferencia ministerial convocada por la ONU, cuyo discurso de apertura pronunció el secretario general Antonio Guterres.
El secretario de la Defensa Nacional tuvo una intervención de poco más de tres minutos durante la misma para anunciar los compromisos del Estado mexicano con las misiones internacionales de paz, luego sostuvo una reunión bilateral con el titular de Defensa de Canadá y de 13:00 a 14:30 una comida con los ministros de Defensa asistentes al encuentro.
La agenda ministerial concluyó a las 16:45.
Luego de eso, el general se trasladó al hotel para cambiarse (le sugirieron que lo hiciera de “uniforme de ceremonias con maquinoff” a “civil casual”) y alcanzar a su familia y cenar a bordo del barco “Bateaux New York” mientras éste navegaba por el río Hudson con vista a Manhattan.
Quien preparó la agenda colocó una nota que decía así: “Durante las actividades oficiales, su respetable familia (la del general Sandoval, se entiende) se encontrará realizando actividades privadas”.
A la familia del general se le ofrecieron opciones para emplear el tiempo libre: museos como el Metropolitano, el de Historia Natural o el de la Ciudad de Nueva York. También restaurantes y, lo que parece ser una tradición porque lo mismo hacían con la esposa del exsecretario Salvador Cienfuegos (“como comentario, a la esposa de mi general le gustan las visitas a los centros comerciales o outlets premium”), las opciones de shopping: Woodbury Common Premium Outlets, Tanger Outlets o el Manhattan Mall.
El 19 de noviembre de 2019, un día antes de un nuevo aniversario de la Revolución Mexicana, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo publicar un decreto que promulgaba la Ley Federal de Austeridad Republicana.
Con ella, argumentó entonces, se establecía “la austeridad republicana como un valor fundamental del servicio público” y llamaba a no usar los bienes y los recursos públicos para fines no relacionados con sus funciones, so pena de que los funcionarios que incurrieran en ello fueran sancionados.
Además, advirtió que se restringirían los viáticos y que habría ajustes en los gastos. Casi tres años después, anunció una vuelta de tuerca más en su política de austeridad.
“Ya vamos a pasar de la fase de la austeridad republicana a una fase superior, que es la de la pobreza franciscana”, declaró el presidente en su conferencia a fines de julio de 2022. “Vamos a reducir bastante, casi no va a haber viajes al extranjero, a procurar que la comunicación se haga por teleconferencias, y vamos a reducir viáticos aún más, y otras medidas”.
Es difícil estimar lo que significa en la realidad la disposición de López Obrador, pero algunos datos públicos permiten evaluar si en la Sedena se ha cumplido con el espíritu presidencial.
Aunque de forma general y sin el desglose adecuado porque los gastos del titular de la Defensa Nacional están exceptuados de cumplir con la normatividad (“con motivo de que esta Secretaría de la Defensa Nacional está considerada como una instancia de Seguridad Nacional”), la Plataforma Nacional de Transparencia ofrece información de algunos de los viáticos entregados al general Luis Cresencio Sandoval y sus comitivas en los viajes cuyo registro quedó en los correos filtrados.
1.- Tipo de viaje: Internacional
- País destino del encargo o comisión: Estados Unidos
- Ciudad o estado del encargo o comisión: Nueva York
- Fecha de salida al encargo o comisión: 28 de marzo de 2019
- Fecha de regreso del encargo o comisión: 31 de marzo de 2019
- Motivo del encargo o comisión: “Conferencia Ministerial de los Jefes de Defensa de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, en Nueva York, EU”
- Importe erogado con motivo del encargo o comisión: $300,061.00
2.- Tipo de viaje: Internacional
- País destino del encargo o comisión: República Dominicana.
- Ciudad o estado del encargo o comisión: Punta Cana.
- Fecha de salida al encargo o comisión: 04 de noviembre de 2019
- Fecha de regreso del encargo o comisión: 8 de noviembre de 2019
- Motivo del encargo o comisión: “Participar en la Conferencia de Comandantes de Ejércitos Americanos (CCEA)”
- Importe erogado con motivo del encargo o comisión: $260,978.36
3.- Tipo de viaje: Internacional
- País destino del encargo o comisión: Estados Unidos.
- Ciudad o estado del encargo o comisión: Colorado Springs
- Fecha de salida al encargo o comisión: 22 de abril de 2022
- Fecha de regreso del encargo o comisión: 28 de abril de 2022
- Motivo del encargo o comisión: “Comisión del Servicio”.
- Importe erogado con motivo del encargo o comisión: $418,817.00
A pesar de la parcialidad de los datos públicos, los reportes de gasto que hace la Sedena dejan constancia de que el ejército no destina poco a viáticos. El año pasado gastó 459.9 millones de pesos por este concepto solamente en en el extranjero.
La llegada de los integrantes de la Orquesta del Ejército y la Fuerza Aérea de México a Moscú para participar en el Festival de Música Militar Spasskaya Tower 2021 resultó una odisea.
En más de 160 correos, muchos de los cuales fueron enviados por el agregado militar mexicano en Rusia, se detalla la compleja logística para coordinar durante cuatro meses un largo viaje: que si la autorización del Senado para que militares salgan del país; que si la traducción de los contratos en inglés, español y ruso; que si la contratación de servicios de alimentación para los vuelos de ida y de regreso; que si los permisos de Canadá para hacer escala, que si el pago para recargar combustible.
No sólo eso: la confección de uniformes, el trámite de más de 130 visas, el permiso para aterrizar, pernoctar y guardar durante una semana en Moscú el Boeing 737/800 de la Fuerza Aérea Mexicana en el que viajaron; la contratación de servicios de limpieza y de desinfección que las autoridades rusas exigían, etcétera.
Antes de todo ello, la grabación en los Estudios Churubusco de 20 piezas musicales, la obtención de permisos para sobrevolar territorios extranjeros, los reiterados ensayos para que el general Luis Cresencio Sandoval pasara revista final a la ejecución de los músicos y el ballet folclórico.
Un día antes de la salida, fijada para el 21 de agosto de 2021, el general Sandoval recibió un correo de parte de su grupo de ayudantes titulado “Se envía recibo para atención del jefe Rivas”. Y un documento adjunto en Word: “RECIBO sobres de dinero 21 ago 2021”.
En el texto se leía lo siguiente: “Recibo que ampara la entrega de la cantidad de 41,800.00 euros (988,988.00 pesos m.n.) en 6 (seis) diferentes sobres como a continuación se indica: sobre 1 (6,970 euros), sobre 2 (6,960 euros), sobre 3 (6,970 euros), sobre 4 (6,970 euros), sobre 5 (6,960 euros), sobre 6 (6,970 euros)”.
En el documento consta que quien entrega el dinero es el jefe de la Sección de Giras de la Ayudantía General del general Sandoval. No se dice de manera explícita, pero dado el contexto es probable que se trate de viáticos.
Tampoco es posible saber a quién o a quiénes se entregarán los sobres con el efectivo. Es posible que se distribuyera entre los músicos, en cuyo caso les tocaría una cantidad pequeña para sus gastos, o que sólo fueran para seis de los integrantes de la comitiva. En cualquier caso, es un millón de pesos en viáticos.
El día previo a la partida, el secretario de la Defensa Nacional recibió en su bandeja de correos un mensaje con dos palabras en la pestaña de “asunto”: “Agenda Digital” y un documento adjunto.
Se trata de los detalles de la agenda de actividades de la delegación mexicana del 21 de agosto al 6 de septiembre. Se describen las presentaciones de la banda en la Plaza Roja de Moscú y las visitas a diferentes atractivos en la capital rusa y en San Petersburgo.
Conocerían en esos días el Mausoleo de Lenin, el Kremlin, el Museo del Hermitage, el Palacio de Catalina, la Catedral de San Basilio, el Parque de la Victoria y el Museo de la Segunda Guerra Mundial.
La agenda recibida por el general Luis Cresencio Sandoval deja ver, de pronto, que entre los militares que acudían al festival y el equipo de apoyo se había “colado” alguien más que no tenía razón oficial para estar ahí: Luis Rubén Sandoval Medina, el hijo del titular de la Defensa Nacional.
Sin querer, se “delató” su presencia en el viaje, pues su nombre no aparece de manera explícita en ningún otro de los correos: “Nota: el vuelo del sr. Sandoval Medina saldrá (de Moscú) a las 09:10, 29 ago. 2021, con destino a la Cd. de México”, se escribe en letra negrita.
El director del Centro Nacional de Fusión de Inteligencia dejaba al grupo y regresaba al país. No podría continuar con la agenda preparada para los más de 130 integrantes de la orquesta. Se perdió las visitas al Parque Gorky, al monumento a Pedro El Grande o al búnker de Stalin, entre otras atracciones.
Del viaje que los altos mandos de las fuerzas armadas mexicanas hicieron en abril de 2022 al cuartel general del Comando Norte del Ejército de Estados Unidos, en Colorado Springs, prácticamente nada se sabe.
Aunque se preparó un comunicado de prensa conjunto y se planeó distribuir fotografías, el encuentro realizado del 25 al 28 de abril del año pasado no se difundió.
Se trató de una cumbre militar de alto nivel y la primera visita de los secretarios de Estado mexicanos a ese cuartel. El anfitrión fue el general Glen D. VanHerck, jefe del Comando Norte y del Comando de Defensa Aeroespacial de Estados Unidos.
No es poca cosa, por ello, que a las 14:10 del 25 de abril pasado el general VanHerck esperara al pie de la escalerilla del jet Gulfstream 550 del ejército mexicano a que el general Luis Cresencio Sandoval y su esposa descendieran para darles la bienvenida, saludarlos y escoltarlos al salón para visitantes distinguidos. Lo mismo haría el general VanHerck un poco más tarde con el almirante Rafael Ojeda Durán, titular de la Secretaría de Marina, y su esposa, quienes arribaron en un jet oficial de la Armada una hora más tarde.
Ni el general Sandoval ni el almirante Ojeda viajaban solos. Los acompañaban amplias comitivas.
La del titular de la Marina la componían el agregado naval de la embajada en Washington, la esposa de éste, un asistente ejecutivo del almirante, dos ayudantes de la esposa del almirante Ojeda, un doctor, una enfermera, dos traductores, otro ayudante para el titular de la Semar y dos encargados de la avanzada.
La del general Sandoval era parecida en número: el jefe de Planeación Estratégica de la Sedena, el oficial de enlace con el Departamento de Defensa de EU, dos “ayudantes de campo” para el general, dos asistentes para la esposa que también se desempeñan como sobrecargos, dos médicos y dos traductores.
Sólo que, como es habitual en los viajes revisados, la comitiva del general Sandoval González también incluía a miembros de su familia: su hija, su nuera, su consuegra y la hija de su secretario particular.
El encuentro tuvo mucho protocolo: hubo alfombra roja, presentación de armas para los invitados, guardia de honor e himnos nacionales de ambos países.
De carácter privado, poco trascendió de lo que se trató en específico durante la reunión plenaria (cooperación militar entre México y EU, comando binacional y las amenazas a la seguridad de la región, fueron algunos de los temas agendados; al titular de la Sedena le tocó exponer sobre un tema estratégico: “Ciberseguridad y ciberdefensa”) o durante los dos encuentros que el general VanHerck sostuvo, por separado, con el almirante Ojeda y el general Sandoval.
Lo que sí se dejó establecido en la agenda incluida en las decenas de correos intercambiados por los equipos de VanHerck y Sandoval fue uno de los tres propósitos del encuentro: “Fortalecer las relaciones personales entre los líderes de alto nivel de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y el Comando Norte”.
Un segundo punto era clave para VanHerck, por cuya iniciativa se realizó la visita: exponer ante los jefes militares de México su punto de vista sobre las amenazas estratégicas para América del Norte y los esfuerzos para contrarrestarlas, así como escuchar la opinión de los secretarios mexicanos sobre el tema.
Aunque esta fue una visita de trabajo mucho más en forma, desde la Oficina de Enlace de la Sedena con el Comando Norte se diseñó una agenda especial para las familias e invitadas de los secretarios mexicanos.
A las esposas y otros acompañantes alojados en el hotel Garden of the Gods Resort and Club, uno de los más exclusivos de la zona, se les propuso un menú de opciones atractivas:
Recorrido en tren a la montaña Pikes Peak, al Parque Natural Garden of the Gods, al Museo Olímpico y Paralímpico (Colorado Springs es considerada la “Ciudad Olímpica” de Estados Unidos); o, también, una visita a outlets premium, como el Cherry Creek, en Denver, con tiendas de firmas diversas: Louis Vuitton, Tiffany & Co., Burberry o Neiman Marcus, por ejemplo.
Que todo salga como se espera en los viajes nacionales e internacionales del general Luis Cresencio Sandoval, sea que vaya solo o en compañía de una comitiva familiar y/o militar, depende de una aceitada máquina logística: la Ayudantía General del secretario de la Defensa Nacional.
Los arreglos de las agendas y las giras, entre otras actividades, corren a cargo de una estructura funcional que a menudo incluye su emblema en los documentos que prepara: cuatro estrellas coronan el escudo nacional, que descansa sobre tres palabras: “lealtad, eficiencia, discreción”.
Una Ayudantía General que, según los documentos revelados en los correos, es una corporación al servicio de una sola persona y su familia, con “células” de todo tipo: administrativa, de seguridad, de inteligencia y contrainteligencia, de transmisiones, de transportes, de informática, de apoyos diversos; además, cuenta con cuerpo médico, policía militar y unidades de transporte aéreo.
Peluqueros, archivistas, expertos en protección, sobrecargos, sastres, especialistas en salud, oficinistas, enfermeros, cocineros, escoltas, informáticas, ayudantes de todo tipo, integran una red logística y de seguridad que incluyen dos grupos de escoltas para cada uno de los integrantes de la familia Sandoval Medina.
En resumen: 297 elementos para ayudar a que, en general, el titular de la Defensa Nacional desempeñe de la manera más eficiente su cargo.
Y, en particular, a que en sus viajes todo salga bien.
(Aristegui noticias).